Sánchez ha vuelto de sus vacaciones con el manido discurso del odio a los ricos.
La transformación de Sánchez en un clon de Pablo Iglesias se completa cada día, como el viaje al lado oscuro de Anakin Skywalker. Sánchez avanza en el asalto a las instituciones del estado y lleva a cabo una politización jamás vista de los entes independientes.
Esta semana nos hemos enterado de una nueva revisión retroactiva al alza del PIB de 2021. España se convierte en el único país de la OCDE que ha revisado al alza tres veces y con magnitudes muy relevantes el PIB de 2021. Un aumento retroactivo de 13.000 millones de euros del PIB nominal. Lo aterrador de estas revisiones es que la evidencia de la economía española, según la Contabilidad Nacional, es de estancamiento en PIB per cápita, de endeudamiento exponencial, con 380.000 millones de aumento de deuda, y de pérdida de poder adquisitivo.
Los españoles somos más pobres, aunque se revisen las estadísticas retroactivamente.
El ataque político a los «ricos» es una estrategia típica del socialismo, que tiene como motores principales la envidia y el expolio. La frase “más transporte público y menos Lamborghini” es una ridiculez.
Sánchez ha vuelto de sus vacaciones con el manido discurso del odio a los ricos. La transformación de Sánchez en un clon de Pablo Iglesias se completa cada día, como el viaje al lado oscuro de Anakin Skywalker.
En España se han vendido 34 Lamborghini en 2024 hasta julio. Es una sandez cuyo único objetivo, como siempre, es el de introducir la envidia y la división. Habla el presidente de «élites privilegiadas». Tal vez esté pensando en sí mismo, que se pasa el día en el Falcon o en su esposa, su hermano o su ex número dos.
Los periodistas pro-socialistas van a tener difícil conciliar su frase «menos Lamborghini y más transporte público» en el mismo mes en el que el desastre de gestión de Óscar Puente.
La realidad del socialismo es que, efectivamente, tendremos menos Lamborghini y menos transporte público.
El uso de la envidia y el enfrentamiento es tristemente eficaz políticamente. Cualquier ciudadano debería entender que 15.000 españoles, los que declaran más de 600.000 euros de ingresos, no van a sufragar el concierto de Illa de 25.000 millones de euros.
Afirma El País, siempre dispuesto a ofrecer un salvavidas al presidente del gobierno, que «el número de grandes fortunas no para de crecer en España», dando a entender que esto es una especie de vergel de multimillonarios en Lamborghini. El propio artículo pasa a explicar que se trata de 852 personas y, de ellas, solo 235 tienen patrimonio neto que pague impuesto de patrimonio.
En España hay 852 «ricos» en un país de 47 millones de personas. Y solo 235 tienen patrimonio neto significativo. Eso sí, los votantes de Sánchez y Díaz se creen que estos son los que van a pagar los 25.000 millones del cupo de Illa, los 116.000 millones de deuda de la seguridad social y los 45.000 millones anuales de déficit estatal.
Los periodistas pro-socialistas van a tener difícil conciliar su frase «menos Lamborghini y más transporte público» en el mismo mes en el que el desastre de gestión de Óscar Puente.
En España solo hay 5.500 «grandes empresas» y 15.000 rentas altas en un país con 47 milones de habitantes y 3.207.000 empresas. El 54% de las empresas de España no tienen empleados y el 99% son pymes. Cuando el gobierno dice que va a atacar a los «ricos» está hablando de expoliar a médicos, arquitectos, autónomos y profesionales.
El socialismo nunca redistribuye de los ricos a los pobres, sino de la clase media a los políticos. Los que sí se convierten en una élite extractiva y privilegiada son esos políticos que tienen pensión garantizada, gastos cubiertos, coche oficial y Falcon a su disposición, además de una sorprendente capacidad de firmar acuerdos y contratos con las empresas más exigentes y capitalizadas de España, algo que está fuera del alcance de los autónomos y empresarios.
No se preocupen. Durante los últimos meses se ha generado una campaña en los medios cercanos al gobierno según la cual usted debe ser consciente de que es rico. Te dicen que un salario de más de 25.000 euros es ser rico, que si ganas 2.500 euros al mes trabajando sin descanso eres rico… Mientras el votante se cree que van a por los 34 del Lamborghini.
La culpa es del votante que compra la falacia de la justicia social que es el privilegio por adhesión política. Luego se sorprende de que España, con Sánchez, lidere por primera vez el índice de riesgo de pobreza y exclusión social, pierda poder adquisitivo y aumente la carencia material severa.
Usted se cree que esta política es por ignorancia o incompetencia, pero es un plan muy bien diseñado para crear un país de rehenes dependientes de las migajas que les conceda un estado que vive de prestado donde los verdaderos privilegiados son los políticos.
Si usted acepta el robo y avala el expolio a los demás solo porque ganen más dinero se merece lo que ocurre después. Le suben los impuestos y le empobrecen a usted. La evidencia empírica es que el aumento de la presión fiscal en España desde 2019 ha recaído en su inmensa mayoría en la clase media. El impuesto inflacionario por negarse a deflactar los impuestos, las subidas de impuestos indirectos, a los seguros, al ahorro, al consumo, etc.
España no necesita menos Lamborghini, necesita mucho más. Más empresas grandes, más personas de renta alta y menos políticos confiscadores que solo igualan a la baja.
Sánchez continúa con su deriva kirchnerista, acaparando las instituciones, y seguirá empobreciéndote mientras te vende que gracias a él no gobierna la derecha. Como el PP no vaya frontalmente en contra de todo esto, desaparecerá.
«Sánchez continúa con su deriva kirchnerista, acaparando las instituciones, y seguirá empobreciéndote mientras te vende que gracias a él no gobierna la derecha. Como el PP no vaya frontalmente en contra de todo esto, desaparecerá». No pide usted nada, Sr. Lacalle, que el PP se ponga las pilas. Casi nada.