El vuelco al mercado laboral español

El error que muchos cometen a la hora de hablar de la situación del mercado laboral, es hacerlo con datos aislados olvidando las tendencias. Si cogemos un dato de 2008 en casi todos los ámbitos del empleo seguro que encontraríamos mejores cifras que las actuales.

¿Pero era entonces mejor la situación del mercado laboral? La respuesta es no.

Voy a darles unas cifras, entre 2008 y 2011 cada día 1.713 personas perdían su empleo, cada día 1.725 personas dejaban de tener un empleo a tiempo completo, cada día se perdían 356 empleos indefinidos, cada día 935 asalariados temporales perdían su empleo, cada día 268 jóvenes menores de 24 años perdía su empleo. En esos mismos años, España gastaba cada día 239 millones de euros más de los que ingresaba, en esos mismos años, cerraban 154 empresas cada día.

¿Se dan cuenta ya que comparar un dato aislado no es correcto? No es lo mismo estar cayendo que no solo no caer, si no estar subiendo. El mercado laboral no es una foto, es una carrera de medio y largo plazo. A corto plazo lo que había que hacer era frenar la tendencia destructiva que vivía la economía española y como era de esperar los comienzos no fueron fáciles. Un borracho no pasa a estar sobrio sin pasar la resaca, y de una fiesta de 8 años no se recupera un país en una mañana. Y el remedio para la resaca era uno, solo existía uno y pasaba por permitir a las empresas readaptarse al nuevo entorno económico con la mayor facilidad posible, volver a ser competitivas, dar capacidad «individual» para que cada una se adapte a su propia realidad.

¿Saben por qué? Porque durante los años de la gran fiesta, dejamos de lado la competitividad, subimos los sueldos el triple que el resto de Europa (que no el poder adquisitivo) lo comprábamos todo, total, ya lo pagaremos. Las empresas ajustaron al alza sus plantillas a un nivel de demanda irreal. Y llegó el día, todo explotó y vimos lo que teníamos por delante: un tejido empresarial en su mayoría sin competitividad, no podíamos salir al mundo a vender nuestros productos, una burbuja en la construcción ( 14€ de cada 100 de nuestra economía venían de este sector) que fomentó el abandono temprano de miles de jóvenes atraídos por el empleo fácil y que posteriormente se quedaron sin empleo, con apenas la educación obligatoria y miles de trabajadores que ya no tenían cabida en las empresas puesto que el nivel de demanda interna había sido inflado por la burbuja de crédito, consumíamos en el presente las rentas futuras sin ningún tipo de control.

Hubo que tomar medidas drásticas, los años siguientes 2012-2013 fueron también dramáticos, 1 millón de trabajadores perdieron su empleo, a estos se les sumaban los parados que ya comenzaban a ser de larga duración. A un mercado laboral colapsado y unas empresas incapaces de levantar el vuelo se le continuaban sumando desempleados.

Pero esta liberalización, la ayuda a la flexibilización y a que las relaciones laborales pudieran “individualizarse” a nivel de empresa, permitió al tejido empresarial adaptarse a las realidades particulares de cada sector. Y ese fue el primer paso de la recuperación. Después de los fatídicos años 2008, 2009, 2010, 2011, 2012 y 2013 empezamos a vislumbrar algunos cambios. El último trimestre de 2013 y 2014 el empleo ya daba señales de haber estabilizado su situación, y sí, a día de hoy podemos afirmar, que lo que algunos decían que era suerte (y demás excusas) era el principio de la recuperación que hoy vivimos.
Desde entonces 1.406 personas cada día han encontrado un empleo, 1.463 trabajadores han visto como su empleo pasaba a ser a tiempo completo, 504 trabajadores cada día encontraban un empleo indefinido, cada día 151 jóvenes menores de 24 años encontraban un empleo. Desde ese último trimestre en los que empezamos a ver la luz y que algunos trataban de estropear por su ambición política, cada día se han creado 118 empresas nuevas.

Y sí, seguro que si cogemos un dato de hoy y lo comparamos con los de antes de la crisis, seguro que estamos peor, pero no podrán negar que vamos en el camino correcto.

Sin duda, nos quedan muchísimas cosas por hacer, pero reconozcamos el esfuerzo que ha hecho cada uno de los ciudadanos de este país. Reconozcamos que hoy España vuelve a crear empleo sin necesidad de apoyarse en ninguna burbuja, reconozcamos que hoy España ha aumentado sus exportaciones 9 puntos de PIB como nunca antes otro país lo ha hecho, reconozcamos que hoy el mundo nos mira como ejemplo de saber sobreponerse a una catástrofre, empecemos nosotros a mirarnos con mejores ojos.

 

¿Que prefieren ustedes estar cayendo o poco a poco ir subiendo?

 

 

Guillermo Julio Sáez es experto en análisis del mercado laboral.

Pueden leer más contenido de Guillermo aquí.

Acerca de Daniel Lacalle

Daniel Lacalle (Madrid, 1967) es Doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas, además de gestor de fondos de inversión. Casado y con tres hijos, reside en Londres. Es colaborador frecuente en medios como CNBC, Hedgeye, Wall Street Journal, El Español, A3 Media and 13TV. Tiene un certificado internacional de analista de inversiones CIIA y un máster en Investigación económica y el IESE.

2 comentarios en “El vuelco al mercado laboral español

  1. Sois unos cracks. ………el único problema es que no tenéis altavoces para llegar a » la gente «; porque este artículo lo leeremos entero muy pocos. Triste realidad española……..con lo que nos gastamos en educación y lo poco que lo aprovechamos.
    Felicidades por remar contracorriente y no desfallecer, cuenta con mi humilde apoyo.

  2. Me gustó el artículo y sin saber de economía puedo aportar que trabajando en una gran empresa de ordenadores, en la cual como técnico trabajaba, se realizaron masivas «regulaciones ocultas», en el 2000. Ya entonces se decía que se iniciaba una crisis, y veo que nadie se lo creyó, así con el tiempo y las dificultades, ya en el 2012 decidí hacer dos maletas abandonar todo e irme a Austria, con 55 años, fue en noviembre con lo que ahora tengo 59.
    Puedo decir que ese paso me ha hecho fuerte, y me ha apoyado a continuar, mi vida con nuevos proyectos, con nuevas esperanzas, viviendo en la ciudad de Salzburgo.
    Por cierto, en Austria del 2013 al día de hoy y desde el 2015, se han agudizado algo la situación laboral y mucho mas la social. Desde que se inició la masiva huida de Siria, han pasado por la ciudad que los he visto personalmente, sin tener estómago para fotografiar.
    La cuestión es que aunque un país pequeño, hay industria, mucha hostelería. Con movilidad se puede trabajar perfectamente en cualquier lugar del país.
    Solo hay que dar un primer paso.
    Ramón Borreguero

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