Daniel Lacalle
El Mundo, 1 de junio de 2015
Economista, gestor de fondos y rostro habitual en los debates económicos –y en los que no lo son–, Daniel Lacalle ha abandonado recientemente su puesto como vicepresidente de PIMCO, la mayor gestora de renta fija del mundo. La salida se produjo poco después de que Esperanza Aguirre afirmara que Lacalle iba a cambiar la City por Madrid para integrarse en su candidatura a la alcaldía. Por ello, su cambio profesional levantó no pocas suspicacias
Pregunta.- ¿Cómo ha sido su salida del fondo? ¿Ha tenido algo que ver su posible presencia en las listas de Esperanza Aguirre?
Respuesta.-Ha habido una desinformación absoluta en este tema. Lo que ha ocurrido es algo completamente normal en cualquier fondo que decide reorientar su estrategia y con el que sigo manteniendo una relación magnífica. No ha tenido nada que ver con las elecciones.
P.-¿Cuál es su vinculación con Esperanza Aguirre?
R.-No voy a negar que tengo una afinidad ideológica y personal de amistad con Esperanza Aguirre, que tiene un proyecto espectacular pero del que ni soy miembro, ni soy militante, ni asesor. Yo le doy mi apoyo como se lo puede dar cualquier ciudadano.
P.-¿Le llegó a plantear que formara parte de la candidatura?
R.-Claro, por supuesto. Lo que ocurre es que en ese momento, con mis compromisos, me era completamente imposible, lo cual no quita que yo apoyase su candidatura y su proyecto.
P.-¿Qué le parecen los resultados que ha obtenido?
R.- Me da mucha pena que el resultado haya sido peor de lo esperado. Porque Esperanza Aguirre no ha tenido una campaña, lo que ha tenido es una avalancha de ataques por todos lados, por lo que ha habido muy poco espacio para hablar de proyecto, de ideas para la ciudad, y demasiados ataques personales. Ha faltado un debate serio.
P.-¿Cómo se entiende que Cifuentes haya obtenido más votos que Aguirre en la ciudad de Madrid?
R.-La identificación con cualquier corrupción ha sido monstruosamente injusta. Yo recuerdo un programa en el que le ponían prácticamente como responsable de casos ocurridos en negocios privados de otras personas. Yo creo que ha habido una campaña muy agresiva en varios medios. A ello hay que añadir lo difícil que es defender un proyecto de bajos impuestos, reducción de burocracia y apertura tras las difíciles decisiones a nivel nacional.
P.- ¿El resultado electoral podría afectar económicamente a la ciudad?
R.- Creo que el impacto, como mínimo, es de parón. Y luego la incertidumbre es un enorme problema porque resulta muy difícil pensar que alguien se va a lanzar a invertir sin saber qué clase de Gobierno vamos a tener y qué clase de actitud y marco legal e impositivo se va a tener de cara a los creadores de empleo.
P.- ¿Percibe preocupación en la City ante la victoria de Podemos y sus marcas blancas en Madrid y Barcelona?
R.- Más que una preocupación, lo que percibo es sorpresa porque precisamente en estas ciudades es donde hay un mayor empuje de pequeños y medianos empresarios, de ahorradores que van a sufrir las políticas impositivas de estas fuerzas.
P.- ¿Ha caído el Gobierno en la complacencia?
R.-Yo creo que los partidos han caído en la complacencia de pensar que la recuperación económica era el factor determinante. Pero hay otras cosas como los principios y los valores que no se pueden olvidar ni quitar de tu ideario: bajos impuestos, apertura económica, crecimiento económico, reducir burocracia, defensa de la vida y la familia… Todos se han querido acercar a un batiburrillo socialdemócrata completamente peregrino prometiendo cosas que saben que son imposibles de financiar. Ante el auge de Podemos, todo el espectro político se ha movido hacia una izquierda de carta a los reyes magos de niños malcriados.
P.- ¿Y eso es palpable en la gestión y en las promesas electorales del PP?
R.- Al PP le ha hecho mucho daño su política fiscal porque ha ido directamente contra su electorado y contra su ideario. Han subido los impuestos más de lo que muchos partidos de izquierda pedían y se ha recortado menos el gasto que en muchos países de la UE, incluso en muchos que son más socialdemócratas.
P.- ¿Cree se puede llegar a echar por tierra la recuperación de la economía española?
R.- Lo que puede ralentizar la recuperación es la pérdida de la confianza. Si de aquí a las elecciones de noviembre los partidos políticos se lanzan a prometer ridiculeces… Lo que no se puede es entrar en una dialéctica de a ver quién propone gastar más y subir más impuestos. No se puede hacer un concurso de a ver quién se acerca más a Syriza.