«Enslaving the young and destroying the old, run to the hills, run for your lives». Steve Harris.
Esta semana el precio mayorista de la electricidad ha sobrepasado la barrera psicológica de los 200 euros por megavatio hora en la mayoría de los países de la Unión Europea. Aunque el precio diario solo afecta al 15% de la energía vendida, ya que el resto se cierra a medio plazo a precios muy inferiores, es una señal de riesgo a futuro. Miles de contratos van a tener que revisarse con enormes subidas.
El precio de los derechos de emisión de CO2 ha aumentado más de un 1.000% desde 2017, más de un 200% en 2021. Este concepto, que es un impuesto por el cual los gobiernos de la Unión Europea van a recaudar más de 21.000 millones de euros en 2021. El estado español recaudará más de 2.300 millones de euros.
Estos ingresos extraordinarios -esto sí que son beneficios caídos del cielo- deben ser usados para mitigar en las facturas los aumentos de precio y evitar una crisis energética en Europa que hunda la recuperación.
El precio del gas natural licuado (GNL) se ha disparado a 34 dólares/mmbtu entrega diciembre y enero. En términos energéticos comparables sería unos 197 dólares por barril de petróleo equivalente, según Morgan Stanley.
Mientras tanto, el precio del gas natural (NBP) ha subido más de un 200% en 2021. La media de subida del precio del gas, sin embargo, no es esa, ya que se modera con el precio del gas que se vende a medio y largo plazo. El 85% del suministro de gas a Europa se hace con contratos de medio plazomarcados a precios de futuros.
La escalada de precios de la energía tiene dos claves y en ambas está la responsabilidad de los gobiernos: El cierre forzoso de la economía es un factor clave para entender el destrozo generado en la capacidad de suministro, y la prohibición de inversión en recursos de gas natural unida a una decisión política de imponer un mix energético volátil e intermitente ha dejado a Europa mucho más dependiente y expuesta a los vaivenes de precio.
Las energías renovables funcionan un 20% del tiempo y cuando no funcionan, la única garantía de suministro es usar gas natural justo cuando se ha disparado su precio.
«La escalada de precios de la energía tiene dos claves y en ambas está la responsabilidad de los gobiernos»
¿Y por qué se ha disparado su precio? Por supuesto que la demanda es un factor muy importante pero no podemos olvidar que, en gas natural, como en carbón, no existe ningún problema de suministro. Hay capacidad excedentaria.
En circunstancias normales el precio del gas natural y el CO2 se habrían moderado una vez que el efecto base se disipó (en junio), pero olvidamos dos factores: el monetario y el intervencionismo.
La subida de los derechos de emisión de CO2 es directamente culpa de la voracidad recaudatoria de los Estados que han limitado masivamente la oferta de esos derechos para que el precio subiera. La subida del precio de muchos bienes y servicios es directamente causa de haber aumentado masivamente la masa monetaria en 2020 muy por encima de la demanda de dinero, generando inflación por decreto.
No entiendo como la voracidad fiscal de algunos gobiernos les ciega ante dos importantes riesgos: una crisis energética que deje a pymes y familias asfixiadas por un aumento de precios causado por decisiones políticas, y una masiva reacción de la población en contra de las políticas medioambientales al ver los precios dispararse por errores de planificación (mix energético más volátil e intermitente y dependiente del gas) y de legislación (cargar a los ciudadanos todo el coste de las políticas medioambientales y hacer que el que contamine paga y el que no, pague todavía más).
Las estimaciones más cautelosas alertan de que la crisis energética puede dejar hasta un 25% de empresas (pyme) en Europa en quiebra -ya que para ellas la energía es el 33% de sus costes- y erosionar hasta un 1,5% del crecimiento de la eurozona, que ya de por sí es pobre y endeudado.
«La crisis energética puede dejar hasta un 25% de empresas (pyme) en Europa en quiebra»
Si queremos que los ciudadanos no reaccionen contra las políticas medioambientales, los políticos deben ser conscientes de sus errores y solventarlos. Necesitamos un mix energético equilibrado y no ideológico y para una transición energética competitiva es clave contar con la nuclear y el gas natural.
Es clave, además, no hundir la economía ni aumentar la inseguridad jurídica con legislaciones destructivas como la de España porque se pone en peligro la ingente cantidad de inversiones en renovables e infraestructuras que necesitamos.
Finalmente, no se pueden crear mecanismos extractivos y que destruyen el poder adquisitivo de los ciudadanos y luego culpar a los demás de la inflación.
Lo que necesita Europa -y España- es más competencia, tecnología e innovación y menos intervencionismo. Esta crisis energética no va a ser culpa del mercado, sino de la obstinación ideológica de políticos que ignoran el calculo económico.
«Esta crisis energética no va a ser culpa del mercado, sino de la obstinación ideológica de políticos que ignoran el calculo económico.»
Ya se ve el caso que hacen en la Unión de Repúblicas Socialistas Europeas: lo primero la ideología. Que arrastra cadáveres y muertos (gente que no puede pagar y empresas en ruinas): no importa, para eso se inventaron las subvenciones. Se programa un chute de subvenciones y asunto arreglado. ¿Que sube el déficit y la deuda? No importa, el déficit se paga con deuda y la deuda con más deuda. Que sube la ruina: no importa, se programa fútbol a todas horas, aparece el presidente del gobierno en su avatar de barón de Münchhausen, el coro de palmeros que lo jalea canta aquello de «que bien que nos llevan de excursión» y a continuación más fútbol. ¡A que es guay!.