Las políticas sociales no deben juzgarse por su intención o su rimbombante descripción, sino por su resultado. El del llamado “escudo social” de Sánchez es desastroso.
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Tras aumentar la deuda en más de 452.000 millones de euros y hundido la renta neta real de los españoles, la pobreza sigue siendo atroz y empeora con respecto a la media de la Unión Europea.
En 2019, el 16,5% de la población de la UE estaba en riesgo de pobreza después de la transferencia social (pobreza de ingresos).
España, con un 20,7%, era el sexto país de la tabla y, en la eurozona, nos superaban Grecia e Italia, según Eurostat. En 2023, el 21 % de la población de la UE estaba en riesgo de pobreza o exclusión social. Los valores más altos se registraron en Rumania (32%), Bulgaria (30%) y España (27%).
Grecia e Italia se situaban en niveles más bajos. España se convertía en el país con mayor tasa de riesgo de pobreza de la eurozona. El cohete.
Los últimos datos del INE reflejan un aumento de la pobreza real. La carencia material severa aumenta del 7,7% en 2019 al 8,3% en 2024.
En 2023, el 21 % de la población de la UE estaba en riesgo de pobreza o exclusión social
Mientras tanto, la tasa de riesgo de pobreza y exclusión, sin variaciones apreciables: De 26,2% a 25,8%. Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La inflación sigue en aumento y el último dato refleja un nivel vergonzoso. La inflación interanual no ha hecho más que subir desde septiembre, cuando el BCE empezó a bajar tipos sin justificación y siguió disfrazando un gasto público insostenible.
Tampoco podemos olvidar el desastroso efecto de los Fondos Next Generation, que han perpetuado la inflación con un gasto inútil y despilfarrado.
La subida de precios no es una casualidad, es una política.
Los gobiernos saben que toda esa cantidad de miles de millones de euros que prometen a sus votantes no pueden pagarse y, por lo tanto, generan inflación para disfrazar la ruina de las cuentas públicas.
Ustedes escucharán que la inflación es causada por la guerra o las cadenas de suministro. Sin embargo, es falso. Ninguno de esos factores hace que los precios agregados suban, consoliden su aumento y continúen subiendo, aunque a un ritmo más lento.
Eso solo lo puede hacer el Estado aumentando el gasto, que es impresión de moneda, y con ello disparando la cantidad de dinero en el sistema y la velocidad de este (número de veces que una unidad monetaria se mueve en la economía).
Ustedes escucharán que el aumento de la cantidad de dinero en el sistema es independiente de lo que hace el gasto público y que el dinero lo crean los bancos privados. Es falso.
Los gobiernos generan inflación para disfrazar la ruina de las cuentas públicas
No existe una sola ocasión en la historia en la que haya aumentado la cantidad de dinero en el sistema sin que subiera el gasto público. Los bancos centrales disfrazan los desequilibrios estatales y eso es lo que se vende como “reservas” para la banca. Es decir, la banca no crea dinero artificialmente que no venga del Estado previamente.
La realidad de España es la del empobrecimiento. La renta media disponible real de los españoles es hoy 913 euros menor que cuando Sánchez accedió a La Moncloa, como recuerda Ignacio Ruiz-Jarabo, ex director de la Agencia Tributaria.
Lo más importante es que, además, después de impuestos, esa renta disponible real es mucho más baja, ya que Sánchez se ha ensañado con los contribuyentes y los que están exentos negándose a deflactar los impuestos a la inflación y, además, subiendo los impuestos indirectos donde los ciudadanos no tienen capacidad de protegerse.
“La inflación es el precio de esas cosas que el gobierno te decía que eran gratis”, explicaba Ronald Reagan perfectamente.
Sánchez se ha ensañado con los contribuyentes y los que están exentos negándose a deflactar los impuestos a la inflación
El problema es que los ciudadanos siguen creyendo que el gobierno sube las pensiones y los salarios. La subida del SMI ha supuesto una subida en cadena de impuestos al trabajo al resto de los trabajadores y las pensiones no suben, las endeudan.
En un país donde se gastan 10.371 millones de euros en Transición Ecológica, 5.399 millones en Agenda 2030 y Derechos Sociales, 4.974 millones en Asuntos Económicos, 589 millones en Política Territorial y 304 millones en Presidencia, hay mucho que cortar y racionalizar.
Todo esto se paga. Lo vamos a pagar en más inflación, más impuestos y más empobrecimiento.
España es más pobre y es un infierno fiscal. Además, somos más pobres comparado con una Unión Europea que no va bien.
O se aplica urgentemente la motosierra del gasto o vamos a entrar en un periodo de desastre económico sin precedentes cuando los desequilibrios acumulados nos salten en la cara.