La deuda total (pasivos totales de las administraciones públicas) ya supera los dos billones de euros, según el Banco de España. El poder adquisitivo de los españoles entre 2008 y 2022 ha caído más de un 10% en la franja de edad de 16 a 64 años (un -11,2% los de 16 a 29, un 7,5% los de 30 a 44 y un 10% los de 45 a 64 años). España ha perdido convergencia en renta per cápita ajustada por poder adquisitivo y ya se encuentra a 15 puntos de la media de la UE según Eurostat, el peor nivel desde 2009.
Según el FMI, España cerrará 2024 con la mayor tasa de paro de todos los países desarrollados, muy por encima de Grecia e incluso de Ucrania o Turquía. Eso es usando las cifras oficiales de paro, pero en las oficinas del SEPE se encuentran registrados como desempleados más de 3,2 millones de personas y según Fedea el paro efectivo, que incluye demandantes de empleo y fijos discontinuos desocupados, se encuentra en 3,3 millones de personas.
El número de fijos discontinuos cobrando desempleo, pero sin aparecer como parados, se eleva a 201.296. Según la última estimación del FMI, España cerrará 2024 con una recuperación que se encuentra entre las tres peores de la Unión Europea. Aunque el gobierno te dice que el FMI muestra que España crece más de la UE es empíricamente falso. Desde Grecia a Irlanda, Estonia, Eslovaquia, República Checa y Malta hasta Letonia registran mayor crecimiento que España. Pero la propaganda te habla de éxito y política eficaz.
Ante un escenario tan desastroso, sorprende la obsesión de una parte del Partido Popular por defender políticas socialdemócratas que solo llevan a que España siga a la cola en crecimiento de productividad, empleo y riqueza. La oposición no puede presentar un programa que arruine e hipoteque a los ciudadanos, pero ligeramente menos que el socialismo.
La socialdemocracia no es progreso, es ruina. Te promete derechos que nunca concede y te arruina en el camino. Es todo lo contrario del progreso, porque hace años que esta ideología ha abandonado la ortodoxia económica, la racionalidad presupuestaria y la administración para entregarse al aumento constante de desequilibrios con el objetivo de disparar el gasto clientelar.
No hay nada que defender de la reforma laboral, de las subidas de impuestos o el aumento descontrolado del gasto clientelar. Una reforma laboral que esconde paro, disfraza precariedad y encarece la contratación debe derogarse en su totalidad. Una política que ha aumentado el gasto en 130.000 millones, la deuda en casi 400.000 y eso aumentando impuestos masivamente, solo puede ser derogada en su totalidad si lo que queremos es un país próspero.
España no puede aspirar a ser el pedigüeño de la Unión Europea siempre buscando que se aumente el déficit y la deuda y se le conceda más tiempo para hacer unas reformas que nunca hace.
La administración no está para recaudar, está para administrar y eso se ha olvidado en los últimos años.
En el momento que el principal partido de la oposición se resigna a aceptar las enormes subidas de impuestos, consolida el gasto disparado y solo se dedica a hacer pequeños retoques ya ha perdido las elecciones. Es peor, si las gana se queda sin gobernar porque ante el 50% del PSOE y el PSOE entero, el resto de los partidos del arco parlamentario prefieren el 100%.
Sí, hay que revertir completamente las contrarreformas que han dejado España en un país cuyo único éxito es exterior: La recuperación del turismo.
Hay que reducir la deuda, se debe revertir la enorme cantidad de gasto político en un país en el que se han disparado las cuentas de todos los ministerios hasta alcanzar un exceso de gasto ineficiente que supera los 60.000 millones anuales según el IEE. Cómo no se va a poder recortar en un país que gasta casi 5.000 millones de euros en Agenda 2030 y otros tantos en Asuntos Económicos.
Por supuesto que hay que revertir todas las subidas de impuestos porque son un lastre que además no genera mejora de las cuentas públicas porque cuando los ingresos suben, las administraciones públicas gastan más y cuando bajan, también gastan más.
El Partido Popular tiene que presentar un programa ambicioso que muestra que hay una verdadera alternativa, no continuismo. Una alternativa que ponga en el centro de sus propuestas a las empresas y familias, que defienda al contribuyente y que cercene el gasto ineficiente mientras elimina la burocracia que nos asfixia. El Partido Popular tiene una oportunidad de oro ante la evidencia del fracaso de la socialdemocracia. Recuperar las políticas liberales que generaron la mayor época de crecimiento y prosperidad de nuestra historia. Si persigue la socialdemocracia, la alcanzará… desde la oposición.
El PP ya abandonó el liberalismo cuando Rajoy dijo aquello de que el quiera que se vaya al Partido Liberal. No creo que vayan a volverse liberales a estas alturas. Es mucho más fácil hacer lo que hace el P$O€, con leves retoques, visto que lo votan. No hay más que ver lo que hacen en Andalucía, donde no han desmontado ni un chiringuito socialista ni la administración paralela. Se han limitado a publicar fotos de habitaciones ocultas y cuatro tonterías más. El resto es continuidad socialista con marketing.