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Austeridad y crecimiento. Un objetivo posible

4/2/2012

El gran debate macroeconómico de 2012 se centra en analizar si los procesos de reducción del gasto público que se están llevando a cabo son compatibles con el crecimiento o, en el peor de los casos, si ese crecimiento peligra por los recortes. Muchos son los economistas anti-austeridad, desde Krugman, que pide más gasto pero también recortes de salarios masivos, o los que alertan de la profundización de la crisis. Me gustaría darles unas pinceladas de la charla que di hace una semana en Austin y Dallas sobre “la austeridad funciona” (Austerity Works) y por qué es en España donde es más relevante.

Austeridad no es antónimo de crecimiento, sino de despilfarro

Lo primero que merece la pena dejar claro es que en Europa no se está llevando a cabo un proceso de austeridad, sino de contención del gasto, moderadísimo en algunos casos como el español o el británico. Reducir el “déficit” del 8% al 5% no es austeridad, es prudencia presupuestaria. No es lo mismo reducir la deuda que reducir el incremento de la misma.

El primer argumento que suelen utilizar los que atacan los programas de austeridad es comparar este proceso con lo que ocurrió en los años 30, es decir, un agravamiento de la crisis. Pero olvidan las diferencias.

En los años treinta se produjo austeridad junto a proteccionismo, una combinación letal que nuestros gobernantes deben evitar. En un mundo globalizado es muy difícil que se pueda llegar al proteccionismo salvaje de EEUU en los 30. Eso si, aquí es donde Europa puede errar de manera grave, ya que el intervencionismo está creciendo, aunque no de manera alarmante.

* En los años treinta los tipos de interés eran extremadamente altos y la capacidad financiera de los sistemas intervenidos era muy limitada. Ese no es el caso actual.

* En los años treinta no se daba un entorno de expansión cuantitativa como el que tenemos ahora. Pero el QE (expansión cuantitativa) americano lo hace la FED directamente saltándose a la banca, e inundando de dinero el sistema, fundamentalmente el financiero. En Europa, esa expansión se esta haciendo usando a la banca, que retiene ese dinero, comprando deuda soberana, sin extender crédito a la economía real.

El aumento de liquidez de Draghi no llega a las empresas y familias. Como me decía este miércoles el primer ejecutivo de una gran empresa española “aquí el credit crunch lo está viviendo la pequeña empresa eficiente, no la administración ineficiente”.

Las razones por la que continuar con el gasto es equivalente a dispararnos en el pie son las siguientes:

Hemos comprobado que el gasto no funciona, repetirlo es suicida. España incrementó el gasto publico en 67.264 millones de euros entre 2007 y 2011, un 6,4% del PIB, para generar una caída del PIB del 3,3% y una caída de la producción industrial de 12,7%, con un aumento del desempleo hasta 5,4 millones de personas. Ese aumento del gasto supuso además un coste de deuda adicional equivalente al 0,3% del PIB. España SA no solo no detuvo la crisis gastando, sino que la acrecentó. Las cifras en España son demoledoras, pero es que en EEUU, Reino Unido y la Eurozona se demuestra el mismo principio, el aumento del gasto no ha generado una décima de PIB.

Siempre les hablo del modelo de saturación de deuda, y hay que recordarlo.Cuando una unidad adicional de deuda no genera PIB positivo, sino negativo. Hemos saturado el dudoso efecto beneficioso del gasto. Un claro ejemplo de este aspecto es el tan famoso como triste Plan E del Gobierno, 13.000 millones de euros, el doble que lo que se espera recaudar con la subida temporal del IRPF, para generar deuda, destrucción de empleo y de PIB.

Hemos probado que la “no austeridad” cuesta demasiado, pero más cuesta el gasto indiscriminado. Yo siempre digo que si Krugman se leyera los capítulos de gasto de de los presupuestos generales del Estado se hacia de la escuela austriaca en un minuto. No solo hablamos de decenas de miles de millones tirados en ciudades del circo y las artes, aeropuertos sin uso, infraestructuras multiplicadas y subvenciones a fondo perdido. El problema es que todos esos gastos no están soportados por un ingreso equivalente, (no tienen ROIC, return on invested capital) con lo cual dejan detrás de los mismos, no solo un valor inexistente, sino una deuda impagable que tendrá que ser cubierta con ingresos de otras actividades, las productivas. Es decir, las infraestructuras y subvenciones “tiradas” no solo son un malgasto, sino que la deuda que dejan supone un robo a las actividades rentables ya existentes… pero además crea un efecto de “no inversión”. Nadie se atreve a poner un duro en una economía en la que los impuestos que se generan por inversión productiva van a cubrir deuda (liabilities) del malgasto improductivo.

Por qué funciona la austeridad:

Libera recursos financieros de actividades improductivas a actividades productivas. Hoy en día el casi el 70% de los recursos financieros a disposición de la banca se usan para comprar deuda publica y financiar gasto de las administraciones. Es el efecto crowding out (acaparador) de un Estado que ya supone más del 40% de la economía del país. Si ese Estado deja de acaparar las posibilidades de crédito, y además deja de gastar en actividades improductivas, la actividad inversora retorna y la actividad financiadora de dicha inversión también. No es casualidad que en Estados Unidos haya empezado a fluir el crédito a la actividad privada creadora de empleo justo cuando el presupuesto del país está secuestrado por ley, como me comentaba un panelista republicano en la conferencia de Austin, Texas.

* Acelera la transformación a una economía de mayor productividad. No es casualidad que la productividad caiga cuando aumenta el gasto público. La mayoría del gasto publico de los planes de estimulo se envía a subsidios y rescates a industrias en decadencia (minería, automóvil, etcétera… cero productividad) y a actividades de bajísima productividad (construcción, obra civil), y acapara unos recursos financieros que imposibilitan la inversión en alta productividad. Si se deja de rescatar al ineficiente con el bolsillo del eficiente, se atrae capital para inversión en alta productividad. Si no, ese capital se desplaza a territorios más atractivos.

Crea empleo, no lo subvenciona. Cuando el Estado gasta en empresas sin sentido e inversiones sin retorno, no crea empleo, lo subvenciona pidiéndolo prestado. Y ese coste viene del bolsillo del trabajador actual y de los impuestos de las empresas rentables, hasta que se acaba el dinero de los demás y la pirámide se desmorona. Cerrando 75.000 empresas y trabajadores autónomos anuales para subvencionar un gasto que destruye empleo a corto y medio plazo.

El aumento del gasto financiero por incremento de deuda ahoga la capacidad de recuperación y además aboca a subidas de impuestos que frenan el consumo y la inversión, además de repeler al capital. Si España se ahorrase tener que emitir deuda para pagar intereses de deuda no haría falta llegar a la situación actual, con la mayor presión fiscal de Europa.

Es relativamente fácil, no solo se dejan de pagar subvenciones inútiles, 22.000 millones de euros anuales, y 6.000 millones de euros de coste de deuda adicional, sino que se atrae capital y se reduce la perdida de ingresos por impuestos (nada menos que 46.000 millones 2007-2011) atrayendo nuevos inversores. Y en vez de cercenar el PIB un 0.3%, se crearía PIB hasta en un 2% anual.

Tenemos que salir de la espiral de gasto, de los favores debidos, del proteccionismo y las subvenciones que rescatan a los improductivos y taponan la innovación y la inversión de crecimiento. España lo hizo, en varias ocasiones, en el pasado. No creo que no podamos hacerlo de nuevo.

Eurobonos, no gracias. La deuda no se soluciona con más deuda

26/11/2011 El Confidencial

La imagen de Merkel como un malvado monstruo por rechazar los eurobonos es simplemente injustificada.

Tras una década de expansión de crédito extrema, esperamos un chute de adrenalina, un latigazo de whisky al alcohólico, un nuevo vial de crack. Exigimos más deuda. Los eurobonos, o un enorme plan de estimulo, ya.  ¿Y quiénes son los mayores defensores de esos eurobonos, de infectar al BCE de deuda periférica y de ampliar el fondo de estabilización? Sorpresa, son los bancos franceses, italianos, etcétera. Esas entidades que solo tienen una media de 25 veces de deuda sobre activos, y que necesitan 250.000 millones de euros para mantenerse a flote en esa carrera para no llegar a ningún lado de la deuda exponencial (running to stand still, como U2).

¿Por qué los eurobonos son una mala idea?

Imagínense ustedes que las 35 empresas del Ibex, con distintos directivos, distintos negocios y distintos balances, decidiesen emitir un bono común “Ibex 35” para cubrir sus necesidades de refinanciación. Los intervencionistas y sus mensajeros mediáticos les dirían que es una gran idea porque así las empresas más endeudadas se beneficiarían de la solidez de las grandes, ¿no? Pues no. Es lo contrario.

No hemos aprendido de 2008, de la crisis de las hipotecas basura (sub-prime), de las fusiones de cajas ni de la burbuja tecnológica. El riesgo no se disipa por acumulación, se contagia.

Por eso, los que se frotan las manos esperando una transferencia de riqueza de Alemania y Centro Europa a los países periféricos de 134.000 millones de euros, el coste de financiación si usamos el diferencial medio entre los bonos, no se dan cuenta que la transferencia sería al revés. Negativa para todos.

De la misma manera en que una empresa sólida y atractiva se desploma en bolsa si compra un chicharro de mala calidad aunque sea “pequeño”, los eurobonos verían su rentabilidad implícita subir entre un 35% y un 40% comparado con el subyacente actual (el bono alemán). Además, la prima de riesgo de esos eurobonos se equipararía, como mínimo, al activo de mayor riesgo de las economías combinadas. El Eurobono no solo no protege en épocas malas, sino que en momentos de bonanza económica no permite a las economías emergentes beneficiarse.¿Confiamos en que cuando España se recupere Portugal o Grecia o Italia lo van a hacer igual? ¿Y ellos, confían en nosotros? Imagínense si Estados Unidos y México lanzaran un bono conjunto. En recesión, cotizaría a riesgo mexicano, y en bonanza, cotizaría con la falta de atractivo de un país maduro.

Por eso me sorprende que en España, donde sabemos y podemos cuantificar el riesgo y oportunidad que supuso la crisis latinoamericana, cuyo crecimiento hoy salva el balance, caja y la prima de riesgo de nuestras empresas, nos sintamos encantados de la vida con la perspectiva de un Eurobono.

Es aún peor. Cuando una de las economías que acepte ese eurobono empiece a despegar, como ocurrió con España entre 1990 y 2005, el coste de su financiación se verá negativamente impactado por las economías que hoy parecen muy sólidas y que lastran en épocas de crecimiento. ¿O nos olvidamos de cuando Alemania y Francia estaban en recesión técnica y nosotros crecíamos a un 3%?

Desde el punto de vista bursátil y de refinanciación corporativa, los Eurobonos son tremendamente negativos. Las empresas europeas tienen 1,1 billones de euros que refinanciar entre 2012 y 2013. La mayoría de ellas goza de una prima de riesgo muy inferior a sus países, gracias a la política de internacionalización, reducción de deuda, de costes y gestión activa de su caja. Pues bien, un eurobono no solo implicaría un aumento del riesgo soberano del subyacente de más calidad (el riesgo alemán en este caso), sino que el coste de refinanciación de las empresas subiría de manera proporcional, perdiendo todas las ventajas de su política de austeridad corporativa desde 2007.

Pero además, la ruta hacia los eurobonos, perfectamente planificada desde Bruselas, es una ruta que usa los años 2012 y 2013, en los que los países periféricos tienen más vencimientos de deuda, para cercenar soberanía económica a favor de tres entes, el FMI, el BCE y la UE, que no han demostrado ninguna capacidad ni tienen track-record de hacerlo mejor que los desastrosos gobiernos individuales. Cambiar un mal gestor por otro es perder soberanía, convertirse en una provincia “experimento” económica e ir de Guatemala a Guatepeor.

Los eurobonos serían el “big short” de 2012

Léanse el libro de Michael Lewis The Big ShortEmpaquetar y disfrazar activos de alto riesgo en un conglomerado que se vende artificialmente como bajo riesgo genera no apetito, sino voracidad bajista. Nada mejor que un activo sobre-preciado y con el riesgo “escondido” para poner unos cortos (lo que llaman posiciones bajistas) de magnitud espectacular. Les aseguro que si se aprueban los eurobonos yo intentaría lanzar un fondo Short Only al día siguiente.  Oh, y si a los listos intervencionistas se les ocurre prohibir cortos, lo que se dará es una estampida de capital fuera de Europa, de nuevo. Y adiós Eurostoxx. Short Only.

Déjenme darles un ejemplo, cortesía del gran John Hussman. Casi todos los medios y los analistas nos dicen que el BCE hace una labor estupenda y que debe infectar su balance más y más con deuda de países en riesgo. Nos cuentan que debe imprimir dinero y endeudarse. Por supuesto, los que nos lo cuentan no dicen que ese dinero lo pondremos los ciudadanos europeos a través de impuestos. Pero lo que nunca jamás nos dicen es que el riesgo que inyectamos a ese fondo de estabilización es creciente. Vean el grafico, que muestra como el diferencial del bono del fondo de estabilidad con el bono alemán se ha ido disparando a pesar de los mensajes tan positivos de los amigos de la intervención, y tiemblen. La deuda no se soluciona con más deuda.

La solución

Y lo repito. Un problema de deuda no se soluciona con más deuda. Un problema de liquidez, no de solvencia, como el actual, no se resuelve nada más que aumentando los ingresos y reduciendo los gastos y desde el ahorro, que se ha desplomado a 11 puntos de PIB. Pero sobre todo reduciendo los gastos, tras la orgía de gasto publico.

La solución pasa por mantener una Europa centrada en la moderación presupuestaria, algo que ya existe en los tratados aprobados. No hay que cambiar nada, lo que hay que hacer es cumplirlos, sea España ahora o Francia después, que sus problemas tienen. Por eso, ceder soberanía económica y fiscal a una Unión Europea que jamás ha reducido su presupuesto y que no tiene ningún historial de éxito en gestión, es ridículo. Yo no dudo para nada que este país, que ha salido de decenas de problemas mayores, puede poner la casa en orden, dejar de gastar en subsidios sopa-boba 11.000 millones de euros anuales, reducir duplicidades y atraer capital. Y lo mismo Portugal, Italia o Alemania.

La solución es que de una vez se enteren de que es más atractivo invertir en un país que crece menos pero que maneja sus gastos de acuerdo a sus ingresos que financiar una sopa boba de subsidios que destruyen empleo, PIB y competitividad y esperar que escampe y colocar el paquete de eurobonos sub-prime a algún insensato.

La solución pasa por atraer financiación no bancaria, privada, que estará encantada de apoyar el proceso de reconstrucción y por generar un entorno legal, administrativo y regulatorio estable y eficiente que nos haga un socio no solo para Europa, sino para el resto del mundo. Y por pasarlo mal un par de años, que ya nos toca despertar del sueño de préstamo Cofidis.

Desde un punto de vista económico y de inversión, cercenar la oportunidad de revalorización de nuestra deuda si lo hacemos bien, y vaya si podemos, es suicida. Es un “pacto del diablo” que nos hipoteca durante décadas para mantener el Pan y Circo de la década perdida que hemos vivido.

Mis recomendaciones al movimiento Spanish Revolution

20110525100indignado_d(Articulo publicado en El Confidencial el 27/5/2011)

He pasado casi una semana intercambiando tuits con integrantes y simpatizantes del movimiento Democracia Real Ya. Debo reconocer que ha sido una experiencia muy enriquecedora y de la que he aprendido mucho. Empecé, como tantos, con grandes sospechas, entre mensajes de nacionalización de la banca, anarquía y algún que otro insulto.

Debo confesar que lo que me llevó a comenzar el diálogo hasta bien entrada la madrugada de los últimos días fue la duda de la imparcialidad del movimiento, ya que cuando gobierna la izquierda los protestantes atacan al “sistema”, ente difuso e impersonal, y cuando gobierna la derecha las protestas van dirigidas específicamente a personas con nombre, apellidos y carnet de identidad. Ese punto de “solidaridad en la desgracia” hacia gobiernos de un lado y otro a los que los suyos y sus simpatizantes les presuponen siempre buena intención y superioridad moral. Tuvieron mala suerte, qué se le va a hacer. La culpa es del “sistema”. Vaya por Dios.
Pues bien, a medida que intercambiaba ideas con los twiteros se estableció un diálogo francamente interesante y revelador. Gente muy preparada, frustrada pero cabal y con espíritu constructivo. El verdadero germen de lo que puede ser el futuro. Allá van mis recomendaciones, con humildad. Tómenlas como una simple aportación desde mi respeto y mi cariño:
.- Si preocupa la dictadura de los mercados, no a la deuda. Reclamar más subsidios y más gasto solo va a generar más dependencia de los mercados, que tienen la mala costumbre de exigir que se les repague su préstamo y que se le remunere un interés adecuado. Una economía endeudada solo genera dependencia. Si todas las empresas y tecnologías que defienden viven de subsidio, no florecen, sobreviven, y el beneficio que generan para sí mismas es directamente proporcional a la pérdida que usted percibe en su bolsillo. Los subsidios excesivos crean pereza, y por muy bienintencionados que sean son un fondo perdido, que genera gasto, más deuda, y mayor empobrecimiento.
.- Menos impuestos, más derechos. Menos impuestos para las rentas bajas y medias. Financiar al Estado pagando impuestos en exceso en las nóminas para luego “devolver” la renta es regalar dinero. Hagan que el Estado no tenga la tentación de gastar insosteniblemente. Den más renta disponible a las familias, que han demostrado ser capaces de gestionar la crisis mucho mejor que cualquier gobierno, capitalista o comunista. Creen riqueza para que la Seguridad Social se capitalice, no incrementar el agujero y taparlo con parches de gasto.
.- Contra los supuestos excesos de las grandes corporaciones, crear empresas. Creen cooperativas. Monten empresas. Salgan del círculo del subsidio, que les hace más dependientes. Usen el talento para crear su propio futuro. No es imposible.
.- El fracaso no existe. No le tengan miedo. Vean la crisis como una oportunidad. El Estado les ha convencido de que no pueden tener éxito si no son funcionarios, o empleados de una enorme corporación. El miedo al fracaso les ha llevado a la esclavitud del sistema que critican. En España el 80% del sistema bancario era estatal, las cajas, manejado por sindicatos y políticos. En el año 2007, cuando se le echaba la culpa al capitalismo feroz de la crisis, más del 74% del sistema bancario mundial estaba controlado por los Estados. El Estado acaparando un 57% de la economía ha  generado esta situación. Más Estado no les va sacar de ella.
.- Tomen el reto de hacer un movimiento realista y verdaderamente apolítico. Curioso ver que lo primero que ha hecho el movimiento es juntarse en asambleas populares. Algo que gente tan despreciable e inteligente en su maldad como CastroVidela o Chávez vendían como “democracia”. Juntar a un grupo, separarlo en mini-grupos, debatir, volver a separarlo y cuando han decidido lo que acuerda el grupo más pequeño, liderado por un “moderador”-comisario, gritar a una “el pueblo ha decidido”. ¿Les suena a algo? ¿Juntas bolivarianas tal vez?
.- Colectivismo, ¿para qué? Si es cierto, como dicen, que los modelos del pasado hay que cercenarlos porque no funcionan, recuerden que el modelo que ha demostrado fracasar de manera más clara y con peores consecuencias para el pueblo en los últimos cien años es el del colectivismo y estatalismo. Aprendan del pasado para no repetirlo, ni el de los últimos diez años ni el de los últimos cien.
.- Centren su movimiento en el individuo. La persona. Gente llena de talento, de capacidad, de ilusión, asustada y frustrada, es cierto, a la que le dicen que nunca van a poder conseguir nada. Esas personas pueden y deben demostrar que son líderes. Creen líderes económicos, tecnológicos, que revolucionen el país. Si no crean lideres, se rodearan de jefes de negociado.
.- Salgan fuera. El 70% de la población activa trabaja a menos de 30kms de donde nació. Tomen riesgo, como hicieron nuestros abuelos y bisabuelos, que crearon riqueza y empleo. El futuro es la tecnología y el valor de la capacidad intelectual. Desarróllenlo. Conviértanse en líderes globales. ¿Por qué puede un señor en un garaje de Iowa o en Israel crear una empresa líder que ayude a mejorar el mundo y ustedes no? Claro que pueden.
.- No hay derechos adquiridos. El modelo del avestruz de evitar mirar al mundo y asumir que tenemos unos derechos adquiridos que les negamos a los trabajadores de Asia, África o América solo crea miedo y error. Busquen su ventaja competitiva, que la tienen, su activo intelectual y su capacidad de adaptación a un mundo complejo, y aprovéchenlo. Los sindicatos no están para crear trabajo, sino para mantener el de sus afiliados, aunque sea a costa de los demás. Sospechen de quien les ofrece el futuro mirando al siglo XIX.
Y ante todo mucha suerte. Un abrazo.
*Daniel Lacalle es gestor de Hedge Funds
 
http://www.elconfidencial.com/tribuna/2011/recomendaciones-movimiento-spanish-revolution-20110526-7448.html

Mis recomendaciones al movimiento 15M, 22M etc…

Este artículo se publicó en 2011 dedicado a los manifestantes del 15M. Creo que merece la pena recuperarlo para el 22M:

26/5/2011

He pasado casi una semana intercambiando tweets con integrantes y simpatizantes del movimiento Democracia real Ya. Debo reconocer que ha sido una experiencia muy enriquecedora y de la que he aprendido mucho. Empecé, como tantos, con grandes sospechas, entre mensajes de nacionalización de la banca, anarquía y algún que otro insulto.

Debo confesar que lo que me llevó a comenzar el diálogo hasta bien entrada la madrugada de los últimos días fue la duda de la imparcialidad del movimiento, ya que cuando gobierna la izquierda los protestantes atacan al “sistema”, ente difuso e impersonal, y cuando gobierna la derecha las protestas van dirigidas específicamente a personas con nombre, apellidos y carnet de identidad. Ese punto de “solidaridad en la desgracia” hacia gobiernos de un lado y otro a los que los suyos y sus simpatizantes les presuponen siempre buena intención y superioridad moral. Tuvieron mala suerte, qué se le va a hacer. La culpa es del “sistema”. Vaya por Dios.

Pues bien, a medida que intercambiaba ideas con los twiteros se estableció un diálogo francamente interesante y revelador. Gente muy preparada, frustrada pero cabal y con espíritu constructivo. El verdadero germen de lo que puede ser el futuro. Allá van mis recomendaciones, con humildad. Tómenlas como una simple aportación desde mi respeto y mi cariño:

.- Si preocupa la dictadura de los mercados, no a la deuda. Reclamar más subsidios y más gasto solo va a generar más dependencia de los mercados, que tienen la mala costumbre de exigir que se les repague su préstamo y que se le remunere un interés adecuado. Una economía endeudada solo genera dependencia. Si todas las empresas y tecnologías que defienden viven de subsidio, no florecen, sobreviven, y el beneficio que generan para sí mismas es directamente proporcional a la pérdida que usted percibe en su bolsillo. Los subsidios excesivos crean pereza, y por muy bienintencionados que sean son un fondo perdido, que genera gasto, más deuda, y mayor empobrecimiento.

.- Menos impuestos, más derechos. Menos impuestos para las rentas bajas y medias. Financiar al Estado pagando impuestos en exceso en las nóminas para luego “devolver” la renta es regalar dinero. Hagan que el Estado no tenga la tentación de gastar insosteniblemente. Den más renta disponible a las familias, que han demostrado ser capaces de gestionar la crisis mucho mejor que cualquier gobierno, capitalista o comunista. Creen riqueza para que la Seguridad Social se capitalice, no incrementar el agujero y taparlo con parches de gasto.

.- Contra los supuestos excesos de las grandes corporaciones, crear empresas. Creen cooperativas. Monten empresas. Salgan del círculo del subsidio, que les hace más dependientes. Usen el talento para crear su propio futuro. No es imposible.

.- El fracaso no existe. No le tengan miedo. Vean la crisis como una oportunidad. El Estado les ha convencido de que no pueden tener éxito si no son funcionarios, o empleados de una enorme corporación. El miedo al fracaso les ha llevado a la esclavitud del sistema que critican. En España el 80% del sistema bancario es estatal, manejado por sindicatos y políticos. En el año 2007, cuando se le echaba la culpa al capitalismo feroz de la crisis, más del 74% del sistema bancario mundial estaba controlado por los Estados. El Estado acaparando un 57% de la economía ha  generado esta situación. Más Estado no les va sacar de ella.

.- Tomen el reto de hacer un movimiento realista y verdaderamente apolítico. Curioso ver que lo primero que ha hecho el movimiento es juntarse en asambleas populares. Algo que gente tan despreciable e inteligente en su maldad como CastroVidela o Chávez vendían como “democracia”. Juntar a un grupo, separarlo en mini-grupos, debatir, volver a separarlo y cuando han decidido lo que acuerda el grupo más pequeño, liderado por un “moderador”-comisario, gritar a una “el pueblo ha decidido”. ¿Les suena a algo? ¿Juntas bolivarianas tal vez?

.- Colectivismo, ¿para qué? Si es cierto, como dicen, que los modelos del pasado hay que cercenarlos porque no funcionan, recuerden que el modelo que ha demostrado fracasar de manera más clara y con peores consecuencias para el pueblo en los últimos cien años es el del colectivismo y estatalismo. Aprendan del pasado para no repetirlo, ni el de los últimos diez años ni el de los últimos cien.

.- Centren su movimiento en el individuo. La persona. Gente llena de talento, de capacidad, de ilusión, asustada y frustrada, es cierto, a la que le dicen que nunca van a poder conseguir nada. Esas personas pueden y deben demostrar que son líderes. Creen líderes económicos, tecnológicos, que revolucionen el país. Si no crean lideres, se rodearan de jefes de negociado.

.- Salgan fuera. El 70% de la población activa trabaja a menos de 30kms de donde nació. Tomen riesgo, como hicieron nuestros abuelos y bisabuelos, que crearon riqueza y empleo. El futuro es la tecnología y el valor de la capacidad intelectual. Desarróllenlo. Conviértanse en líderes globales. ¿Por qué puede un señor en un garaje de Iowa o en Israel crear una empresa líder que ayude a mejorar el mundo y ustedes no? Claro que pueden.

.- No hay derechos adquiridos. El modelo del avestruz de evitar mirar al mundo y asumir que tenemos unos derechos adquiridos que les negamos a los trabajadores de Asia, África o América solo crea miedo y error. Busquen su ventaja competitiva, que la tienen, su activo intelectual y su capacidad de adaptación a un mundo complejo, y aprovéchenlo. Los sindicatos no están para crear trabajo, sino para mantener el de sus afiliados, aunque sea a costa de los demás. Sospechen de quien les ofrece el futuro mirando al siglo XIX.

Y ante todo mucha suerte. Un abrazo.