“Estoy preparado para lo peor, pero espero lo mejor” Benjamin Disraeli
Recuerdo que en 2009 se repetían constantemente tres frases: “En esta crisis no se está haciendo lo mismo que en la anterior, porque el gobierno está invirtiendo en la recuperación aumentando el gasto público”, “los fondos del Plan de Recuperación y Empleo de la Unión Europea van a fortalecer la recuperación” y “el Banco Central Europeo apoya bajando tipos y aumentando liquidez”. Y llegó el 2010. En muchos aspectos, esta crisis es muy similar.
Y el gobierno de España está haciendo exactamente lo mismo, ignorar e importar. Ignorar los desequilibrios estructurales y fiar la recuperación a la ayuda importada.
Es extremadamente preocupante percibir el mismo nivel de exceso de optimismo y voluntarismo de 2009 en estos días. Y debemos prepararnos para un entorno complejo y una recuperación difícil si queremos salir de esta crisis reforzados.
Las estimaciones mundiales de crecimiento son optimistas. El consenso asume una recuperación del 4% global en 2021, retornando al PIB de 2019 a finales de 2022. La eurozona, sin embargo, se enfrenta a una salida de la crisis más lenta, y en el caso de España no se recuperaría el PIB de 2019 hasta 2023. Una de las más importantes preocupaciones de los economistas es una recuperación del PIB liderada por un fuerte aumento del gasto público y deuda récord que no generaría aumento del empleo suficiente. Es lo que se llama una recuperación en forma de K y sin empleo, donde algunos sectores repuntan rápidamente y de forma sólida (tecnología, alto valor añadido) y la gran mayoría (pymes, sectores más débiles y autónomos) no se recuperan o empeoran. De hecho, recuperar el PIB vía un aumento desorbitado de la deuda y el gasto público solo lleva a un rebote de baja calidad.
En esta crisis los países, sobre todo los desarrollados, han tenido un enorme espacio fiscal a su disposición para enfrentarse a la pandemia. Una economía dopada por la alta liquidez y los tipos bajos. Algunos países han utilizado ese espacio fiscal para crecer y crear empleo defendiendo su tejido productivo y apoyando a las empresas. Otros, como España, han aprovechado para aumentar los desequilibrios estructurales y gasto corriente sin rentabilidad económica real y solo hay ayudado a las empresas permitiéndoles endeudarse para pagar impuestos en el futuro. Los famosos préstamos ICO ya fueron una medida insuficiente y de pobre impacto en la crisis de 2008 cuando se extendieron 140.000 millones de euros en avales, porque no soluciona el problema de solvencia.
Nos enfrentamos a varios riesgos importantes. Una crisis de solvencia no se solventa con liquidez. Todas las inyecciones de liquidez del BCE no evitarán que el dominó de quiebras se acelere en 2021 si se siguen poniendo escollos a la inversión y altos impuestos. El Banco de España alerta de que el 25% de las empresas están al borde de la quiebra técnica.
Las expectativas con respecto a los fondos europeos son claramente exageradas. Como en una escena de Bienvenido Mr Marshall (Berlanga, 1953), se están depositando demasiadas esperanzas en la magia del efecto multiplicador keynesiano de estos fondos, a pesar de la evidencia de su bajísima efectividad, ya contrastada tras la decepción del Plan de Crecimiento y Empleo de 2009 y el Plan Juncker. La probabilidad de que estos fondos se utilicen mal y de manera no productiva no es alta, es casi una certeza y el gobierno de Sánchez ni siquiera disfraza su intención de dirigir este dinero de manera política.
El riesgo del Brexit ha sido contenido y se llegará a un acuerdo con la Unión Europea que será beneficioso para todos, pero eso no significa que ignoremos que España tendrá que contribuir mucho más al presupuesto de la Unión y que deberemos reforzar nuestra seguridad jurídica e inversora si queremos seguir teniendo al Reino Unido como uno de nuestros mayores socios comerciales. Preocupa mucho que el gobierno de España no tome un papel más relevante en una negociación que afecta de manera tan importante a nuestra agricultura y pesca.
El problema del paro es dramático. El número de personas en ERTE ha aumentado en noviembre a 750.000 mientras el paro sigue subiendo, liderando la tabla de países con más paro de la UE, lo que hace casi imposible que en 2021 vaya a absorberse esa cantidad de personas desocupadas si se siguen poniendo escollos a la inversión y manteniendo impuestos altos. Un gobierno en el que ciertos ministros se quejan de que España es un país de camareros (una falacia, por otra parte) lo está convirtiendo en un país de parados de largo plazo.
El espacio fiscal y monetario y los fondos de la UE no son excusas para hacer contrarreformas y despilfarrar el dinero. Tenemos la oportunidad única de utilizar esas herramientas para fortalecer el tejido productivo y crear empleo. Las expectativas de crecimiento no son garantías, tenemos que reducir desequilibrios estructurales, recuperar la cordura presupuestaria y poner medidas serias para atraer capital. Volver a caer en voluntarismo propagandístico sería un error.
¿Habrá corralito Daniel? ¿Dónde está mejor el dinero?en bolsa americana ó en tu casa en el colchón
Mejor invertir en bolsa o renta fija USA creo yo
Sus avisos continuos para evitar el despilfarro y el gasto político chocan con la tentación totalitaria del gobierno de hacernos dependientes de sus dádivas, como si fuéramos niños pequeños: si te portas bien te doy un caramelo.
La tentación totalitaria de repartir en vez de dejar que cada cual se busque la vida, facilitando esa búsqueda, es demasiado fuerte como para dejarla y no la va a dejar.
Al gobierno le va a llegar una morterada de millones; entre lo que se «pierda» y lo que se malgaste veremos qué llega a los que de verdad hacen funcionar el país.
De todos los economistas que leo, eres con el más de acuerdo estoy normalmente. Nada que ver con macro, ni multinacionales, soy una autónoma. Todas las inversiones que en su día necesitamos para el crecimiento de nuestra micro, hoy son «inversiones cautivas» como te leí un día, estamos al 90% menos del 2008, zombis y aguantando, no podemos mantener los impuestos de esas Inversiones, ni tampoco hoy son vendibles, estamos trabajando para pagarlos. Mi sueldo en administración y gestión hoy no sale, en un sector que siendo generosa el 80% está sumergido, en psicología dicen que dependiendo de la frecuencia y la intensidad, se pasa de problema a trastorno, pues bien, ya estamos en trastorno, porque este porcentaje de competencia sumergida hace que sea esta la que marque los precios de mercado a los emergidos, aún así más caros, menos competitivos y cada vez más empobrecidos.
Y lo peor de este sentimiento de cautividad es el sistema político, mientras continuemos con la partidocracia igual nos da rojos, que verdes, azules o amarillos,
en este país no vamos a despegar nunca. Una pena ser un país rico y pasar por lo que estamos pasando, me recuerda mucho al otro lado del charco.
Por cierto todo esto lo dice una optimista !
De acuerdo. ¿Qué puede hacer un pensionista de 800€ para cambiar la situación?