Todos nos acordamos de aquel vídeo viral en el que Yolanda Díaz intentaba explicar por qué los ERTE no eran parados y terminaba por reconocer que percibían prestación por desempleo y no estaban trabajando.
Eso sí, se apuntó como suyos unos ERTE que se crearon en 1995 y cuya flexibilización -que la izquierda rechazó en el congreso, no olvidemos- se aprobó en la reforma laboral de 2012, punto VI. Todos sabemos que este gobierno se ha dedicado a apuntarse cosas que no ha conseguido, pero la propaganda con el tema del paro es obscena, especialmente cuando viene de políticos que se presentan públicamente como los que se preocupan por las personas.
Si la ministra se preocupara de verdad por las personas, jamás diría que los ERTE no son parados o que los fijos discontinuos inactivos no cuentan. Estaría preocupada por esos centenares de miles de personas que están desocupadas. De hecho, solo hay que acudir a la hemeroteca de sus pares y sindicatos afines para recordar lo que decían.
¿Qué decían en la izquierda y sus sindicatos sobre los fijos discontinuos y el empleo antes de gobernar? Los fijos discontinuos “sustituyen temporalidad por parcialidad indefinida como fórmula de flexibilidad» (CCOO, 2016), “ejemplo de precariedad” “desempleo encubierto” y un ejemplo de cómo “se condena a los jóvenes a la precariedad (“Los errores de la reforma laboral de 2012 para la juventud de hoy” UGT). ¿Y qué decían cuando aumentaba la afiliación, pero no aumentaban las horas trabajadas? “No se crea empleo, se trocea” (Alberto Garzón, 2017), “El PP no crea empleo, lo trocea y precariza. No son políticas serias, son parches y chapuzas que lastran nuestra economía y nuestras vidas” (Iñigo Errejón, 2017).
Las horas trabajadas han caído y ya no dicen nada. Según el INE, las horas efectivas por empleado eran 35,40 horas a la semana en el segundo trimestre de 2018. En el cuarto trimestre de 2023 se habían desplomado a 31,7 horas. Si aumenta un 9,84 % el número de “ocupados” y el número de horas medias efectivas trabajadas cae un 10,45% lo único que se ha hecho es, literalmente, trocear el empleo que había.
La realidad del paro en España es que el paro efectivo no ha bajado y la temporalidad empírica tampoco. El paro efectivo en diciembre de 2019 era de 3,45 millones de personas y en febrero de 2024 es de 3,5 millones de personas. La temporalidad empírica no se ha reducido ya que la duración de los contratos y su supervivencia no han mejorado, según estudios de FEDEA. Es alucinante que Yolanda Díaz tilde esta información como “un concepto inventado “de un think tank que busca desprestigiar al gobierno” “pagado por la banca”, cuando durante años este organismo ha sido una fuente válida y referenciada por la izquierda. Pero es que también se lo dice BBVA, Funcas o el sindicato USO. Yolanda Díaz contra todos.
Yolanda Díaz contra sí misma.
Pues bien, Yolanda Díaz se ha vuelto a liar. Ha dicho en el Senado la cifra de fijos discontinuos inactivos que se le lleva reclamando desde hace más de un año y, para no variar, la ha maquillado.
¿Qué ha dicho? Primero, ha contestado con malas maneras a la senadora del PP María del Rocío Divar Conde diciendo que los datos se han publicado así desde hace 39 años, algo que es falso porque con la reforma laboral de Díaz se obligó a cambiar los contratos de obra y servicio y estacionales por fijos discontinuos, generando una enorme distorsión en los datos de desempleo y de temporalidad. Dice que cuando el PP gestionaba no se hablaba de paro efectivo, algo que considera “inventado”. Yolanda Díaz tiene muy mala memoria porque ellos, en la izquierda, han hablado en centenares de ocasiones de los datos de “paro real” incluyendo los demandantes de empleo. Recuerdo a Cándido Méndez en Espejo Público decir delante de mí que lo importante son las horas trabajadas y los demandantes de empleo totales, con toda razón. Además, no es lo mismo hablar del paro oficial cuando había 50.000 fijos discontinuos que cuando los han multiplicado a más de 800.000.
Yolanda Díaz se desmiente a sí misma.
Díaz dice que actualmente hay 55.300 empleados con contrato fijo discontinuo inactivos, basándose en los datos del cuarto trimestre de 2023 de la Encuesta de Población Activa (EPA). Solo hay un problema: La cifra es incorrecta, incluso usando la EPA del INE, según la cual la cifra de inactivos es de 124.000. El SEPE publica que hay 166.000 fijos discontinuos cobrando prestación por desempleo. Pero es que la EPA no refleja la totalidad porque hay miles que no cobran desempleo. El propio Ministerio de Trabajo informó en diciembre a una pregunta parlamentaria que los fijos discontinuos inactivos superaban las 400.000 personas.
La realidad del paro en España la certifica Eurostat también, que muestra la mayor tasa de holgura laboral de toda la Unión Europea (20%, 4,9 millones), con la mayor tasa de paro oficial, infra-empleados y desempleados no registrados. El mayor desajuste entre empleo demandado y ofertado, que son personas desempleadas. Las personas que no trabajan y desean hacerlo, pero contabilizan oficialmente como inactivos, supera el millón. Para entender el maquillaje del gobierno basta con mirar la cifra de holgura laboral de Eurostat del segundo trimestre de 2024, que está por encima del nivel de 2019, mientras el paro registrado oficial ha bajado un 12%. Que unos políticos que se supone que defienden a las personas y a los trabajadores se escuden en que una persona en disposición de trabajar y no tiene empleo no es un parado, es simplemente hilarante.
La realidad del paro en España, lo mires como la mires, es un fracaso absoluto de la reforma laboral. En el año 2021 Grecia y España tenían la misma tasa de paro oficial (14,8%). Desde entonces, con maquillaje, España lo ha reducido a la mayor tasa de paro de Europa, 11,7% y Grecia, con las políticas opuestas a las de Sánchez, lo ha reducido a 9,4%. Hoy, incluido todo el maquillaje antes mencionado, España tiene la mayor tasa de paro de Europa y Grecia, sin cambios estadísticos, lo ha reducido mucho más y más rápidamente. Eso debería bastar para desmontar su euforia.
Es muy importante que la oposición empiece a publicar los datos “limpios” en comunidades autónomas y a nivel nacional además de los oficiales, porque las distorsiones que ha generado en el mercado laboral el cambio de nombre de los contratos de obra y servicio y estacionales por “fijos discontinuos” de la reforma laboral de Díaz no puede quedar como una discrepancia en el senado. Detrás hay un millón de personas que no trabajan, que desaparecen en el limbo de la propaganda oficial.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, la gestión del empleo por el populismo es una auténtica pantomima y una manifiesta manipulación.
Esta historia del paro es la vieja historia comunista-trolera. Palabras ampulosas, todo mentiras. Como decía Carlos Cano «nos roban con cuatro palabritas finas». Y solo se habla de las cifras de parados, no de lo que hay detrás, de las subidas de cotizaciones, cuyos «benéficos» efectos veremos pronto.