Hace ahora cuatro años, la ministra Calviño concedió una entrevista a Expansión en la que afirmó que “la epidemia del coronavirus Covid-19 tendrá impactos poco significativos y de carácter transitorio sobre la economía española”.
Un amigo catedrático, que suele enviarme sus artículos excepto, sorprendentemente, cuando me menciona para hacer destrucción de personalidad, no recuerda esa frase.
El gobierno primero negó la pandemia hasta que pasó su manifestación propagandística, luego el portavoz de Podemos dijo que “el coronavirus está absolutamente controlado en España”, el experto gubernamental vaticinó pocos casos, la actual ministra de Sanidad dijo que regalar mascarillas FFP2 en la Comunidad de Madrid era “un acto magnánimo de prepotencia” porque no eran necesarias para la población. El gobierno que mintió sobre el comité de expertos, que mintió a la OMS y la OCDE sobre la cifra de test realizados, que mintió implementado dos estados de alarma inconstitucionales y mintió sobre las cantidades de apoyo a empresas que decía que daba, con cifras completamente falsas. El gobierno que ostenta el puesto 27 en el ranking de la UE de gestión económica 2019-2023. El último de la UE. El gobierno que ha arruinado a España.
Sí, lo que dijo Pablo Casado es cierto. España estaba y está técnicamente en quiebra. Este gobierno ha triplicado la deuda de la seguridad social y ha aumentado la deuda pública en 400.000 millones hasta dos billones de euros (pasivos totales de las administraciones públicas, deuda que se paga y que se debe), y cuatro años después la deuda sigue aumentando por encima del crecimiento real de la economía. El saldo de la deuda de las Administraciones Públicas (AAPP) según el Protocolo de Déficit Excesivo (PDE) ya es de 1,58 billones de euros en enero de 2024, con una tasa de crecimiento del 6,2% en términos interanuales, según el Banco de España, el triple del crecimiento real de la economía. España no crece, se endeuda. Mi amigo, que consideraba la deuda inasumible en 2016, ya no lo hace.
Hace ahora cuatro años, concedí una entrevista a El Mundo (marzo 2020) tras la aberrante frase antes mencionada de Calviño y la chulería sobre los impuestos, explicando los riesgos de continuar “a este paso” con la gestión de la pandemia más salvaje y miope de la OCDE. Las palabras “a este paso” se le olvidan a mi amigo y a los trolls ultras que recortan el titular en redes. También se le olvida que esas estimaciones no incluían el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia de la democracia, que se implementó unos meses después, qué cosas. Y, encima, con ese enorme estímulo, el resultado es atroz. Curiosamente, también se le olvidan las palabras “Los datos que estamos conformando con analistas independientes son de un escenario central en forma de «ele». Eran estimaciones de varias casas. Y así ha sido.
Entre 2019 y 2023 el aumento del PIB de España, tras la fuerte revisión retroactiva sorpresa del INE de 2023 y el gigante estímulo antes mencionado, se queda en unos míseros 2,5 puntos, la tercera peor recuperación de la Unión Europea y el peor país en gestión económica tendiendo en cuenta la evolución de PIB, empleo, presión fiscal, poder adquisitivo y aumento de deuda de los 27 de la Unión Europea. De esos 2,5 puntos de misero rebote, 2,3 son gasto público, con una aportación mínima del sector exterior, un consumo prácticamente en el punto de partida y la inversión (formación bruta de capital fijo) un 5% por debajo, según la contabilidad nacional. Ese atroz desempeño ha venido, repito, con el mayor estímulo monetario y fiscal de la historia democrática y los Fondos Next Generation, con un Banco Central Europeo que ha disfrazado la situación ruinosa monetizando hasta un 100% de las emisiones netas del país que solo se sostiene por el apoyo europeo, que se mantiene hasta el día de hoy a niveles no vistos en décadas.
España fue el último país de los comparables en recuperar el producto interior bruto de 2019 y lo hizo disparando la deuda y el gasto público más que ninguno de los comparables. Y el consumo y la inversión, cuatro años después, siguen a nivel pre-pandemia y por debajo, respectivamente, según el INE.
Hace cuatro años alerté que, ante la negativa del gobierno de bajar impuestos o apoyar a las empresas, 900.000 empresas estaban en riesgo. El Banco de España certificaba en 2021 que un 40% de las empresas españolas tenían problemas financieros (más de 1,3 millones, siendo 220.000 “zombis”) y eso en medio de, repito, un masivo estímulo fiscal y monetario. En febrero de 2024, cuatro años después, tras la recuperación y el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia, hay 50.000 empresas cotizando menos que cuando Sánchez llegó a la Moncloa. En la última cifra, hay 700.000 pymes en pérdidas y 600.000 con problemas de liquidez según el Barómetro de los Gestores Administrativos. La inversión extranjera se desploma un 18% y registra el peor dato desde 2017.
Hace ahora cuatro años comenté que, “a este paso” -que se olvidan- el paro “con una estimación benigna de ERTE”, que también se olvidan de decir, alcanzaría el 35%. El paro efectivo en diciembre de 2019 era de 3,45 millones de personas. Alcanzó y superó el 35% en junio de 2020, tres meses después de mi entrevista. En junio de 2020, a los parados “oficiales de 3,86 millones se añadían otros 3.8 millones escondidos bajo el ya tristemente famoso epígrafe de demandantes de empleo “ocupados”. Tanto Fedea, que mide el paro efectivo, como Eurostat, poco sospechosos ambos de atacar a los gobiernos, confirmaban esa brutal cifra de paro efectico y holgura laboral. En febrero 2024 el paro efectivo sigue siendo de 3,54 millones, como explican Fedea, USO o Randstad. En 2016 y 2018, los sindicatos de mi amigo incluían en sus cifras de verdadero paro los demandantes de empleo inactivos. Yo también (hasta en un libro). Ellos ya no.
Como demuestra Fedea, USO, y otros, la temporalidad empírica no ha bajado y el paro efectivo no se ha reducido. Se ha maquillado y disfrazado, además multiplicando la contratación pública pagada con más deuda, que pone en peligro los salarios futuros de los funcionarios de carrera como mi amigo.
No olvidemos que España en el periodo 2019-2024, es el país de la OCDE con peor desempeño de la productividad por ocupado mientras los costes laborales por empleado no han parado de subir, aumentando de 2.555 a 2.985 euros entre 2018 y 2023
La “afiliación”, cuatro años después, alcanza un falso “récord” de 21 millones con 800.000 pluriempleos, según el propio Ministerio de Trabajo, 350.000 nuevos funcionarios y con las horas trabajadas por ocupado por debajo del cuarto trimestre de 2019 y 2008. En 2018, mi amigo me explicó que no se creaba empleo, se troceaba al reducirse las horas trabajadas. Amnesia.
Hoy hace cuatro años se llevó a cabo la peor gestión de la pandemia de nuestro entorno y aún no sabemos la cifra real de fallecidos. Lo triste es que el desempeño económico 2019-2023 es el peor de la UE-27 tras el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia democrática, que eso siempre se lo callan. Si fueran honestos, harían la comparación de las estimaciones de marzo de 2020 en términos comparables,, es decir, excluyendo el impacto del masivo estímulo posterior o al menos recordando que no estaba incluido en mis previsiones. No hacerlo demuestra que el único objetivo es la destrucción de personalidad. Que les aproveche.