Es vergonzoso que la propaganda gubernamental diga que “los precios llevan bajando cuatro meses”. El IPC al 6,8% no dice que bajen los precios, dice que se modera el ritmo de subida.
Pero es que ese dato de noviembre se acumula sobre un IPC del 5,5% en noviembre de 2021.
Si una persona engorda diez kilos un año y ocho el siguiente, no adelgaza.
Incluso si usamos el cálculo oficial del IPC, la subida de precios en solo dos años supera el 13,1%.
Ninguna familia española ha visto bajar los precios de lo que consume, tampoco el de la electricidad.
Los españoles han perdido más de un 13% de poder adquisitivo en dos años y por eso tenemos el índice de Okun de paro e inflación –índice de miseria- entre los más elevados de la Unión Europea.
No podemos olvidar que, además, la inflación subyacente (excluyendo alimentos y energía) vuelve a subir. La tasa anual del indicador adelantado de la inflación subyacente aumenta una décima, hasta el 6,3%.
Esto es muy preocupante porque además la razón por la que el índice general se modera es por el cálculo del componente energético que baja, aunque la tarifa que todos pagamos no se reduce y porque incluye una subvención a la gasolina que pagamos todos en más deuda e impuestos. En el caso de la electricidad, el Instituto Nacional de Estadística usa solo la tarifa PVPC como factor de cálculo de la electricidad, pero esta solo afecta al 20% de los consumidores.
Es más, el subterfugio del tope del gas se ha traspasado a todos los clientes como un elemento adicional en nuestra tarifa, por lo que la inmensa mayoría pagamos mucho más, pero el IPC muestra que se modera la subida de la electricidad. Esto no significa que el INE calcule mal el IPC, significa que se han tomado medidas de disfraz de la inflación que no se reflejan en el cálculo con los baremos normales. Curiosamente, son los mismos que hicieron una campaña contra el INE que acabó con la destitución de su presidente, los que ahora dicen que el IPC está maravillosamente calculado.
Recordarán ustedes cuando, en el debate del estado de la nación de 2015, Sánchez dijo en sede parlamentaria a Rajoy que “los precios que dependen de usted no han dejado de subir en sus años del gobierno. Ha aumentado en un 10% factura del gas, un 16% la factura del agua y 13% de la electricidad. Señor Rajoy usted le sale muy caro a los españoles”. Desde que Sánchez gobierna, esas mismas facturas han subido más de cuatro veces lo que criticaba. Durante todo 2015 lanzaron toda serie de estimaciones de subida de coste de la vida alternativas al IPC. Lo gracioso es que si hiciésemos ese mismo cálculo que hicieron en esos días (cuando el IPC era negativo decían que el coste de la vida subía un 3% anual), hoy la inflación sería del 19-23% solo en 2022 usando el mismo sistema.
Y es que el IPC no es la inflación. Es una medida, nada más. La inflación es la pérdida de poder adquisitivo de la moneda y es superior hoy y siempre al IPC.
Que la inflación en pérdida de poder adquisitivo que sufren los españoles es mucho mayor al IPC se puede comprobar en los distintos análisis de gasto familiar y en los ingresos por IVA comparado con las ventas. Según estudios hechos durante todo el año, una familia media gasta más de un 14% adicional en productos básicos y los ingresos por IVA, para la misma cantidad de consumo, muestran un alza de hasta el 19%. Los hogares españoles gastaron en octubre un 10,8% más que el mismo mes del año anterior mientras el volumen de compras ha caído un 0,6% frente al año pasado. Es decir, la inflación que sufren las familias supera el 11,4% solo en 2022.
El aparato de propaganda del gobierno intenta atacarnos diciendo que estas cosas no las decíamos antes de gobernar Sánchez y no las diremos si gobierna la derecha. Una falacia de tal calibre que les retrata a ellos. Llevo años escribiendo sobre el diferencial entre coste de la vida e IPC, recordando que la inflación es acumulada y que los precios no bajan a cero subidas el 31 de diciembre, y la mentira de la “no inflación” en la época del dinero barato. Hace años que explico que la inflación acumulada en los años que nos decían que “no hay inflación” fue del 47% nada más y nada menos… Llevo años explicando que el componente de electricidad en periodos de bajada del precio del pool refleja en el IPC una evolución más baja de lo que pagamos en la tarifa porque, además, dicha tarifa se ha ido cargando de costes regulados e impuestos. Pero da igual. La maquinaria de propaganda seguirá diciendo ahora que la inflación ahora es buenísima y cuando gobierne la derecha (vean programas de La Sexta sobre pensiones en los que participé en 2012-2014) dirán, como en esos programas repitieron una y otra vez, que el coste de la vida es mucho mayor que el IPC.
El gobierno, por supuesto, nos dice que la inflación (IPC) se modera gracias a sus políticas, a pesar de que los datos del propio INE muestran que ese mismo IPC a impuestos constantes solo es un 0,4% superior. Es decir, las medidas del gobierno no han hecho casi nada en el IPC incluso con los datos oficiales.
Siempre digo que los gobiernos no combaten la inflación, sino que buscan formas creativas de disfrazarla. No es algo que haga solo España. Lo hace Francia también con una tarifa eléctrica intervenida que los ciudadanos pagan en muchos más impuestos y rescates constantes a su ruinosa empresa estatal eléctrica.
El problema de la inflación es que nos intenten convencer de que están bajando los precios y que todo va bien. Pero nunca debemos olvidar que la inflación es el impuesto escondido y que el principal beneficiario es el gobierno. Los gobiernos sean del color que sean, no bajan los precios, nos pasan el coste por otro lado. Y lo que debemos seguir denunciando es que los intervencionistas quieren seguir imprimiendo euros y destruyendo el poder adquisitivo de la moneda para luego culpar de la inflación a todos y cualquiera menos al gobierno (cuando es de izquierdas, claro).
Estoy harto de este gobierno, de sus mentiras, falacias, aires bolivarianos, trampas, engaños, embelecos, trilerismo, propaganda que deja a Goebbels a la altura de un bebé, ruina y más ruina. Y de la URSE (Unión de Repúblicas Socialistas Europeas) y de su soviet supremo que no duda en gastarse 400.000 € en una gansada metavérsica mientras tiene todo lo demás, energía, economía y política, manga por hombro. ¿A dónde podemos huir?.
No solo es vergonzoso decir que los precios bajan, es que debería ser delito en estas circunstancias. Aunque el gobierno le dé a la manivela de la propaganda y use las trompetas de Jericó, el personal votante briega con la realidad diariamente y sabe que los precios suben continuamente. Otra cosa es que lo asocie con las metidas de pata, dicho con suavidad, del gobierno, con el desenfreno del gasto, con la fabricación de dinero de la nada y con el trágala del soviet supremo de la Unión de Repúblicas Socialistas Europeas.