«Welcome back my friends to the show that never ends». Pete Sinfield.
La tendencia entre algunos economistas cercanos al Gobierno, repetida por el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, en su cuenta de Twitter, es la de destacar que no tiene sentido que el PIB rebote de manera tan decepcionante (un 2,7% interanual), y caiga la productividad mientras el empleo se recupera mucho más rápidamente, un 4,45%.
Parece que intentasen dejar el mensaje subliminal de que el PIB está mal calculado, y el dato de empleo está bien, ya que el primero se corrige y el segundo, no. En algunos casos es todavía peor, ya que intentan desprestigiar el dato del PIB cuando no les favorece.
Sin embargo, no existe ninguna contradicción.
Si analizamos los datos de recuperación publicados por el INE en el avance de la Contabilidad Nacional, la economía española registra un rebote de un 2,7% interanual. Esto ocurre con un aumento de deuda del 8% y con el BCE comprando toda nuestra deuda neta emitida.
Los datos de la Contabilidad Nacional muestran una caída de la productividad, que cae un 3,3% en el tercer trimestre, el consumo de los hogares cae un 0,5%, y la demanda nacional se recupera un 0,1%.
Volvamos a ese dato del INE: en los primeros nueve meses de 2021, la demanda nacional ha rebotado un 1,6%, la inversión (formación bruta de capital), un 1,1% y el sector servicios un 4,6%.
Si vamos a los datos de afiliación recogidos en la Encuesta de Población Activa (EPA), los ocupados se recuperan un 4,45%, completamente en línea con el rebote del sector servicios y perfectamente alineado con el rebote del PIB.
El problema del dato de afiliación, más de 20 millones, es que incluye en su cálculo a centenares de miles de afiliados sin trabajo.
De hecho, si descontamos de la cifra de ocupados los trabajadores que aparecen como afiliados pero no están trabajando y el aumento récord de empleo público en este periodo, la correlación entre rebote del PIB y recuperación de empleo es completamente lógica.
El empleo del sector privado presenta una variación anual del 4,46% y el empleo público del 4,40%.
Si descontamos los autónomos en cese de actividad y los trabajadores en ERTE, la afiliación efectiva –con datos de octubre- es 19,4 millones, y si consideramos el fuerte aumento de empleo público, el dato de afiliación es completamente consecuente con el dato de recuperación de PIB. El empleo público ha aumentado en 146.900 personas en 12 meses, hasta 3.484.000, según la EPA del tercer trimestre.
Además, el número de horas trabajadas es muy revelador. Si se compara con el tercer trimestre de 2019, antes de la pandemia, el número de horas trabajadas baja un 2,53%. La variación interanual de la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo se sitúa en el -3,3%. Y la productividad por hora efectivamente trabajada registra una tasa del -0,6%.
Estos datos también están perfectamente de acuerdo con una afiliación efectiva en la que se deduzca el efecto distorsionador de los ERTE y autónomos en cese de actividad y el sorprendente aumento récord de empleo público en un país con un déficit estructural que se sitúa en el 5% del PIB.
Las horas trabajadas y la afiliación efectiva descontando ERTE y autónomos en cese de actividad son también totalmente consecuentes con un rebote del PIB de un 2,7% interanual tras una caída del 10,8%.
Si miramos los datos del paro de octubre, el análisis es equivalente.
La afiliación efectiva es 19,4 millones de personas, aún por debajo de los niveles de 2019
Cuidado con la euforia. Tenemos 19,7 millones de afiliados, 190.700 personas en ERTE y 95.000 autónomos que siguen en cese de actividad. La afiliación efectiva es 19,4 millones de personas, aún por debajo de los niveles de 2019.
Los contratos temporales con jornada a tiempo parcial suponen el 32,91%.
Tampoco se ha recuperado el tejido empresarial. Hay 66.000 empresas cotizando menos que en febrero de 2020 y 74.000 menos que hace 2 años.
Para los que «no entienden» la «debilidad del PIB» con la «fortaleza del empleo”, la explicación es: casi 300.000 afiliados sin trabajo (ERTE y autónomos en cese de actividad), horas trabajadas cayendo y una afiliación en la que se aumenta a ritmo récord el empleo público, aunque hay un déficit muy elevado.
El PIB refleja exactamente lo que refleja el empleo: una recuperación coyuntural, pobre y muy endeudada.
Después de hacer trampas al considerar a las personas en un ERTE como si trabajaran, ahora intentan trampear el PIB. Después trampearán los demás datos para colocarnos «a la cabeza del mundo», lo sacarán en las teles apesebradas, harán programas extraordinarios y documentales como «ejemplo para el mundo» acerca de lo bien que va la economía. Nos recordarán que ya dijo Zapatero que habíamos sobrepasado a Italia y que íbamos a por Alemania. El doktor declarará el estado de excepción permanente, lo nombrarán «Gran Timonel», «Padre de la Patria», «Arquitecto de la Nueva Normalidad», nos tomaremos la píldora azul y todos tan contentos y felices.
Lo peor del caso este es que Escrivá, después de hacerse trampas al solitario y al replicarle Ud. que se entiende perfectamente el porqué de la birria de rebote del PIB, se permite el lujo de aludirle como un ignorante que no sabe de qué habla. Gracias una vez más, Sr. Lacalle, por iluminarnos a los que no tenemos suficientes conocimientos de estos asuntos y permitirnos, con estos artículos, poner en solfa a esa caterva de inútiles con cargo que se llama gobierno.
Lo peor es que seguramente en las próximas elecciones seguirán votando a los mismos.