Hace unos días se creó una polémica porque yo dije que el gobierno de España estaba siguiendo la misma estrategia que los socialistas en Grecia: Inflar el PIB con gasto público y deuda y el empleo con contratación pública también pagada con más deuda pública. Es curioso, porque la evidencia es incuestionable.
Entre 1976 y 2012, en Grecia el empleo público se multiplicó por tres, mientras el privado solo crecía un 25%. En España, desde 2007, se han perdido 94.800 trabajadores del sector privado y hay 529.000 empleos del sector público más.
En los últimos datos de la EPA, la realidad del empleo es que se infla con 120.000 pluriempleos y 350.000 empleos públicos más que en 2019. Las horas trabajadas vuelven a desmontar la propaganda del gobierno y se confirma el maquillaje. Las horas medias efectivas trabajadas, han bajado de manera alarmante desde que Sánchez llegó a La Moncloa. En el segundo trimestre de 2018 la media de horas efectivas era de 35,40 horas a la semana por trabajador, en último trimestre de 2023 se quedaban en 31,7 horas. Como explica José María Rotellar, doctor en Economía, “aunque aumenta un 9,84 % de manera aparente el número de ocupados, se nota que es un reparto, ya que las horas totales trabajadas apenas mejoran, sólo un 0,75 %, y el número de horas medias efectivas trabajadas caen un 10,45 %”.
Los datos del PIB del cuarto trimestre de 2023 publicados por el INE son muy preocupantes:
La inversión en España (formación bruta de capital fijo) está un 5% por debajo de los niveles de diciembre 2019. La inversión empresarial se hunde y lleva dos trimestres consecutivos de caídas.
El consumo privado está aún por debajo de la cifra de diciembre 2019. En realidad solo ha rebotado para quedarse ligeramente por debajo.
Las exportaciones están un 7,9% por encima de los niveles del cuarto trimestre de 2019 gracias al crecimiento global, pero las importaciones –que restan al PIB- suben un 6%, dejando un mísero aporte del sector exterior desde 2019.
El gasto público está un 12,7% por encima de los niveles de 2019 y es lo que más contribuye a la “recuperación” de España.
Así, es evidente que España no crece, se endeuda. Para un mísero aumento de 2,17% del PIB en cuatro años, un aumento del 13% de deuda pública. Es decir, un aumento de más de seis euros de deuda por cada euro de PIB creado en el mismo periodo.
Aumentar la deuda en 353.911 millones de euros disparando el gasto público no es crecer, es cavar el agujero que nos deja una economía zombi.No olvidemos, además, que los pasivos totales de las administraciones públicas –deuda total que se debe y se paga- alcanzan los dos billones de euros en la última cifra del Banco de España.
Ningún economista debería aplaudir unos datos de producto interior bruto que muestran caída de la productividad y aumento de costes laborales y donde el PIB se sostiene por el gasto público endeudado mientras la inversión cae.
El más beneficiado del «fuerte impulso económico» que vende el gobierno es el Estado: Los impuestos suben un 27% mientras el excedente bruto de explotación sólo repunta un 2,4%.
La productividad acumula tres trimestres a la baja y todavía hay alguien que nos dice que esto es crecimiento robusto.
Todo este castillo de naipes solo se sostiene porque la Unión Europea y el Banco Central Europeo miran a otro lado y permiten este escándalo de patrón de crecimiento que ningún presidente de España ha tenido.
El último dato de paro de España, enero 2024, refleja toda esa debilidad. Además de un paro “oficial” de 2.767.8700, el número de «demandantes de empleo ocupados» que incluye los fijos discontinuos inactivos que no se ponen en las listas de paro oficial sube en 31.550 y ya se sitúa en 1.238.149. Es decir, el paro efectivo está ya por encima del nivel de diciembre de 2019. El número de personas desempleadas apuntadas al SEPE alcanza los 3,307.997 millones y hay 1.238.149 “demandantes de empleo” en el limbo que incluye a los fijos discontinuos inactivos, esos que UGT y CC.OOO llamaban “precariedad disfrazada” en 2018 cuando eran unos pocos miles y ahora callan cuando se han multiplicado.
Sánchez deja una economía dopada y con enormes desequilibrios que va a costar mucho reconducir, porque la Unión Europea y el BCE no van a mirar a otro lado eternamente. En Grecia también pensaban que no iba a pasar nada… hasta que pasó. Y a Grecia le ha costado mucho empezar a salir del agujero.
La pregunta es ¿cambiará esto la oposición si gobierna? Si no se implementa un ambicioso programa de liberalización y apertura que incentive la inversión y reduzca el gasto político, le echarán la culpa de todo lo que herede y lo que deje. No lo duden.
El panorama es espeluznante. El ejemplo de Grecia es como para echarse a temblar pero ya ve Ud. que la polémica es acerca de Eurovisión. No es acerca de las horas trabajadas, ni acerca del paro disfrazado, ni de la caída de la inversión ni de nada de lo que se cita en este artículo. Del gobierno y su partida de palmeros no va a salir la verdad acerca de la situación real, al más puro estilo maduresco-venezolano, ni una solución para empezar a arreglar algo este desastre. Tampoco va a salir de la oposición, como no salió cuando Zetapedo dejó el desastre que dejó, ni cuando el PP se hizo cargo de la Junta de Andalucía. ¿Qué o quién nos queda? Mientras tanto se vocea a los cuatro puntos cardinales que se suben las pensiones y los sueldos…. hasta que el interesado comprueba que el liquido de la nómina es menor que el del mes de diciembre y se pregunta que cómo es posible si le han subido el sueldo. Es el milagro de las tablas de retención… pero lo importante es Eurovisión y sus «interesantes» polémicas.
Clarividente y honesto, como siempe.
Daniel, estos datos que aportas, estoy seguro que desgraciadamente son ciertos y que el gobierno actual, es muy difícil que pueda solucionar los problemas de fondo que nos afectan, pero creo que también es desafortunadamente cierto que el principal partido de la oposición está muy lejos de presentar unos argumentos lo suficientemente convincentes para que se pueda confiar en ellos.
El socialismo, en general, siempre lo tiene mucho más fácil porque puede prometer aquello que una gran audiencia desea oir. (luego, cumplirlo suele ser una utopía) Los partidos moderados o centristas han de pelear con la esencia de la democracia, pero que es su talón de Aquiles:
Todos los votos valen lo mismo.
Parece justo. Pero en realidad, no lo es.
Cuando digo ésto, suelo levantar ampollas. Lo que me parece normal. (y un poco o mucho, por ésto, estamos donde estamos)
Tiene vd mucha razón.
Toda la razón y el caso mas claro es que sus votos valgan lo mismo. Dentro de poco tambien votará su amado Dios despues de que privaticen las calles, el sol y los oceanos