Nos contaba hace unos meses Guillermo Gortázarque el rescate a Cuba le ha costado a España 1.500 millones de euros y un aplazamiento de una cantidad similar en 18 años. La condonación de la deuda del régimen, desafortunadamente, no ha servido para impulsar la libertad y la democracia, sino para perpetuar la dictadura.
La gran mentira del régimen y sus defensores para justificar la miseria en la que han sumido al país en las últimas cinco décadas es el inexistente bloqueo. Porque no lo hay. Un embargo no es un bloqueo.
¿Bloqueo? Cuba tiene más de 27 tratados bilaterales con 90 países.
¿Bloqueo? Las exportaciones de Cuba según el Banco Mundial alcanzaron el 17,15% del PIB en 2015.
Estados Unidos es uno de los mayores socios comerciales de Cuba, $180 millones en 2015. España es el principal inversor y tercer socio comercial de Cuba. Vaya birria de “bloqueo”, se cuela hasta el apuntador (ironía).
Sin embargo, se utiliza la falacia de ese supuesto bloqueo para justificar la miseria y represión de la dictadura. Pero, en realidad, el régimen castrista es una máquina de dilapidar subvenciones.
Dilapidó ayudas de la Unión Soviética entre 1960 y 1990 equivalentes a seis planes Marshall y no consiguió mejorar su patrón de crecimiento ni aprovechar las enormes subvenciones para mejorar la productividad. Entre 1960 y 1990, Cuba recibió más de 65.000 millones de dólares de la Unión Soviética, sin contar los que recibió de otros países socialistas.
Se utiliza la falacia de ese supuesto bloqueo para justificar la miseria y represión de la dictadura. Pero, en realidad, el régimen castrista es una máquina de dilapidar subvenciones.
Actualmente, se beneficia anualmente de la subvención que le hace el chavismo venezolano que llegaba a cubrir el 70% del consumo del país y, además, recibe cientos de millones de dólares en cooperación internacional.
A pesar de todo ello, el ranking de Nationmaster, que compara el salario medio por países en todo el mundo, coloca en último lugar global (puesto 176) a Cuba con un salario medio de 25,05 dólares al mes en 2014.
El desabastecimiento en productos básicos llega al 70% según El Diario de Cuba e Infobae, lo cual hace que la famosa frase de que «no hay desnutrición» sea fundamentalmente falsa porque casi todos los cubanos sufren de la escasez endémica.
Cualquiera que viaje a Cuba puede ver que la tan repetida “inexistencia de desnutrición infantil” que algunos dicen que muestra Unicef –más abajo lo desmontamos-, solo enmascara un régimen que está aún bajo el yugo de las cartillas de racionamiento y la miseria.
Pero es que Unicef “no indica eso en absoluto, sino que la incidencia de peso inferior al normal ha bajado al 4%”, un récord roto por Chile, por ejemplo, que llegó al 1%. «En Tracking Progress on Child and Maternal Nutrition: A survival and development priority (Unicef, noviembre de 2009, p. 102 y ss.) se muestran indicadores con cifras similares”. Es decir, nada de erradicar, y Chile, por ejemplo, muestra mejores cifras.
Y además, sufre la “sanidad gratuita más cara del mundo”, como me decían en La Habana. El mito de la calidad de la sanidad se ha desmontado en varias ocasiones. María Werlau, de la ONG Archivo Cuba explicaba que «la sanidad en Cuba es pésima para el ciudadano de a pie. Existe un apartheid que favorece a la élite gobernante y a los extranjeros que pagan en dólares».
¿Presos políticos en España?
Mientras, en España, es insultante que los defensores del castrismollamen presos políticos a ciertos políticos que cometen delitos contra leyes democráticamente establecidas (y una constitución votada por amplísima mayoría) en un país democrático, con separación de poderes y todas las garantías. Las que no le conceden a los cubanos. Denuncias por presos políticos, detenciones arbitrarias y restricciones de la libertad de expresión, asociación y reunión están a la orden del día en Cuba.
Igual que condenamos sin paliativos los asaltos a los derechos humanos en cualquier régimen dictatorial, no podemos suavizar o blanquear el ataque incesante contra los derechos humanos del castrismo.
No podemos olvidar a los cubanos. No podemos preocuparnos por el pueblo venezolano e ignorar el asalto a la libertad y los derechos humanos en Cuba, porque los problemas de los dos países hermanos son los mismos, el totalitarismo y el destrozo económico del colectivismo. Y las soluciones, las mismas. Democracia y respeto a la propiedad privada y la libertad económica y social.
Igual que condenamos sin paliativos los asaltos a los derechos humanos en cualquier régimen dictatorial, sea el de Pinochet o de Kim Jong Un, el de Stalin o el de Hitler, igual que criticamos las ejecuciones sea en China o en Irán, no podemos suavizar o blanquear el ataque incesante contra los derechos humanos del castrismo.
Invertir, tener relaciones diplomáticas y comerciar con Cuba es esencial para ayudar a que el país salga del erial castrista y que mejore la calidad de vida, pero no es suficiente. Esas relaciones deben servir para acabar con el totalitarismo.
Ignorar el sufrimiento de los cubanos es un error. Justificarlo es criminal.
He estado 17 días en ,Cuba y es penoso que manera de vivir más miserable
La cruda realidad que la izquierda mundial, y especialmente los líderes progres europeos, tapan sobre la persistencia del comunismo en Cuba, donde la conculcación de derechos y libertades ha sido una constante a largo de seis décadas de dictadura socialista. Parece que el problema de la progresía internacional -que pasa por la ONU y acaba en la pusilámine UE- no es la gerontocracia marxista que encabeza Raúl Castro en la Isla hermana, sino la »extrema» derecha de Donald Trump, figura que concitó todo tipo de pataletas y ataques virulentos de esa arrogante izquierda que piensa que sus políticas injerencistas y patrimonialistas son incuestionables. La verdad es que el comunismo, aún a día de hoy continúa matando. Con la cárcel, el hambre y las armas. Y Cuba es el ejemplo. El fascismo y el nacionalsocialismo, ideologías socialistas hermanas del comunismo, afortunadamente fueron vencidas hace muchos años. Pero el comunismo sigue ahí, por mucho que algunos -progres de la ONU de la casta dirigente de la UE- miren para otro lado cuando la dictadura es de extrema izquierda o cuando el terrorismo es de origen marxista. Pues a fin de cuentas basan su silencio en falacias como la »excelente» sanidad y educación en Cuba, en el fracaso de la ayuda exterior dedicada a subsidiar a los amigos del régimen y perpetuar el estado de cosas socialista, y en el embargo estadounidense, que es una forma de señalar al país más libre que ha conocido la Humanidad como el »Gran Satán del Imperialismo Capitalista Internacional». Quizás para que las cosas cambien en Cuba tenga que haber una acción concertada entre los países libres que pase por retirar sus inversiones de la Isla hasta que se empiecen a tomar medidas democratizadoras en favor de los cubanos sojuzgados en la miseria. Pero me temo que el único consenso que hasta la fecha habían aceptado el hasta hace poco EEUU de Obama y la ciega UE es la de ocultar la realidad comunista de Cuba. Ya que en épocas en la que uno tiene que luchar contra la corrección política, la primacía no la tiene la verdad, sino el »consenso».