Entrevista en Cara a Cara (febrero 2014) donde hablamos de reforma fiscal, política de creación de empleo y contratación, Europa y recomendaciones de Bruselas, populismo y gasto publico. «Hay que dejar de gastar como oligarcas sin petroleo».
Hay que bajar impuestos ya. El esfuerzo fiscal en España sigue siendo uno de los mayores de la OCDE. Y no es una carrera a recaudar, como explicaba en el post “El gasto es el problema“. El juego de sostener el PIB con gasto hipertrofiado no reduce el paro lo suficiente. Es urgente.
España tiene potencial para crear millones de empleos netos. Para ello, hay que bajar las tasas. Se espera que se creen 650.000 puestos de trabajo nuevos para 2014-2015 –(yo estimo unos 800.000 a 2016)–, pero no es suficiente. El empleo no va a venir de una Administración hipertrofiada queconsume casi el 45% de los recursos del país y donde el gasto en empleo público supone el 11,9% del PIB superando la media del conjunto de países desarrollados, que se sitúa en el 11,3%. Eso sin contar asesores (1.000 millones de euros anuales) ni empleados de empresas públicas. Tampoco va a venir de las grandes empresas que ya cuentan con una media del 20% de empleados superior a sus comparables europeos (empleados sobre cifra de negocio en el país, Bloomberg). Va a venir del autoempleo y las pymes.
Para reducir el paro hay que:
– Fomentar el autoempleo. Crear empresas en 24 horas, como en tantos países, y no ser uno de los países de la OCDE donde es más caro y lento montar una. El tiempo necesario para poner en marcha un negocio en España es el doble que la media. Que los creadores de pequeños negocios y nuevas empresas no vean que el coste es inasumible con respecto al riesgo que ya supone su iniciativa empresarial de por sí.
– Incentivar a las pymes. No hay que olvidar que son las que crean el 70% del valor añadido de un país. Bajar los impuestos de Sociedades y Cuotas Sociales para crear empleo. Las empresas españolas dedican un total del 58,6% de sus beneficios a pagar impuestos, según los datos del Banco Mundial.
– Bajar cuotas a autónomos. Cercenar la inaceptable cuota de autónomos, que ha aumentado un 20%. Los trabajadores que hayan montado su propia empresa (administrador societario) y los autónomos con más de una decena de empleados a su cargo pagan una cuota mensual próxima a los 314 euros, inasumible en un entorno de incertidumbre y riesgo empresarial.
– Reducir impuestos a empresas. Que las nuevas empresas creadas no paguen cuotas sociales e impuestos hasta tener dos años de beneficios, como en Reino Unido. Y cercenar de manera drástica las trabas burocráticas y la extrema complejidad legislativa de un país de diecisiete regímenes que se autojustifican creando centenares de normas cada año. Cambiar los incentivos: menos capataces para “parar y fiscalizar” y más facilitadores.
– Reducir IRPF para aumentar ahorro y consumo. Sí. Ahorro. Sin ahorro, y consumo posterior, la economía no se pone en marcha. Desincentivar el ahorro para sostener el PIB es una política errónea y peligrosa. El salario bruto de un trabajador se deduce un 47,3% en impuestos. Sumando el IVA, el sueldo es de 67,4% para el Estado.
– Cortar gasto político y superfluo, subvenciones y excesos de burbuja, como comentaba en este post. España ha aumentado el gasto público un 48% entre 2004 y 2009 y sólo lo ha reducido ligeramente un 5% desde 2010 (Lean). Los que defienden “ser flexibles con el déficit” deben explicar cómo van a endeudar España más de 80.000 millones anuales, que es una locura.
Las soluciones no van a venir de las mismas políticas de gasto inútil e intervencionismo que ya destruyeron 3.000.000 puestos de trabajo. La EPA muestra lo evidente: no se crea empleo suficiente con un Estado hipertrofiado. Los datos muestran recuperación, pero es frágil e insuficiente. Se puede hacer mucho más.