España regala 80 millones a Francia tras un mes del “tope al gas”
Se cumple un mes de la medida estrella del Gobierno, la mal llamada «excepción ibérica» y el resultado no puede ser peor y más contraproducente.
La decisión de disfrazar el precio mayorista de la electricidad sacando el coste del gas para luego subvencionarlo en la parte fija es el equivalente a «romper el termómetro» si no nos gusta que tengamos fiebre. La medida ha supuesto más consumo de energías fósiles, una subvención a Francia y Portugal pagada por los consumidores españoles y una subida de la tarifa total a la inmensa mayoría de los consumidores.
Transcurrido el primer mes de aplicación del mecanismo, el descuento medio obtenido por los consumidores indexados al precio diario ha alcanzado solo el 16%, frente al 30% anunciado por el Gobierno antes de su aprobación. Sin embargo, el coste de la subvención a las centrales de gas se ha disparado y el precio promedio de la compensación para las gasistas entre el 15 de junio y el 15 de julio se situó en unos 105 euros el megavatio hora.
Es decir, lo que aparentemente se reduce la tarifa en el término energético se cobra en la parte fija. Por ejemplo, el precio de la luz para clientes de tarifa regulada llegaba hasta los 228,78 euros el MWh el 20 de julio y a ello se suma la compensación a las gasistas, 81,24 euros el MWh en esa fecha.
Es decir, el consumidor paga en su tarifa total casi lo mismo que si no hubiese «tope de gas». Pero los consumidores con tarifa regulada son menos del 20% del total del mercado. Sin embargo, a los consumidores con contratos a medio plazo, más del 80%, les supone una enorme subida.
El precio de la electricidad para los contratos a precio fijo que se han revisado o prorrogado con posterioridad al 26 de abril de 2022 se sitúa en el entorno de los 70 euros el MWh , mientras que el coste promedio del mecanismo de ajuste en el primer mes es superior a los 100 euros el MWh. Es decir, todos los consumidores que disfrutaban de un suministro a precio fijo en el mercado libre van a ver incrementado el coste de energía de referencia en más de un 100%.
El tope del gas ha disparado el uso de energías fósiles y, con ello, las exportaciones a Francia y Portugal, una subvención a nuestros vecinos. Desde la implementación del tope del gas, España ha disparado sus exportaciones a Francia. Al tener España el gas subvencionado, vende a Francia más «barato» y las exportaciones de energía han reflejado en un mes un incremento del 387%. Lo mismo ocurre con Portugal, con un incremento del 18% en el saldo neto medio de las exportaciones diarias, que pasan de 29 gigavatios hora a 34.
Estas exportaciones se justifican principalmente por el menor coste de generación de los ciclos combinados de gas españoles, que dedican parte del incremento de producción a cubrir las necesidades energéticas de otros países, pagada por los consumidores españoles. Este incremento en las exportaciones supone una subvención de España a Francia diaria de unos 2,5 millones de euros que en acumulado ronda los 80 millones de euros desde que entró en vigor la medida.
Además, la subvención a la generación con gas ha llevado a que la utilización de gas natural se dispare un 78%. Durante los primeros cinco meses de 2022 la producción media diaria de los ciclos combinados en España, según el Balance diario de Red Eléctrica, era de 120 GWh.
Desde el 15 de junio, fecha de implantación de la «excepcionalidad ibérica», la producción diaria de los ciclos combinados de gas natural se ha elevado hasta 214 GWh, un incremento del 78%. Parte se justifica por la ola de calor, pero no un aumento tan grande.
La subvención a la generación con gas es un coste que se va a sufragar por los consumidores, inicialmente estimado en unos 4.500 millones de euros. Sin embargo, si los precios actuales del gas y la utilización de centrales se mantienen, ascendería a unos 15.000 millones de euros. Todo ello irá a la tarifa total. Paga usted.
Tras un mes desde la implantación del «tope del gas» la mayoría de los consumidores paga mucho más por la luz, se quema un 78% más gas y se subvenciona a Francia con más de 80 millones de euros. Un fracaso rotundo.