Quiere parar la sangría de dólares del contribuyente para dedicarlos a fortalecer EE UU frente a la amenaza de China, mientras la UE da su «apoyo incondicional» a Kiev, pero compra miles de millones de gas ruso.

Cuando hablamos de la guerra de Ucrania, estoy de acuerdo en el apoyo al país invadido. Que quede clara mi posición. Para entender la posición del presidente Trump debemos entender varios factores.
Primero: Rusia está ganando la guerra, aunque no me guste. A principios de 2025, el ejército ruso controlaba alrededor del 18% del territorio de Ucrania. Añadió 2.400 kilómetros cuadrados en el transcurso de 2024, casi el doble del tamaño de la ciudad de Londres.
Segundo: las sanciones a Rusia han fracasado. Yo soy el primero que las defendí, pero avisé que, si no se unía Asia, iban a ser fallidas. Entre 2022 y 2024, el superávit comercial de Rusia ha alcanzado más de 600.000 millones de dólares.
Tercero: la posición de la Unión Europea con Estados Unidos no puede ser de indignación cuando mantiene lazos crecientes con China, el socio y aliado de Rusia, o hablan de Putin como dictador asesino, pero le tratan como a un socio incómodo. La Unión Europea no puede rasgarse las vestiduras con Trump. La UE excluyó la importación de gas natural licuado ruso de las sanciones. En 2024, las importaciones de gas ruso de la UE alcanzaron un récord de $7.000 millones. Francia, España y Bélgica suponían el 85%. España ha importado más de $8.900 millones de gas natural licuado ruso desde el comienzo de la guerra y la Unión Europea cerca de $21.000 millones.
Cuarto: casi el 18% de la población de Ucrania es rusa, unos 8,4 millones de personas.
Quinto: la posición del presidente Trump sobre Ucrania no es una sorpresa de hace una semana. La explicó hace más de un año, exactamente febrero de 2024, y fue repetida durante toda la campaña. Los líderes de la Unión Europea, en su arrogancia infinita, asumieron que no iba a ganar las elecciones por amplísima mayoría y que, si las ganaba, no cumpliría sus promesas. La guerra de Ucrania le ha costado al contribuyente estadounidense más de $350.000 millones y en Estados Unidos no se percibe esta guerra como la vemos muchos en Europa.
La guerra de Ucrania le ha costado al contribuyente estadounidense más de 350.000 millones
No olvidemos que sus “expertos” nos contaron que la guerra duraría poco, que Ucrania la ganaría sin duda y que las sanciones iban a llevar a la retirada y que el pueblo ruso, con la ayuda de los oligarcas, echarían a Putin del poder. Pues bien, tres años después, nos tienen que explicar varias cosas.
La posición de la Unión Europea
¿Cuál es la “posición de la Unión Europea”? Apoyo incondicional a Ucrania, pero mantener las compras de miles de millones de dólares de gas natural licuado ruso y relaciones privilegiadas con el socio estratégico de Rusia. La posición de la Unión Europea es no hacer nada, que lo pague Estados Unidos y quejarse porque no se les tiene en cuenta. Es más, si la posición de la Unión Europea es que la única solución es una victoria contundente de Ucrania, los actos de sus países les delatan. Si la UE quiere una victoria inapelable, no vale esperar que los medios se olviden y corra un tupido velo. ¿Saben que la victoria total de Ucrania solo se daría con un enfrentamiento bélico y económico continental absoluto contra Rusia y China?
»Los dirigentes europeos están enfadados por no haber sido incluidos en las negociaciones sobre Ucrania. Consideran que su perspectiva de no tener propuestas ni ideas ni acuerdos sobre cómo proceder, pero con muchos clichés, sería una parte valiosa de las negociaciones», explica con toda la razón Byron York. La posición firme e inequívoca de la Unión Europea es que esta guerra se enquiste, se deje de hablar de ella y lo pague Estados Unidos. Fascinante.
El mandato de las urnas
El presidente Trump cumple con el mandato de las urnas. 77 millones de votos, todos los estados bisagra, el congreso y el senado. Los votantes de Trump y muchos de Harris no ven esta guerra como algo que deba financiar el contribuyente. ¿Por qué? Porque los mismos actos de la UE niegan la imagen apocalíptica que nos transmiten.
Los líderes europeos hablan de Putin como si fuera Hitler, pero se comporta con él como si fuera Breznev. Y esa narrativa no se la tragan los americanos. De hecho, los políticos que acusan a Trump de dar alas a Putin, algo que no ha ocurrido, se callan ante la evidencia de que ellos sí le dan alas y alerones con sus sanciones dúctiles.
«Europa está ahora en pánico porque se ha acostumbrado a la comodidad que le brinda Estados Unidos en materia de seguridad, no ha prestado atención a lo que Trump ha estado diciendo y no se ha preparado adecuadamente para su segunda presidencia. Las consecuencias de este error de cálculo estratégico están empezando a quedar claras» afirma el exdiplomático británico John Foreman.
El presidente Trump no ve a Putin como una amenaza, pero sí a China
El presidente Trump no ve a Putin como una amenaza, pero sí a China y, por lo tanto, sabe que es esencial parar la sangría de dólares del contribuyente en una guerra en la que la UE se pone de perfil, para dedicarlos a fortalecer EE UU con respecto a China en otros ámbitos y llegar a un acuerdo en Ucrania antes de que la evidencia acabe con el país como lo conocemos. De hecho, Trump reconoce la realidad y hace un favor a la UE. Además, no se engaña y sabe que no llegar a una negociación significará un desastre para Europa a medio plazo. La posición de Rusia está blindada por el apoyo chino. Ese “pequeño” detalle no lo dicen los indignados líderes europeos que a la vez se abrazan a China.
«Si Europa está obcecada en retroceder hasta la irrelevancia a través de su totalitarismo local, estancamiento económico o meterse en una guerra continental, los contribuyentes americanos no están obligados a ayudarles», dice Connor O’Keefe en Mises con toda la razón.
La negociación será compleja, dura y, por supuesto, o será buena para Ucrania o no será
El presidente Trump no ha concedido nada ni ha regalado nada. Lo que ha hecho es despertar a la burocracia oligárquica y ofrecer una puerta a una solución de paz realista. La alternativa era la nada. Esa negociación será compleja, dura y, por supuesto, o será buena para Ucrania o no será. La alternativa es la condescendencia, incompetencia e inacción actual. Si la Unión Europea quiere pensar que está ganando la guerra y que es relevante metiendo la cabeza en un agujero haciendo otra cumbre de burócratas o que China es un socio amable que pasa por ahí, es su problema. Pero no se lo van a pagar los americanos.