La cumbre de los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se ha cerrado con la invitación a unirse al grupo extendida a Emiratos, Egipto, Irán, Arabia Saudí, Argentina y Etiopía.
Con la cumbre se han generado una gran cantidad de titulares sobre el impacto de este grupo extendido de naciones, incluyendo especulaciones sobre el fin del dólar como moneda de reserva y que se perciba este grupo de naciones como una amenaza para Estados Unidos y hasta el Fondo Monetario Internacional.
Conviene aclarar varias cosas.
Muchos analistas políticos se creen que China presta, invierte o apoya a cambio de nada. China es una gran potencia económica, pero no tiene interés en ser moneda de reserva global. Su moneda no se utiliza solo en el 5% de las transacciones globales, según el Bank Of International Settlements.
China y Rusia tienen controles de capitales. No se puede ser moneda de reserva global sin libertad de movimiento de capital. Hacen falta más requisitos que unas sólidas reservas de oro para tener una moneda fiduciaria estable. Es esencial garantizar la libertad económica, la seguridad inversora y jurídica y el libre movimiento de capitales, además de tener un sistema financiero abierto, transparente y diversificado.
China y Rusia son prestamistas mucho más exigentes y rigurosos de lo que piensan muchos políticos, que asumen que entrar en un club con China y Rusia va a ser una especie de panacea de dinero gratis.
Otro problema para crear una moneda de los BRICS es que, como es lógico, ni China ni Rusia tienen la más mínima intención de perder su moneda nacional para diluirla junto a un grupo de emisores que no han tenido un historial particularmente positivo a la hora de controlar sus desequilibrios monetarios. En los últimos diez años, las monedas de los países BRICS se han depreciado masivamente contra el dólar por sus excesos monetarios además de por su falta de demanda global. El peso argentino ha caído un 98%, la libra de Egipto un 78%, la rupia india un 35%, el birr etíope un 68%, el real brasileño un 55%, según Bloomberg, y el rial iraní se ha hundido un 90% según The Economist.
Unir monedas débiles no crea una moneda fuerte.
No podemos olvidar que el desempeño del rublo ruso (-68% contra el dólar) en la última década también ha sido pobre a pesar de tener un banco central relativamente prudente.
La mejor moneda contra el dólar en los últimos 10 años de todos los BRIC es el yuan chino, con una depreciación del 14%.
Para que una moneda fiduciaria sea estable se necesita que el emisor defienda la moneda como reserva de valor, método de pago generalmente aceptado (no impuesto, ojo) y unidad de medida. Se necesita libertad de capitales e instituciones independientes que den seguridad jurídica a inversores doméstico e internacionales. Tener una potencia militar no garantiza una moneda aceptada como reserva de valor, como se demostró con el desastroso kopek soviético a pesar de la influencia de la URSS en la mitad del mundo.
China, además, no tiene el más mínimo interés en asumir todos los retos que requiere ser moneda de reserva global, y que empiezan por tener un sistema financiero y monetario con un elevado nivel de independencia del poder político. Muchos analistas ignoran, por obsesión ideológica, que lo que ha hecho a la Reserva Federal un éxito como banco central del mundo es que no es de control total y gestión pública. No vamos a decir que es completamente independiente, pero es todo lo independiente que un banco central de una moneda fiduciaria puede ser.
Unir países con gobiernos que defienden monetizar el gasto público sin control y aumentar masivamente los desequilibrios monetarios no puede crear una moneda estable a menos que ocurra lo que se hizo con el euro, que el país -Alemania- con la política fiscal más prudente y responsable dicte las líneas principales de las normas monetarias y fiscales de los demás. Desafortunadamente, la zona euro y el BCE, al intentar jugar a ser EE. UU. Y la Reserva Federal, pero sin su seguridad inversora y libertad económica, ha perdido opciones de ser una verdadera alternativa al dólar. Y eso que el euro es el mayor éxito monetario de la historia post-Bretton Woods, no le quitemos mérito.
Al final, la pregunta que se van a hacer los ciudadanos de los países BRICS es la misma que llevan formulando desde hace décadas: ¿En qué moneda quieres tener tus ahorros y salario?
La alternativa BRICS parte de un talón de Aquiles importante. China y Rusia van a tener importantes dificultades para imponer a sus socios la política fiscal y monetaria. No olvidemos que varios de esos socios se han unido pensando que desde ahora van a poder seguir imprimiendo dinero y gastando sin control, pero sus desequilibrios monetarios se van a repartir a los demás.
El euro ha sido un éxito porque democracias liberales con instituciones independientes y amplia libertad económica y seguridad jurídica acordaron ajustar sus políticas para un bien común, una moneda sólida que evitase la debacle creada por las espirales inflacionistas que eran la norma en Europa históricamente cuando los gobiernos se dedicaban a pasar sus desequilibrios a los salarios y ahorros de los ciudadanos vía la destrucción monetaria. Ahora exíjale usted esos compromisos a un grupo de países en los que se unen regímenes totalitarios y gobiernos encantados con las políticas fiscales extractivas e inflacionistas.
China, sin embargo, puede aumentar su control sobre todos estos países manteniendo una política monetaria rigurosa y austeridad fiscal. Es el gran prestamista, pero no es la Alemania del euro dispuesta a absorber los excesos de los demás a cambio de un proyecto común. China va a acrecentar su control sobre los países del grupo, pero no va a poner en peligro la estabilidad y seguridad de su gigante población para que vengan otros y hundan la moneda. El gobierno de China ve cómo el euro pierde el rigor monetario y sabe que ese riesgo no lo puede asumir con algunos de estos nuevos socios. Ahora, prestarles y aumentar sus opciones de crecimiento interno además de acceder a materias primas abundantes y baratas, no lo duden.
China es la gran ganadora de la cumbre BRICS. Sabe que la mayoría de sus socios van a continuar disparando sus desequilibrios y le permitirá fortalecer su posición de liderazgo, pero… ¿regalarles una moneda que puedan usar para disparar desequilibrios inflacionistas? No lo creo.
Mientras, en EE. UU. El gobierno puede poner en peligro la credibilidad del dólar si sigue con déficits de casi dos billones de dólares anuales, más de 14 billones de dólares de déficit estimado a 2030, y con un creciente número de irresponsables asesorándoles, diciendo que puede crear todo el dinero que quiera sin riesgo. El liderazgo del dólar, la moneda más utilizada con mucha diferencia en el mundo, lo genera su credibilidad fiscal, independencia de instituciones y libertad económica. Si las hunden, adiós dólar.
El final del dólar, si llega, no va a venir por competencia de otra moneda fiduciaria, ya que la tentación de los gobiernos de destruir el poder adquisitivo de la moneda emitida es demasiado fuerte. Probablemente venga por monedas independientes.
Que desaparezca el dólar completamente como moneda de reserva de la noche a la mañana…no será un escenario real…que YA está perdiendo hegemonía….es un hecho:
https://cryptonews.net/es/news/finance/21490139/
Los BRICS que vienen a ser un poco los esclavos de «los romanos» occidentales empiezan a levantarse.
Recostemonos en nuestros sofás y sigamos imprimiendo porque…que puede salir mal?