Aunque España es un país de microempresas y de clase media-baja, tenemos fiscalidad de millonarios
Una de las grandes mentiras de nuestra socialdemocracia ruinosa es decir que hay que subir los impuestos para mantener el estado de bienestar. Los altos impuestos no son una herramienta para reducir la deuda, sino para expropiar la riqueza.
Si a los socialdemócratas les preocupase el estado de bienestar lo más mínimo, se indignarían ante la evidencia del gasto del gobierno más caro de la historia, que gasta más de 5.000 millones en «asuntos económicos», una cifra equivalente en «agenda 2030» o 10.000 millones en «transición ecológica».
El nivel de despilfarro es tan obsceno que ninguno de esos supuestos socialdemócratas se enfada sabiendo que el Gobierno de Sánchez ha disparado el gasto político en más de 35.000 millones. Eso no tiene nada que ver con el estado del bienestar, y todo con el bienestar del estado.
Es una aberración que este gobierno haya disparado la deuda (pasivos totales de las administraciones públicas) a 2,11 billones de euros y se vanaglorie de una senda de «reducción de déficit» en la que seguirá gastando más de 38.000 millones más de lo que ingresa al final de la legislatura, y eso que ha crujido a impuestos a la clase media negándose adeflactar los impuestos con la inflación, algo que le ha permitido inflar los ingresos a nivel récord.
La curva de Laffer, llamada por el economista Art Laffer, ilustra la relación entre tipos impositivos y recaudación fiscal. Cuando los impuestos son atractivos, se genera un aumento creciente de ingresos públicos porque se atrae más crecimiento e inversión. Sin embargo, cuando se rebasan ciertos niveles de imposición, los impuestos empiezan a frenar la actividad económica y los ingresos se resienten. Un conocido desorientado tertuliano izquierdista decía que la curva de Laffer es «terraplanismo económico». Le pregunté, «¿entonces si los impuestos son del 100% se recaudará el 100%?» La respuesta fue «claro que no, qué tontería». «Pues bienvenido a la curva de Laffer», le respondí.
El Instituto Juan de Mariana ha realizado un informe excepcional en el que refleja que el Estado recaudaría más si redujese impuestos, ya que en una gran parte de casos la actual tasa impositiva se sitúa en el nivel según el cual se detrae crecimiento y riqueza, y se recauda menos. Para ello, ha analizado el periodo 1995-2022 para estimar cuál es el punto en el que se alcanza el umbral de tributación a partir del cual un aumento adicional de los impuestos arroja rendimientos recaudatorios decrecientes. Para ello, por supuesto, toma en cuenta el crecimiento de la población, la inflación y el aumento del PIB.
¿Cuál es el resultado? En el 90 por ciento del periodo comprendido entre 1995 y 2002, el tipo medio del IRPF ha superado el umbral de equilibrio, Es decir, en 25 de los 28 años analizados, la fiscalidad aplicada sobre la renta y el ahorro de los trabajadores españoles se ha situado por encima del umbral de equilibrio y los impuestos han tenido un efecto destructivo sobre la base imponible que se ha traducido en una caída de la recaudación.
En el caso de los rendimientos del trabajo, el punto de inflexión del IRPF se alcanza con un tipo medio del 13,72 por ciento. La escala de tipos del IRPF oscila en la actualidad entre el 19 y el 47 por ciento, pero el análisis de eficiencia recaudatoria basado en la Curva de Laffer sugiere adoptar tipos más bajos, de entre el 14,5 y el 36 por ciento.
A medio plazo, dichos umbrales generarían 1.000 millones más de recaudación, como resultado de una mayor actividad económica que ensancharía las bases imponibles y mejoraría la eficiencia recaudatoria del tributo, según el informe. En cuanto a las rentas del capital, la imposición efectiva es actualmente del 19 por ciento, mientras que el umbral de equilibrio se sitúa en el 18,53 por ciento. En este sentido, también se recomienda una reducción de los tipos de referencia del gravamen y, en ningún caso, nuevos incrementos.
La ministra Montero y sus economistas subvencionados aseguran que la curva de Laffer no existe y que reducir impuestos no mejora la recaudación. Para ellos, que solo buscan el expolio y el control, el impacto de los impuestos en la economía no es relevante. Hay que expoliar y, si no se recauda suficiente, hay que subir los impuestos más.
Lo hilarante de estos socialistas expoliadores es que después se vanaglorian de recaudar más cuando han bajado el IVA de alimentos o energía. Es decir, reconocen la realidad de la misma curva de Laffer que rechazan por sectarismo.
Por supuesto que hay que bajar los impuestos para incentivar la actividad económica y la inversión productiva. No se trata solo de recaudar más, sino de adaptar los impuestos a la realidad de la economía española. España es un país de microempresas y clase media baja y tenemos fiscalidad de millonarios.
Los expoliadores profesionales dicen que la presión fiscal es baja, pero la presión fiscal no mide si los impuestos son altos o bajos, sino ingresos sobre PIB nominal. Así, te roban con más impuestos y, al inflar el denominador con más gasto público, más deuda y mayor inflación, «no sube la presión fiscal». Es decir, te roban en el numerador y en el denominador. La realidad es que el esfuerzo fiscal, como reflejan el IEE y la Tax Foundation, es muy superior a la media de la Unión Europea.
España tiene mucho más paro, empresas más pequeñas y más economía sumergida que las economías de nuestro entorno, por eso recauda «menos». A eso se le añaden unos impuestos muy elevados para los que contribuyen, llevando a la paradoja argentina: cuánto más suben los impuestos, menos ingresos sobre PIB generan. Es decir, su fracaso es la evidencia de que la curva de Laffer es una realidad.
Para Sánchez y Montero no es una cuestión de entender la realidad económica, sino de disfrazarla, como hacen, con más inmigración, gasto público y deuda. Y a eso lo llaman cohete. Para ellos subir los impuestos es una prioridad porque buscan expropiar la riqueza.
No solo hay que reducir impuestos para optimizar la recaudación, sino que hay que eliminar el gasto político que han disparado. Esa es la tarea urgente de la oposición.
«El Instituto Juan de Mariana ha realizado un informe excepcional en el que refleja que el Estado recaudaría más si redujese impuestos, ya que en una gran parte de casos la actual tasa impositiva se sitúa en el nivel según el cual se detrae crecimiento y riqueza, y se recauda menos.». Esto lo saben de sobra pero les puede la demagogia. Este es un país de tiesos en todos los sentidos, incluidos los mentales.
«No solo hay que reducir impuestos para optimizar la recaudación, sino que hay que eliminar el gasto político que han disparado. Esa es la tarea urgente de la oposición.». Pues ya ve usted como se las gasta el PP: no diciendo no pío ante el atraco y su mandamás haciendo el Don Tancredo con cara de Forest Gump.
Bonito futuro nos espera.