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Diez mitos sobre los paraísos fiscales
13/4/2013 ElConfidencial
«A tax loophole is something that benefits the other guy. If it benefits you, it is tax reform.» Russell B. Long
“A war on tax havens is nothing but an attempt to increase taxes to prop up bankrupt welfare states; to continue feeding the leviathan” Charles Gave
Justo cuando nos encontramos en la época de mayor represión financiera desde la década de los 70, cuando el gasto político de los países de la OCDE se dispara a máximos históricos, salta el nuevo “chivo expiatorio”. Los paraísos fiscales.
Para mí, que he trabajado muchos años con inversiones offshore, los principales errores de todo este debate son:
1) ¿Paraísos fiscales o infiernos fiscales? Empezamos por un error de traducción que no es casual, ni irrelevante. Tax Haven significa refugio fiscal, no paraíso (heaven). Es una diferencia semántica muy importante. No es lo mismo un refugio, consecuencia de un ataque confiscatorio, que un paraíso. Es importante, porque ese error de traducción ocurre, no por casualidad tampoco, en los países donde triunfan las políticas más intervencionistas. Los activos de los bancos en refugios fiscales han aumentado aproximadamente en diez trillones (*) de dólares desde el año 2001. Según la Universidad de Harvard, el aumento de esos activos viene casi siempre después de incrementos de la presión fiscal con unos doce meses de diferencia. Es decir, el movimiento de capitales fuera de los infiernos fiscales se da tras las subidas de impuestos. No es el causante de dichas subidas, como quieren vendernos, sino la consecuencia.
2) Dinero negro e ilegal. Otro mito es meter todo lo que sale en la prensa dentro de la bolsa de dinero ilegal. A finales de 2010, según Tax Justice, los cincuenta mayores bancos gestionaban 12,1 trillones dólares en activos offshore. Esos datos son conocidos, con operaciones que son legales, inversiones y cuentas de corporaciones. La enorme mayoría corresponde a empresas que tienen acuerdos comerciales multinacionales y que consiguen dos propósitos. Uno es crecer y desarrollar sus actividades en el mundo sin caer en doble imposición, que genera muchos más beneficios sociales, empleo y riqueza que el control de capitales. Y otro es salvaguardar fondos de países complejos. Les dejo dos ejemplos. Venezuela y Argentina. Nosotros, los españoles y europeos precisamente deberíamos agradecer a los refugios fiscales que no hayan quebrado algunas de nuestras empresas bandera cuando se instauraron los controles de capital y confiscaciones de parte de sus inversiones en esos países.
3) Billones de ingresos fiscales perdidos. El estudio de la Universidad de HarvardDo tax havens divert economic activity? (B Mihir A. Desai, C. Fritz Foley, James R. Hines Jr) concluye que la evidencia empírica es que los refugios fiscales no reducen la actividad económica en los países de alta fiscalidad, sino que la aumentan. Porquereinvierten sus depósitos mayoritariamente en deuda soberana, acciones y proyectos empresariales en países de la OCDE y de alta fiscalidad. Además, prueba que la actividad económica no solo ha aumentado con el crecimiento de los refugios fiscales, sino que los más beneficiados han sido los países occidentales, ya que gran parte del dinero que se protege de regímenes totalitarios globales se reinvierte en EEUU, Europa y Reino Unido. Olvidamos la cantidad de dinero de ciudadanos honestos que buscan sacar su dinero de regímenes dictatoriales o represivos.
4) Están en lugares exóticos. ¿Qué es un paraíso fiscal? Nadie en España, por ejemplo, se rasgaba las vestiduras cuando nuestras empresas conquistaban el mundo comprando activos y deduciendo el fondo de comercio de su base imponible. Ni cuando dábamos incentivos enormes a las empresas extranjeras, o cuando éramos “el país donde es más fácil hacerse rico del mundo”, según un ministro en los 90.Nuestros beneficios fiscales siempre son “reformas” y los de los otros son “evasión”. ¿Quién decide qué es un territorio fiscal bueno o malo? Delaware, Nevada, Wyoming, Luxemburgo, Malta, Chipre, Andorra, Jersey, Irlanda, Lichtenstein, Suiza o incluso Navarra… Todos tienen distintos e importantes beneficios fiscales. ¿Caimán es malo y Luxemburgo bueno? ¿Por qué?
5) Generan injusta competencia fiscal. Nos hablan de armonización fiscal como la panacea. Excepto que armonización no es el eco de las voces de los Beach Boys cantando Our Prayer, sino que esconde subir los impuestos a todos. Un estado confiscatorio nunca tiene suficiente. Y no ahorra en épocas de bonanza. Es precisamente la competencia fiscal de distintos países la que hace que usted no trabaje para el estado hasta septiembre, como pasaba hace pocas décadas. En 1979, la media del IRPF en la OCDE en el tramo máximo superaba el 67% y el impuesto de Sociedades el 50%, además de impuestos al capital de todo tipo. (pueden leerlo aquí). ¿Era el estado más eficiente antes y la riqueza mayor? No. Hoy, gracias a la apertura y la competencia fiscal, contamos con impuestos muy inferiores. Lo que quieren es volver a 1975, pero con sueldos políticos de 2012.
6) Competir con los refugios bajando impuestos es una carrera hacia cero. No es cierto. Los refugios fiscales tienen un gasto público que ronda el 25% del PIB. Eso, en sí mismo, imposibilita la carrera hacia cero. En cualquier caso, la carrera debe ser hacia el coste del estado que garantice el servicio que recibimos del mismo. Y no es cierto que los impuestos sean bajos con el esfuerzo fiscal más alto de la UE. Como dice Will Rogers, “lo mejor que se puede decir del sistema impositivo es que, gracias a Dios, no tenemos la cantidad de gobierno que pagamos”.
7) Si queremos se puede acabar con los refugios fiscales. No se pueden poner puertas al campo. Igual que en los 70 -qué cosas tiene la historia- Francia era un refugio fiscal para los ingleses, siempre va a haber un país soberano que atraiga capital de manera eficiente. ¿O se creen ustedes que Bruselas va a imponerle su régimen fiscal a China -Hong Kong-, Singapur, Dubái, etcétera? ¿Cómo? ¿Impidiéndoles comerciar? ¿Con nuestra fortaleza? Por favor. Imponer restricciones al capital nos llevó a la peor recesión después de la Segunda Guerra Mundial… y encima no funcionaba. La evasión fiscal y la economía sumergida en España en los 70 eran superiores a las de hoy con respecto al PIB, según me comentan amigos inspectores de la época.
Otra cosa que me encanta es el tema de la transparencia. Según el Banco Mundial, la mayoría de los mayores refugios fiscales tienen mejor gobierno corporativo y transparencia que… Francia.
9) Los refugios fiscales son un chollo. Invertir offshore es caro, cuesta millones de dólares en comisiones, es complejo y arriesgado. Muy arriesgado. ¿Por qué lo hacen entonces? Porque convertimos nuestros países en infiernos donde el riesgo es peor y cuando alguien ha ganado un poco de dinero teme el efecto confiscatorio de esos que hablan de “propiedad privada para uso público” (Griñan) y otras lindezas como “recuperar a Robespierre”. Pues nada, amigos… ¡Adiós! Pregunta de Trivial: ¿dónde están más seguros los depósitos, en Chipre o en Jersey? En Chipre, donde se garantizan hasta 100.000 euros, mientras en Jersey y refugios fiscales similares solo se aseguran hasta 50.000 (libras).
10) Sin refugios fiscales no habría crisis. Las cifras apabullan. Billones y billones. Por supuesto, todos estimados. Y, además, -esto es muy importante- confundiendo activos con pasivos y capital acumulado con beneficio anual. Porque muchos suman deuda y activos de los multimillonarios. Pues bien… usemos dos cifras. Ocho trillones de dólares, según el Boston Consulting Group y 21 trillones, según Tax Justice -que tiene un pelín de interés en inflar la cifra-. Pero no importa. Asuman que esas cifras son ciertas y que todas fueran de ciudadanos de la OCDE y póngales un impuesto del 20% -por ser generosos- que, por supuesto, sería aplicado una sola vez por ser capital acumulado, no anual. ¿Qué nos encontramos? Que con todo lo recaudado no se cubre el déficit de los últimos tres años de la OCDE. Que si Obama recaudase el 20% de lo que dicen que tienen las empresas americanas en cuentas extranjeras, no llegaba a cubrir el déficit de 2012.
Patriotismo fiscal o patrioterismo confiscador
Reparto. Redistribución. Siempre, por supuesto, partiendo de la base de que su dinero no es suyo y su éxito, inmerecido. Supongo que eso lo juzgan desde el conocimiento y experiencia como emprendedores. Yo no lo acepto. Pago más de la mitad de mis ingresos en impuestos en dos países y no quiero redistribución, quiero oportunidades de ganar y crecer.
Prefiero que la gente pueda invertir con garantías, no con inseguridad, clientelismo y confiscación de beneficios.
No me vale el supuesto anti-patriotismo del que “se forra en nuestro país” -mucho habría que discutir ahí- y deposita dinero donde se pagan menos impuestos en perjuicio de los “pobres ciudadanos a los que les bajan las pensiones y recortan sanidad”. Los recortes de hoy son causa del despilfarro del pasado, no de los refugios fiscales. Los aeropuertos inútiles, puertos de Laredo, estatuas ridículas y obras de megalomanía oligárquica. Se deben a la pésima gestión estatal de unos ingresos de burbuja que asumíamos que iban a ser eternos. La salida de depósitos de la UE no se debe al egoísmo, sino a que las condiciones de inversión son atroces y los impuestos crecientes.
Contra los paraísos fiscales, no seamos infiernos fiscales
Compitamos. Atraigamos capital. No inventemos cuentos pensando que Hong Kong o Singapur van a ser como España. Exijamos transparencia, por supuesto. Pero colaboremos y trabajemos para atraer ese capital a nuestras fronteras. No intentar confiscarlo. Porque no va a funcionar.
La globalización, la libre circulación de capitales y el comercio han hecho posibles losderechos que muchos hoy reclaman. Los refugios fiscales no florecen si no tenemos políticas confiscatorias y desprecio al éxito. Volver a los controles de capital, la política del avestruz y el estado paternalista nos llevan a la igualdad en la miseria.
Para mí, es evidente. Buscar la igualdad a cualquier precio es desincentivar la creación de riqueza y empobrecer a todos. Atraer capital y crear riqueza, mejorando la renta disponible de todos, genera más oportunidades y crecimiento. Unirnos en la pobreza para sostener un estado elefantiásico solo nos lleva a otra depresión.
Hace ya muchos años el genio del humor, Chumy Chumez, decía “los españoles no ahorran, son unos manirrotos, se lo gastan todo en impuestos”. Nada ha cambiado. Contra los paraísos fiscales no seamos un infierno fiscal. Que tengan un buen fin de semana.
(*) Trillones americanos, billones europeos
Diez cosas que España hace en futbol y no en economía:
- El Estado no interviene ni en composición de equipo ni en estrategia.
- Aprender del contrario que gana, no imitar al que pierde.
- Celebrar la diversidad cuando gana el equipo, no usarla para perder.
- Usar al entrenador que gana, no al que pierde y promete cambiar.
- Adaptar su estrategia a sus recursos, en vez de pedir más recursos.
- Incentivar el liderazgo para el bien del equipo.
- Ajustarse a la formula que siempre ha funcionado y no variar a medio partido.
- Reducir impuestos para incentivar éxito..
- Premiar y felicitar al ganador, en vez de criticar y marginarlo.
- El entrenador no subvenciona al jugador que pierde para que siga en el equipo.