«There’s no need to say what you already know, the question is just how far will this go. How far will he take it? And when will he stop?». Eminem
El indicador adelantado de la OCDE vuelve a mostrar en diciembre que la economía española se despega de la recuperación mundial, y no por poco. En una eurozona que muestra una mejora muy lenta y sin mejora clara del empleo, España vuelve a descolgarse por sexto mes consecutivo.
Ustedes leerán a veces que todo es culpa del turismo. No solo es indignante que muchos continúen con la demonización del sector de hostelería y turismo, al que se le ha enviado a la quiebra generalizada por decisión gubernamental sin la menor ayuda seria, sino que países como Grecia, Portugal, Italia y otros de nuestro entorno y del mundo están sobreviviendo y pasando esta crisis mejor.
La excusa del turismo se desmonta fácilmente al mirar los datos de industria y del sector manufacturero. El índice PMI (índice de producción industrial) manufacturero en su componente de empleo lleva en contracción tanto en noviembre como en diciembre y el paro de enero a diciembre nos reflejó con toda su crudeza el impacto en empleo en la inmensa mayoría de sectores.
No solo se ha aumentado el número de personas en ERTE en diciembre a 755.000. En términos interanuales han destruido empleo en todos los sectores excepto el sector público, educación y sanidad.
Sánchez dijo esta semana en un evento de Marca España que «gracias a las medidas tomadas por el Gobierno se ha reducido el impacto de la crisis en tres puntos de PIB». Simplemente no cuadra. O nos llevan mintiendo meses en sus previsiones o nos mienten en el cálculo, o ambas.
¿De verdad nos hacen creer que tenían estimada una caída de más del 13% cuando nos decían a principio de marzo que el impacto de la crisis iba a ser «poco significativo» o en septiembre cuando decían que España se recuperaba más rápido que nadie o hace una semana cuando nos decían que estábamos en una «recuperación robusta»?
Endeudar la economía en más de 110.000 millones de euros perpetuando gasto corriente y político y desplomar las importaciones no es algo de lo que nadie debería felicitarse.
Según Bloomberg, España es el país de la eurozona que menos recursos ha destinado a ayudas a empresas y al tejido productivo y el que mayor déficit va a registrar en 2020 y 2021. Lo único que se ha hecho ha sido permitir a las empresas endeudarse para pagar impuestos en el futuro.
Decir que los ERTE son una ayuda a las empresas incluye dos falacias. Los ERTE no los ha inventado este Gobierno, ya existían y se flexibilizaron en la Reforma Laboral de 2012. Los ERTE son un ahorro para el Estado, ya que son mucho más baratos que el coste de enviar a esos ciudadanos al paro.
Decir que los ERTE son una ayuda a las empresas incluye dos falacias. No los ha inventado este Gobierno y son un ahorro para el Estado
La obsesión por mantener impuestos y no dar ayudas directas a empresas ha dejado a España con la peor situación de solvencia de cuentas públicas y con casi el 25% de empresas al borde de la quiebra. Un desastre solo equiparable al de Argentina.
El cierre forzoso de la economía es un fracaso como medida sanitaria y reflejo de una incompetencia enorme tanto en prevención como en gestión. Pero si se hace, lo que no se puede es dejar morir a las empresas en un dominó de quiebras.
Justo una semana después de decir en un foro internacional de inversión que España estaba en una recuperación “espectacular” y “robusta”, Moncloa alerta de “seis meses muy difíciles”. El voluntarismo previo se convierte en preocupación.
Señales de alarma:
– El PIB en agregado rebota, pero sin empleo y con empeoramiento de la solvencia empresarial. El PIB del cuarto trimestre puede que refleje un rebote del 1,7% según la AIReF, pero muestra una situación grave de la inversión, el empleo, y las exportaciones.
– El cuadro de indicadores adelantados del Ministerio de Economía del 22 de enero 2021 muestra ese pobre desempeño, con los grandes indicadores en negativo. Ventas en grandes empresas (-3,5), indicador de sentimiento económico un 9% por debajo del nivel medio de 2000-2019), confianza industrial (-10,6), comercio al por menor (-4,3), confianza del consumidor (-23,1), exportaciones (-1,3), importaciones (-5,9, ojo que un desplome de importaciones “sube” el PIB aunque muestre el destrozo de la actividad).
– Según Oxford Economics, es inevitable que se produzca una nueva «ola de quiebras» en el comercio, el transporte y los servicios de alojamiento, mientras el Banco de España alerta de que casi el 40% de las empresas están en graves dificultades financieras.
– Muchos economistas esperaban que la mal llamada «bolsa de exceso de ahorro» de 2020 se traduzca en un despegue agresivo del consumo en 2021. Parte de dos errores, primero mirar al número en agregado y no por familia. El ahorro acumulado por unidad familiar es muy pequeño para un entorno de incertidumbre tan grande, y ni siquiera compensa la caída de ingresos a medio plazo que lleva consigo el paro enquistado.
– La subida de impuestos generalizada de enero reduce la capacidad de empresas y familias de recuperarse.
Incluso con un rebote ‘dopado’ del PIB agregado vía gasto público y deuda, España se enfrenta a una muy difícil recuperación y, lo que es peor, a un estancamiento prolongado tras el rebote por efecto base.
Entre abril y mayo veremos cifras aparentemente espectaculares de rebote que en realidad no muestran nada más que el efecto base. Pero si una empresa pasa de tener unos ingresos un 90% inferiores en abril de 2020 a los de 2019, a tener una cifra que es un 40% inferior que en 2019 sigue estando al borde de la quiebra y sin capacidad de invertir y crear empleo, aunque el efecto rebote parezca fuerte.
Ese es el gran problema de los próximos meses. Lo que pasó ya en 2010. Confundir rebote por efecto base con crecimiento y recuperación. Las vacunas eliminan un escenario de depresión económica, pero no son una panacea para recuperar una economía que ya estaba en ralentización en 2019. Los fondos europeos van a enviarse a gasto político y mucho elefante blanco sin rentabilidad económica real. Y ninguna de esos dos factores soluciona un problema que se ha ido acrecentando en 2020 de solvencia.
El gran problema de los próximos meses es lo que pasó ya en 2010. Confundir rebote por efecto base con crecimiento y recuperación
Moncloa alerta de seis meses duros por un juego táctico. Para que luego, al leer los datos con ese rebote por efecto base mencionado, pensemos que el gobierno lo ha hecho muy bien. Eso es lo mismo que hicieron cuando a desplomarse un 22% seguido de un rebote dopado de 16% lo llamaron «crecimiento». Y miren donde estamos meses después.
Cualquier ciudadano recuerda esa táctica. Se llamaba «los brotes verdes». De -20% a -10%… ¡fiesta! Pero un rebote no es crecer y un rebote dopado por gasto innecesario y deuda, menos.
El problema es que ese tacticismo no va a ayudar a empresas tan dañadas como las españolas y, añadido a las subidas de impuestos, no va a favorecer una reabsorción del empleo realmente sólida.
Lo malo de 2020 no son seis meses. Es que el Gobierno, vía contrarreformas, ha puesto todas las bases para una década pérdida que solo se solventará cuando el pilar de la política gubernamental sea el crecimiento, la creación de empresas y la atracción de inversión y empleo.
El plan del Gobierno actual es aguantar la respiración, que todo lo pague Europa y lo financie el BCE y que un muy mal dato parezca bueno al compararse con datos de derribo de 2020. Mientras tanto, miles de pequeños empresarios, autónomos e inversores van a pasar de un 2020 de terror a un 2021 de miedo.
No son seis meses muy difíciles. Va a ser un 2021 muy difícil.
«La obsesión por mantener impuestos y no dar ayudas directas a empresas ha dejado a España con la peor situación de solvencia de cuentas públicas y con casi el 25% de empresas al borde de la quiebra. Un desastre solo equiparable al de Argentina.» De algo tiene que servir tener a unos bolivarianos en el gobierno.
«Justo una semana después de decir en un foro internacional de inversión que España estaba en una recuperación “espectacular” y “robusta”, Moncloa alerta de “seis meses muy difíciles”. El voluntarismo previo se convierte en preocupación.» Donde dije «digo» digo «Diego» sin problemas de ningún tipo y sin siquiera ponerse colorado.
«Cualquier ciudadano recuerda esa táctica. Se llamaba “los brotes verdes”. De -20% a -10%… ¡fiesta! Pero un rebote no es crecer y un rebote dopado por gasto innecesario y deuda, menos.» Gobiernan los mismos que entonces y hacen lo mismo: arruinar el país.
Su artículo es la crónica de una debacle anunciada y conocida por todos.
Certero como siempre Señor Lacalle, como se nota quien se forma y quien no
A mi me da la impresión que muchos miembros-as de este Gobierno estan encantados con la destrucción del tejido empresarial
En fin creo nosotros tenemos un problemón y por elevación Europa con nosotros