Los españoles somos más pobres mientras el gobierno se lanza a la euforia con unos datos agregados que ocultan importantes nubarrones.

La definición de la economía española con Sánchez es: con la tarjeta de crédito de otro, todos los restaurantes son baratos.
Una inflación acumulada del 22% desde que gobierna Sánchez, un PIB per cápita estancado y dopado por gasto público y deuda, y un paro efectivo que no se ha reducido prácticamente nada desde 2019, con 700.000 fijos discontinuos inactivos de media que no computan en las cifras de paro oficial.
El dato de inflación publicado esta semana refleja el empobrecimiento de las familias.
La inflación acumulada desde que gobierna Sánchez es del 22%
Aunque la tasa anualizada de la inflación medida por IPC se reduce, los precios encadenan seis meses de alzas.
De hecho, desde enero de 2024, los precios han subido todos los meses menos tres. Esto supone una inflación acumulada del 22% entre 2019 y febrero de 2024.
Otro factor de empobrecimiento es la debilidad laboral. El ministerio de Trabajo ha tenido que reconocer la cifra real de fijos discontinuos inactivos. Ha aumentado un 111% con respecto a los niveles previos a la reforma laboral, como explica Javier Esteban, y se sitúa en los 687.224 de media en 2024.
En febrero había 859.000 personas en situación de fijos discontinuos y ERTEs, que no se incluyen en las cifras oficiales de paro.
Además, había 372.549 personas con disposición limitada y 200.532 en formación. Si miramos el número real de desocupados, éste asciende a 4.025.530.
Lo más importante de las cifras de paro es que el desempleo efectivo, que incluye a los fijos discontinuos inactivos y los trabajadores en ERTE, no se ha reducido prácticamente nada desde 2019.
En diciembre de 2019, el paro efectivo, que suma las personas en ERTE y fijos discontinuos inactivos, se situaba en 3.464.921. En marzo de 2025 solo se había reducido a 3.452.449, una mínima reducción real de solo 12.472 personas.
Otro factor preocupante del supuesto milagro económico español es la enorme dependencia del gasto público y la deuda.
Es preocupante del supuesto milagro económico español es la dependencia del gasto público y la deuda
El gasto público se ha disparado un 40% en términos reales entre 2019 y 2024. Sin embargo, la inversión privada sigue un 3,5% por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Este crecimiento viene de factores de desequilibrio muy preocupantes. Como explica José Ramón Riera, economista y autor del magnífico libro El Ocaso del Estado de Bienestar(Sekotia, 2025), el PIB en el mandato de Sánchez solo ha crecido por la deuda y los fondos europeos: sin ello, hubiésemos decrecido.
Efectivamente, un aumento del PIB dopado con gasto público, como ya hemos comentado, que refleja un crecimiento nominal de 395.665.000 euros, con un aumento de deuda pública de 452.759.649 euros y 134.162.447 euros de fondos recibidos de la Unión Europea.
Es decir, sin el enchufe de deuda y fondos externos, España ha registrado un estancamiento aterrador, sobre todo cuando vemos que ha contado con una recuperación del turismo y de las exportaciones espectacular.
La deuda es un gran problema. El gobierno se vanagloria de cumplir con Bruselas y «reducir» el déficit. Pero eso no es reducir la deuda, es cavar el agujero un poco más lento.
La deuda total de las administraciones públicas ha aumentado a 2,15 billones de euros, 1,6 billones según el protocolo de déficit excesivo.
Es decir, incluso en términos de ratio de deuda sobre PIB nominal, el gobierno ha aumentado el endeudamiento, especialmente teniendo en cuenta que en el proceso ha aumentado impuestos de manera brutal y se ha lucrado con la inflación, al no deflactar la carga tributaria al IPC. Es más, ha contado con la inyección de ingresos externa de los fondos europeos.
Así, el déficit oficial, excluyendo el impacto de la DANA, es de 44.597 millones, un 34% superior al que heredaron en 2019, pero contando con ingresos récord.
El verdadero déficit público de España ha ascendido en 2024 a los 50.171 millones, más de un 50% superior al que Sánchez heredó en 2019 de 33.213 millones.
Es decir, el gobierno solo «reduce» el déficit, expoliando brutamente a impuestos, en 2.000 millones, y la ratio de déficit se reduce al 2,8% porque el PIB está dopado con más gasto público y en términos nominales por la inflación, y porque no se cuenta eso que llaman el “impacto de la DANA”, que se paga y que se debe.
El gobierno ha aumentado el endeudamiento, especialmente teniendo en cuenta que en el proceso ha aumentado impuestos de manera brutal
España cierra 2024 con un déficit anual estructural de casi 45.000 millones de euros contando con ingresos récord, turismo creciendo, importaciones reducidas y PIB dopado. Es la receta de la ruina.
Sin embargo, lo preocupante es que Bruselas avale esta irresponsabilidad.
Sánchez está haciendo lo mismo con la economía que hizo el PASOK en Grecia, disparar gasto, deuda y empleo público, y creando un agujero estructural en las cuentas públicas que supondrá más impuestos, más empobrecimiento y menor renta disponible a las familias.
Ese es parte del enorme problema de Europa, que se acepte cualquier política extractiva y dañina siempre que “suba” el PIB, aunque empeore la economía a largo plazo. Luego exigirán recortes.