Un sistema autonómico donde no existe responsabilidad fiscal es una bomba de relojería que va contra toda lógica económica.

La posición de Sánchez en la Moncloa es tan débil que tiene que callar y aceptar todas las exigencias de sus socios separatistas. No tiene ninguna línea roja porque la única línea que no está dispuesto a cruzar es la de la salida de la Moncloa.
Háganse las siguientes preguntas: si esta idea es tan buena ¿por qué el partido socialista no la llevó en su programa en las dos últimas elecciones? Si esta idea es tan positiva ¿por qué la rechazó Montero en 2016 cuando estaba en la Junta de Andalucía? Porque es profundamente injusta y antisocial.
¿Por qué no condonan la deuda de las comunidades que está en manos de inversores privados? Porque sería el equivalente a un impago implícito y nadie aceptaría tomar el tipo de interés al que se financia el Estado intercambiado por el interés -significativamente mayor- de los bonos de Cataluña.
La condonación es un precio político, nacido en la negociación de investidura de Sánchez para quedarse en la Moncloa. De hecho, el acuerdo de condonación lo anunció Esquerra Republicana primero, no el Gobierno.
La condonación es un precio político, nacido en la negociación de investidura de Sánchez para quedarse en la Moncloa
De aquellos barros llegan estos lodos. El Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) fue una buena idea para ayudar a las Comunidades Autónomas cuando nadie quería aceptar riesgo España. En aquella época, el esfuerzo de grandes profesionales de la Comunidad de Madrid llevó a que los inversores aceptasen bonos de Madrid y, con una política fiscal rigurosa y eficaz, no tuvo que acudir al FLA.
Sin embargo, el FLA se utilizó por parte de algunas comunidades autónomas como un salvoconducto para disparar la deuda. Cataluña, a pesar de contar con transferencias crecientes del Estado, se dedicó a disparar el gasto para financiar el “procés” y sus veleidades independentistas… disparando la deuda que garantizaba el Estado español. Todo estaba soportado por la falacia de las balanzas fiscales. Después se demostró que la mayor balanza fiscal negativa (aportar más de lo que recibe) la sufre Madrid, no Cataluña.
Nuestros separatistas, que además de ser nacionalistas son centralistas, porque lo único que quieren es perjudicar a Madrid, siempre han buscado pasar su deuda al resto de los españoles. El objetivo es doble. Por un lado, pasar la carga del exceso fiscal de la época del procés a todos los españoles y, por otro, dejar a una posible Cataluña independiente sin cargas de una deuda que sería bono basura. Fabuloso. Sánchez le está regalando la independencia a Cataluña y el resto de los españoles vamos a pagar por los excesos de gasto y deuda cometidos en la época del procés.
Sánchez ya le ha regalado a Cataluña una hacienda propia, la gestión de los mayores impuestos y miles de millones anuales en transferencias. Salvador Illa es el tapado del procés encubierto.
El objetivo, como siempre, es perjudicar a Madrid. Los ciudadanos de Madrid asumirán cada uno 490 euros más de deuda con esta “condonación por el sillón”.
Sánchez ya le ha regalado a Cataluña una hacienda propia, la gestión de los mayores impuestos y miles de millones anuales en transferencias
Los ciudadanos de todas las comunidades autónomas menos cuatro verían un aumento de la deuda que tienen que asumir.
Este acuerdo es, literalmente, pasarles a los madrileños el coste del “procés”: cada catalán deberá 400 euros menos y cada madrileño deberá casi 500 euros más.
Es mucho peor. Este sistema de condonación falsa es un incentivo perverso que hace que salgan perjudicadas las comunidades autónomas que no acudieron al FLA, que han hecho sus deberes y no se han endeudado para pagar televisiones independentistas y embajadas inexistentes.
Es un acuerdo que premia al endeudado e irresponsable y perjudica al que ha controlado las finanzas.
Es un acuerdo que destruye la razón de ser del Estado autonómico. Con Sánchez, para que siga durmiendo en la Moncloa, se dinamita la responsabilidad fiscal y la gestión prudente. Las autonomías han dejado de ser entes con requisitos fiscales orientados a ser más eficientes para convertirse en máquinas burocráticas a las que se les permite aumentar el gasto político y los impuestos, pero se les penaliza si bajan impuestos y controlan la deuda.
El Partido Popular ha hecho bien saliéndose de una reunión que era una trampa para imponer un acuerdo cerrado a puerta cerrada con ERC. No había nada que discutir, solo callarse y asentir ante un acuerdo profundamente injusto y contrario a lo que debería ser el sistema autonómico. Sánchez y Montero convocaban a las autonomías para rendir pleitesía y asentir ante su acuerdo para mantenerse en el sillón.
Ojo, porque el PP no puede caer en el error de decir que hay que abrir el diálogo sobre la financiación autonómica. Si lo hace, Montero y Sánchez lo van a aprovechar para asfixiar a Madrid y eliminar la posibilidad de bajar impuestos. El PP ya debería saber que presentarse a “dialogar” con Sánchez o Montero es suicida: Se hacen la foto, se presentan como dialogantes mientras exigen adhesiones incondicionales, y si no lo aceptas ponen a su maquinaria mediática a atacar a los líderes del PP. No aprender del pasado te lleva a repetirlo.
El PSOE trata a los ciudadanos y a sus votantes como si fueran imbéciles al repetir que esto es “como rechazar que te quiten parte de la hipoteca”. No se quita nada. Es como tener que asumir parte de la hipoteca de tu vecino el despilfarrador porque se ha liado con el administrador del edificio.
El próximo paso de Montero y Sánchez es el importante. Si el PP cae en el error de abrir el melón de la financiación autonómica, lo van a utilizar para hundir a Moreno Bonilla y Ayuso imponiendo el expolio fiscal bajo la falacia de la “armonización” que ellos mismos no cumplen al dar cada día más privilegios fiscales a País Vasco y Cataluña.
La condonación por el sillón es otra aberración que no se puede negociar. Solo se puede rechazar en su totalidad.