La preocupación entre los analistas por los indicadores adelantados de la economía española es muy grande. España se enfrenta a un otoño e invierno muy complejo sin haber recuperado los niveles pre-pandemia.
Los datos de PIB del Instituto Nacional de Estadística fueron ligeramente esperanzadores en el segundo trimestre, pero los factores estructurales no acompañan. El PIB, como ocurrió en el segundo trimestre de 2021, muestra el elemento estacional de la mejora del turismo y poco más. De hecho, la variación interanual del PB se ha estancado en un rebote insuficiente y no mejora con respecto al trimestre anterior, lo que refleja señales de estancamiento cuando el PIB se encuentra todavía por debajo de los niveles del cuarto trimestre de 2019 a pesar de más de 250.000 millones de euros de estímulo fiscal y monetario.
Es importante recordar este factor. Ningún gobierno ha contado con más apoyo del banco central y de Bruselas y, con todo, la recuperación es simplemente deficiente.
España cerró junio con la mayor tasa de paro de la eurozona y la Unión Europea, sobrepasando a Grecia, que ha reducido la tasa de paro más rápidamente que España.
El índice de miseria de Okun es un indicador muy preocupante también. España se sitúa como el país con el índice de miseria, combinación de inflación y paro, más alto de las economías comparables de la eurozona.
Pero es importante mirar a los indicadores adelantados que nos pueden dar una idea de lo que depara el futuro.
El indicador adelantado de la OCDE ya ha caído a niveles de marzo de 2021. Uno de los factores más importantes en esa combinación de indicadores es que hasta el Ministerio de Economía lo reconoce. En la tabla de indicadores adelantados del propio ministerio del 2 de agosto, más de la mitad de los elementos están en contracción.
Los datos de paro de julio han sido un jarro de agua fría para la propaganda oficial. España destruye empleo y sube el paro en un mes de julio por primera vez en toda la serie histórica y encadena dos meses consecutivos en los que el número de contratos cae. Adicionalmente, el 82% del empleo del mes es temporal o a tiempo parcial y el 58,4% de contratos indefinidos son a tiempo parcial y discontinuos. El número de contratos cae un 9,94% en variación anual.
España cierra julio con 3.379.769 desempleados reales, incluidos demandantes de empleo no ocupados. En términos desestacionalizados, el paro en julio subió en 56.945 personas.
Los índices de compras tampoco son favorables. Como explica S&P Global, el sector manufacturero español entró en severa contracción en julio, el nivel más bajo desde marzo 2020 y sufriendo la mayor caída de pedidos en dos años. El índice PMI que publica S&P Global registró 48.7, por debajo del nivel de expansión (50.0) y con una caída muy significativa con respecto al 52.6 registrado en junio. Es el nivel más bajo desde mayo de 2020. La consultora recuerda que es el peor resultado desde la primera ola de la pandemia y la confianza en el futuro cae bruscamente
El sector servicios, además, muestra una ralentización preocupante y caída de la confianza a pesar de la fuerte recuperación del turismo. Se sitúa en ligera expansión a pesar de la fuerte mejora del turismo, 53.8, por debajo del 54.0 registrado en junio, el aumento más bajo desde marzo pasado.
Pongamos de nuevo todos estos datos en contexto. Una recuperación pobre, endeudada y cíclica que es más que deficiente considerando el apoyo son precedentes de Bruselas y el BCE. España no crece, rebota y además lo hace endeudándose masivamente. La deuda aumenta mucho más rápido de lo que rebita el PIB.
…Y ahora llega el otoño. Intentarán usar el comodín de la guerra de Ucrania, aunque nuestros datos son peores que los comparables. Es alucinante que el gobierno haya generado una crisis diplomática con Argelia, nuestro mayor suministrador de gas, y ahora nos diga que despilfarramos energía. Lo escondan como lo escondan, la realidad es que va a ser un invierno duro y el punto de partida es muy pobre.