España tiene 50.700 empresas cotizando menos que cuando llegó Sánchez a La Moncloa, 1.400 menos que en noviembre de 2023, según datos oficiales de fin de año. Eso le debería preocupar a Yolanda Díaz, pero no le importa.
En España, con datos del Ministerio de Industria de diciembre 2023, el 55% de las empresas son microempresas sin ningún asalariado, donde el empresario es a la vez director financiero, de compras y currante las 24 horas. Pero eso a Yolanda Díaz no le importa porque lo que quiere es difundir la envidia y la división. El 99% de las empresas de España son pequeñas y medianas donde el empresario y altos directivos trabajan como el que más y, de ellas, solo 26.547 tienen más de cincuenta empleados. Solo tenemos 5.520 grandes empresas en un total de 2.948.101 y en ellas los directivos, como todos los trabajadores, crean valor y riqueza además de mantener el gigantesco aparato burocrático creado por el gobierno con sus impuestos. Pero eso no le importa a Yolanda Díaz.
El salario medio de un consejero delegado en una pequeña empresa es de unos 100.000 euros brutos al año, según informe de Randstad, y entre 150 y 260.000 en empresas medianas y grandes. Eso, comparado con los 84.600 euros brutos que cobra Díaz sin contar casa y gastos cubiertos, sin producir nada más que leyes extractivas y poner trabas a la inversión, muestra que es falso que en España haya un problema por el salario de los directivos.
Usted dirá que ella se refería a los sueldos de los directivos del Ibex. Curiosamente, el salario de los directivos de las poquísimas grandes empresas que tiene España también conlleva salarios y condiciones laborales mucho más elevadas en esas empresas para todos los trabajadores si lo comparamos con la empresa media española. Por eso el salario medio anual de los empleados del Ibex 35 es más del doble que el sueldo medio en España.
El salario mediano en las empresas grandes es también muy superior. En 2021, el salario mediano en España fue de 21.638,69 euros, lo que también hace que en las empresas del Ibex se duplique sobre el dato nacional. De hecho, el salario de entrada para un joven universitario con master se mueve entre los 27.000 y los 55.000 euros anuales, situándose en los 46.000 mil a 58.000 euros brutos para un titulado superior en las empresas del Ibex más productivas e importantes. No nos debe sorprender que los procesos de selección en estas empresas reciban solicitudes que superan en varias veces la oferta.
Lo que demuestran todos estos datos es que lo que España necesita no es reducir el sueldo de los directivos de 35 empresas que, además, pagan mucho más y mejor a todos, sino muchas más grandes empresas. Curiosamente, el comunismo de Díaz solo se dedica a atacar a las grandes empresas.
Señora Díaz, los sueldos de los directivos son competencia de las empresas y sus accionistas. Desafortunadamente, los sueldos de los políticos no los podemos decidir los contribuyentes.
Yolanda Díaz debería estar preocupada porque un salario de 1.100 euros netos le cuesta al empresario más de 2.000 euros al mes. Debería estar preocupada porque la política monetaria “con mirada expansiva” que ella defiende destruye el poder adquisitivo de todos los salarios. Pero eso le da igual, porque su objetivo no es el progreso sino el control. Yolanda Díaz debería estar preocupada porque la productividad en España cae desde que gobiernan y eso significa menos salarios que en los países comparables.
Lo que necesita España es muchas más grandes empresas y, con ello, más directivos y resto de trabajadores remunerados como en ellas. Lo que España necesita es más inversión, más grandes empresas y menos políticos extractivos como Yolanda Díaz.
Profundos conocimientos y acrisolada honradez son las caracterírticas de Daniel Lacalle.
Un saludo cordial.
Como broma no esta mal. Es un gran experto en el «corta y pega»,
¿Qué es más injusto, el sueldo de un ejecutivo del IBEX donde se pagan salarios muchísimo más altos a todos que en la media y donde se invierte y se crea riqueza o el sueldo de Yolanda Díaz con 80.000 euros + casa gratis + gastos + una cohorte de asesores, maquilladores y sastres a cargo del contribuyente? Yo lo tengo muy claro.
Envidiosín
Vaya no sabia que ACS pagaba a sus trabajadores de CLECE tanto dinero, tendre que decirle a mi amiga que revise su nomina, ah ya no que la trocearon , asi cayo la cotizacion de ACS en Octubre nada mas trocear CLECE.
Compare la nómina de su amiga con la de las pymes de su sector cuando quiera
Que, la comparación que te envié esa mejor sacas la censura y no lo publicas. Solo publicas lo que a ti te conviene y cuando alguien quiere discutir algo coges y lo eliminas y cierras el hilo al mas puro, Este es mi chiringuito y publico lo que quiero
Se llama mi blog. Y sí, sus insultos y falacias no se publican. A buscarse la vida
«Curiosamente, el comunismo de Díaz solo se dedica a atacar a las grandes empresas.» No solo eso, sino que el comunismo, y todo buen socialismo que se precie, lo que procura es machacar al que sobresale en algo, aunque el que sobresale sea un simple profesor de instituto. La doctrina del partido 1) siempre es la correcta; 2) si no lo es, se aplica 1). Lo que hay es un tono verde general, no de ecologismo sino de envidia pura y dura. Con nuestra mentalidad no tendremos nunca nada remotamente parecido a un Buffett ni un Dalio ni una BlackRock ni una Vanguard. Ya nos conformaríamos con una que fuera la décima parte de Capital Group, pero ni eso. El que intente algo parecido acabaría por salir corriendo, igual que salían corriendo los alemanes de la República Democrática hacia la República Federal. Tres millones se pasaron del «paraiso socialista» hacia el «infierno capitalista» y más de 47.000 en los últimos quince días antes del muro. Nunca se vió a tanta gente «condenarse» tan a conciencia. Habría que poner en la tele en multidifusión la película «Goodbye Lenin», a ver si alguno se cae del guindo.
«Desafortunadamente, los sueldos de los políticos no los podemos decidir los contribuyentes.» Ya me gustaría a mí ponérselo. Ellos son los únicos que se fijan a sí mismos los sueldos. Cambian los alcaldes y concejales, subida al canto sin que ninguno se oponga, ni gobierno ni oposición. Cambian los diputados, subida al canto, amén de móviles nuevos de 1.200 euros, tablets nuevas de 1.500, portátiles de 2.000, internet en casa. El frutero o el pescadero no se compran un teléfono móvil de 1.200 euros, pero pagan impuestos de todos los colores y sabores para que los diputados no sufran en su trabajoso menester, puedan vivir «bien» y tengan el último grito de teléfonos móviles, portátiles, tablets e internet en casa. Y si eres ministro/a ya es el «novamás»: además de la quincalla electrónica, piso gratis en el ministerio con vigilancia, limpieza, luz, gas, agua, calefacción y demás a costa de los pecheros, digo, contribuyentes. No digamos si a mí, ministro/a, no me gusta la cocina del piso ministerial: se cambia y en paz, pagan los pecheros. Y si sabes moverte por Europa, tienes una sociedad patrimonial y eres diputado/a o ministro/a, una sucursal opaca en Bruselas de propina y sin problemas. En cambio, si eres empresario, de esos que cobran 100.000 euros, te ponen de criminal para arriba y quieres mudar tu empresa a otro país donde no te roben a cara descubierta, te cae la del tigre. Los «malos de la película» son los empresarios de las fruterías, pescaderías y demás pymes y los cientos que cobran 100.000 euros al mes. El cáncer metastásico de políticos, enchufados, apesebrados y funcionarios que nos corroe son los “buenos”.