El presidente del gobierno utiliza las palabras “bulos”, “desinformación” y “lawfare” con una frecuencia pasmosa. ¿Qué es el “lawfare”? El cuento inventado por la izquierda como excusa para exigir impunidad y para justificar ante sus votantes cualquier dictamen negativo, incluso de manera preventiva.
Es tan aberrante que los mismos que acusan a los jueces de “lawfare” luego se vanaglorian de que esos mismos jueces les han exonerado de importantes denuncias.
¿Qué son los “bulos” que denuncia la izquierda? La excusa para exigir pleitesía y silencio a los medios no afines. Es una forma de cancelar y destruir al que piensa diferente. Los jueces aplican lawfare contra la impoluta izquierda que todo lo hace bien y la prensa se une en una confabulación internacional de ultraderecha contra el prístino proceder del presidente y su familia. Esto es importante, porque los bulos de la prensa de izquierda no les importan, por supuesto. De hecho, los difunden. Tampoco les preocupan las denuncias falsas en juzgados contra personas de la derecha. Los repiten incluso cuando se han desmentido con datos. Recuerden que no han pedido perdón por ninguno de los bulos que ellos han difundido.
Es tan alucinante que, en el mismo día en el que da una rueda de prensa -sin preguntas, para no variar- y una entrevista quejándose por las mentiras que sufre su familia, soltó dos veces un bulo de tamaño mastodóntico cuando dijo que “el señor Feijóo ha dicho textualmente que lo que debería haber hecho mi mujer es quedarse en casa sin trabajar”. Es una mentira de tal calibre que debería generar una disculpa inmediata. Sin embargo, la repitió, por si acaso, en TVE. No podemos olvidar la mentira sobre las subvenciones a la empresa donde trabajaba la mujer de Feijóo, por las que nunca se disculparon, y su amenaza de “saldrán más” desde la tribuna del congreso.
Y qué decir de su partido y sus socios que siguen atacando al hermano de Ayuso por cuestiones por las que ha sido exonerado por la justicia española y europea. Los bulos contra el entorno de Ayuso alcanzan el paroxismo, y alcanzan insultos como “novio de la muerte”, “delincuente” etc. Modestamente, hasta yo he sufrido los bulos de Sánchez y miembros del gobierno. Por ejemplo, el que repitió en varias ocasiones y durante tres días, afirmando que yo planteaba una rebaja de las jubilaciones del 40% en una entrevista en El Economista, pese a que era falso. Pues bien, durante cuatro días lo repitieron él y tres ministros a pesar de que la gran mayoría de la prensa recogió que era falso y hasta se publicaron los audios de la entrevista demostrando la mentira. Los economistas de cabecera del socialismo no solo difundieron el bulo, sino que lo mantienen en sus cuentas de redes sociales a cierre de este artículo. Nunca se disculparon. Son los mismos que luego acusan de “bulos” y desinformación a los demás.
El gobierno de Sánchez no busca atacar los bulos ni la desinformación, sino gestionarlos. Y, por ello, quiere controlar la justicia, para además de exigir adhesión incondicional se imponga la impunidad del gobierno y sus familiares si es Sánchez el presidente. La izquierda quiere monopolizar la prensa para usarla contra el adversario sin importarles acudir a la mentira una y otra vez, y la justicia, para que no se les investigue ni fiscalice y a la vez se lancen las instituciones contra el adversario.
Sánchez acude a los principios de la propaganda sin contemplación. Desde el principio de la transposición, que es el de acusar al adversario de los errores propios respondiendo el ataque con el ataque., a los principios de enemigo único, de contagio, de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave por parte de una conspiración de enemigos categorizados en un grupo uniforme y coordinado. Un titular incorrecto sobre su mujer supone un ataque de la galaxia internacional de derecha y ultraderecha contra él, eliminando la validez de todo el resto de las investigaciones. Un juez admite a tramite una denuncia de poca credibilidad, es un ataque de todos los jueces contra él que invalidan todas las investigaciones previas y futuras.
Si el presidente quisiera atacar la desinformación, los bulos y los retos de la justicia defendería más libertad de prensa y más independencia del poder judicial, no menos.
Además, el uso de la propaganda y la exageración por parte del gobierno es recurrente. Sánchez se apunta todo lo bueno, incluido el récord de turismo, sector al que el gobierno atacó sin contemplación, y nunca (jamás) lo pone en el contexto del mayor estímulo fiscal y monetario de la historia, es decir, de un apoyo masivo desde el BCE y Bruselas. Jamás escuchará usted a nadie del gobierno mencionar que han tenido el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia. Y sin embargo, se vanaglorian de “reducir la deuda” cuando la deuda se ha disparado en más de 365.000 millones desde 2019 hasta los 1,6 billones de euros y con los pasivos totales de las administraciones públicas por encima de los dos billones de euros según el Banco de España.
Especialmente engañoso es mostrar una reducción de la ratio de deuda sobre PIB usando como corte el cenit de deuda de 2020 y sin especificar que lo único que modera la ratio es la inflación. Vamos, que nos empobrecen dos veces, más deuda y más inflación.
El gobierno repite que sus políticas sociales reducen la pobreza y los datos lo desmienten. La carencia material severa (que es la pobreza real, no el “riesgo”) ha subido desde 2019 de un 7,7% al 9,0% según el INE. La población en riesgo de pobreza, que podemos considerar un término muy amplio, es del 26,5%, casi sin cambios desde el 26,9% de 2019.
Recordemos como, en Davos, el presidente Sánchez anunció que “hemos atraído más inversión extranjera directa que nunca”, algo que es claramente desinformación. Según publica la propia Moncloa “la inversión extranjera en España alcanzó los 28.215 millones de euros en 2023, según los datos publicados por el Registro de Inversiones Exteriores de la Secretaría de Estado de Comercio disponibles en DataInvex”. Esto significa una caída del 18,7% con respecto a 2022 y un desplome de casi el 50% con respecto al récord alcanzado en 2018. De hecho, para ponerlo en bonito, Moncloa afirma que se sitúa “en el promedio de los últimos cinco años”, algo que tampoco es cierto al estar por debajo de dicho promedio.
Recientemente, el presidente se vanagloriaba de que “el Fondo Monetario Internacional situaba a España como el segundo país industrial, después de Estados Unidos, que más va a crecer este año y uno de los que más va a crecer en 2025”. El propio informe del FMI muestra once economías industriales que crecen más que España y que, además no han caído tanto en 2020 (International Monetary Fund Outlook, April 2024 pág. 35) y, además, de mostrar que es la tercera peor recuperación desde 2019 de las economías comparables, en la página 40 refleja que el crecimiento del PIB per cápita se queda por debajo de economías comparables y de la media de la eurozona en 2025. Es más, en la página 35 refleja el triste récord de ser la economía con más tasa de paro tras Ucrania y con más inflación que la media de la eurozona en 2024 y 2025.
Sánchez y sus ministros repiten sin parar que en España hay 21 millones de personas trabajando, incluyendo en esa cifra los pluriempleos. El propio Ministerio de Trabajo se lo explica: “El número de afiliados en alta laboral no se corresponde con el de trabajadores, sino con el de situaciones que generan la obligación de cotizar” (Estadística de afiliación de trabajadores a la Seguridad Social, Informe metodológico estandarizado). Una persona se contabiliza «tantas veces como situaciones de cotización tenga» por «varias actividades laborales en un régimen o en varios» Al dispararse el pluriempleo, que se sitúa en más de 520.000 en el último dato del INE, se infla la afiliación.
Bulos y desinformación han usado también con los ERTE. El gobierno se apunta constantemente los ERTE de la pandemia como un logro suyo, cuando la figura del ERTE se creó en1995 y su flexibilización -que la izquierda rechazó en el congreso, no olvidemos- se aprobó en la reforma laboral de 2012, punto VI.
El gobierno utiliza la propaganda constantemente con el empleo para dar una imagen eufórica de la economía. Por ejemplo, las mismas personas que decían que “no se crea empleo, se trocea” en 2014-18 porque las horas trabajadas no se recuperaban al ritmo de la afiliación, llaman ahora “récord de empleo” a un número de afiliaciones donde las horas trabajadas por ocupado han caído con respecto a 2008 y 2019, como refleja la Contabilidad Nacional del INE. También ocultan que España tiene la mayor tasa de Europa y de la OCDE solo superada por Ucrania, que está en guerra, y que Grecia ha reducido la tasa de paro más rápidamente. De hecho, según datos de Eurostat, España ha bajado la tasa de paro de un 15.2% en junio de 2018 a 11,5% en febrero 2024 mientras Grecia la ha bajado del 20,2% al 11,0%. No podemos olvidar que el paro efectivo, según Fedea, BBVA y USO, supera los 3,5 millones de personas en marzo de 2024 y era de 3,4 millones en diciembre de 2019.
Señor presidente, deje a la prensa libre y la justicia en paz. Preocúpese por la viga en el ojo propio y no la paja en el ajeno.
Lo raro de esta eminencia, véase su tesis doctoral, es que todavía no haya proclamado a los cuatro vientos la solución del giro del núcleo de la Tierra, cuya preocupación ya mostró en su día y de lo que nunca más se supo. Le queda arreglar la inversión de los polos magnéticos y la anomalía del Atlántico Sur. Es lo que tiene el personaje: un ego que no cabe en el sistema solar.