El optimismo gubernamental con la evolución económica contrasta con una realidad mucho más preocupante. España se descuelga de la recuperación global y de la eurozona por octavo mes consecutivo según los indicadores adelantados de la OCDE de enero. Los índices PMI (Índice de gestores de compras) también se encuentran en contracción en enero. El sector manufacturero cae junto con el de servicios, y ambos mantienen la tendencia de destrucción de empleo que no ha abandonado a la economía española desde la reapertura, que generó un efecto base que se tomó equivocadamente como un cambio de tendencia.
Rebotar no es crecer. Y, desafortunadamente, un rebote técnico con estancamiento posterior es lo único que ha pasado en la economía española desde el colapso por el cierre forzoso ante la pandemia. Ya en su momento, muchos análisis independientes, desde Capital Economics a Bloomberg Economics, alertaban de las implicaciones a largo plazo.
El impacto más relevante a medio y largo plazo es la pobre recuperación del empleo. España cierra 2020 con el peor desempeño en empleo de la Unión Europea y el ministro Escrivá adelantaba recientemente que los ERTE se han disparado a 900.000 personas en las dos primeras semanas de febrero, desde una preocupante cifra de 750.000 previa.
Este decepcionante ritmo de salida de la crisis no es irrelevante. Cuanto más se retrasa, peor es el problema de solvencia que se está acumulando. Según el Banco de España, el 40% de las empresas de España se encuentran en una grave situación financiera y casi el 25% pueden considerarse en quiebra técnica. Este problema de solvencia ya se refleja en la morosidad, que ha repuntado a un todavía manejable 4,8% pero “disfrazado” por las moratorias. Y el problema de solvencia se refleja en la zombificación de la economía española. Según estimaciones del Banco de España, incluso si la economía se recuperase en 2021 un tímido 5,6% tras el desplome del 11% de 2020, el porcentaje de empresas zombi, aquellas que no pueden cubrir sus costes financieros con beneficios operativos, se mantendría en un 6% del total. Probablemente una estimación optimista, ya que un análisis detallado de los beneficios empresariales publicados este mes nos muestra que más de la mitad de grandes empresas no generan rentabilidad por encima de su coste de capital incluso si se recuperasen los resultados en línea con las estimaciones de consenso.
Las subidas de impuestos ya implementadas se unen a una muy difícil situación en el tejido empresarial para poder retomar la inversión por encima de los niveles de depreciación y creación de empleo neta suficiente para absorber los ERTE crecientes y el paro creado en 2020.
El gobierno confunde liquidez con solvencia y asume que los avales del ICO van a cubrir un problema de muerte por capital circulante en gran parte del tejido empresarial. Y no es así. Cuando los costes e impuestos se mantienen y los ingresos se recuperan menos de un 30%, la muerte empresarial no se solventa con préstamos porque son impagables en cualquier caso y llevarían al sector financiero a una nueva crisis. El aumento de la inflación no es irrelevante tampoco, el índice de precios de insumos (Input Price Index) se ha disparado en Francia y Alemania y en España no va a ser diferente.
Esta “muerte por capital circulante” ya la sufrimos en la crisis anterior. Y, como en ella, se disparó justo cuando se hablaba de brotes verdes, porque lo que disfraza la política monetaria durante unos meses salta, de manera abrupta, unos meses después.
El gobierno se agarra a tres factores para mantener su optimismo. El supuesto “exceso de ahorro” acumulado en estos doce meses, unos 45.000 millones de euros, los fondos europeos y el efecto de la vacuna.
Es importante recordar que la cifra de ahorro tan repetida es una estimación que no tiene en cuenta cuánto han caído los ingresos de una familia en términos reales. Y que, incluso si asumimos esa cifra como valida, supone menos del 4% de la renta disponible de una familia normal, según Bloomberg Economics. ¿Qué nos dice esto? Que la “fiesta” de consumo que estimaban algunos analistas no se genera, sobre todo cuando el empleo mantiene un desempeño tan decepcionante.
Las vacunas son una gran noticia sanitaria, pero sólo reducen el escenario más negativo, no suponen un efecto “recuperación en V”. La evidencia es que las estimaciones de recuperación de la economía española se han revisado a la baja desde un 7% a un 5,5% en media para 2021 incorporando tanto el efecto de los fondos europeos como el de las vacunas.
Los fondos europeos apuntan a un bajísimo efecto multiplicador. Este ya ha demostrado ser muy pobre, tanto en 2009 con el Plan de Empleo y Crecimiento, o posteriormente, con el Plan Juncker, pero el riesgo de utilizarlos para proyectos sin rentabilidad económica real y políticamente dirigidos es especialmente alto en España, casi una certeza.
Todos estos riesgos ponen en peligro una recuperación que en cualquier caso ya era débil y desigual, y además se ignoran los desequilibrios y la ralentización que ya eran evidentes en 2019.
Si no se toman medidas urgentes para preservar el tejido empresarial, reducir impuestos para atraer inversión, reducir gasto superfluo y aligerar los enormes costes de contratación, España va a encontrarse en una preocupante situación en 2021 que no se va a disfrazar con política monetaria ni gasto público.
Daniel Lacalle es Economista Jefe en Tressis
Ya tenemos aquí otra como la del 2009. Con los mismos en el timón y ayudados por unos alucinados venidos de otro planeta. Se agarran a cualquier cosa que puedan hacer aparecer como extraordinaria, avanzada o puntera: «crecemos al 5 %» después de caer al fondo del pozo y haber intentado subir tirando de la cuerda con nosotros dentro del cubo pero el brocal ni se vislumbra. Un vehículo aterriza en Marte: «éxito de la tecnología española». Por lo visto nosotros construimos el vehículo, lo probamos, fabricamos el cohete, construimos las instalaciones de la NASA y lanzamos el cohete. Una ministra inútil, de un ministerio aún más inútil, que dice que el patriarcado es contaminante, corrupción al por mayor, detienen a un delincuente y se rompen cristales y se asaltan tiendas y establecimientos… Esto es un choteo continuo. Mientras, la gente fastidiada a más no poder, las empresas cerrando, la economía en mínimos, los ingresos del estado en plan Antoñita la fantástica, el gobierno tocando el violón, preocupados solo por si son galgos o podencos… Cuando escribí en uno de estos comentarios que necesitábamos un pase por un gobierno de podemitos no me podía suponer que iba a ser así. Con razón dicen que toda situación catastrófica es susceptible de empeorar. La segunda ley de la Termodinámica es inexorable.
Eso que tu planteas para mi es la punta del iceberg o el inicio del «fin» El fin es convertir este país en un país comunista al estilo de Cuba… Esta ideología cuando gobierna donde gobierne es lo mismo siempre tu mismo lo estas planteando por esas mismas cosas. Lo peligroso es que que están arrastrando a los jóvenes y a otros no tan jóvenes que le tienen la cabeza acomida. Esta gente ha ganado la batalla cultural e ideológica al resto y he aquí el desequilibrio. Si, es a nivel global este desequilibrio. Ya han buscad el detonante y es lo que está pasando en las calles. El pasa inmediato es subordinar el poder judicial al poder político y luego cambiar la constitución y convertir este país en su Republica a su estilo (Cuba). Esto que están haciendo ellos recientemente fue lo que hizo Hugo Chávez Frías.