El anuncio de la Reserva Federal de un programa “ilimitado” de recompras ha animado a un rebote de las bolsas. ¿Trampa o cambio de tendencia?
Primero, debemos entender que es eso de la palabra “ilimitado”. Yo he tenido el honor de conocer a varios miembros de la Reserva Federal y, la verdad, es que no es ilimitado. Pero saben que la comunicación importa.
¿Qué ha cambiado en este plan con respecto a otros? Primero, que ataja la sangría en bonos de las municipalidades que pueden generar un efecto quiebra en muchos ayuntamientos de EEUU y, con ellos, su empleo. No deja de ser una patada hacia delante y cubrir con gas de la risa monetario problemas estructurales, pero al menos, ya que se continúa con la locura monetaria, que tenga un efecto real en vez de inflar solo la burbuja de bonos soberanos.
Per la palabra “ilimitado” nos intriga. ¿Cómo puede ser así? Porque no lo es. La Reserva Federal sabe cual es el talón de Aquiles de la economía mundial y, sobre todo, del gigante chino: La enorme escasez de dólares que existe ahora mismo. En el mundo existe una escasez de dólares total actualmente de $13 billones, es decir, casi el equivalente al PIB de EEUU. ¿Qué es eso de la escasez de dólares? En los últimos veinte años, la deuda en dólares de países emergentes, liderada por China, se ha disparado. La razón es sencilla, los inversores domésticos e internacionales no aceptan el riesgo moneda local sabiendo que, ante un evento como lo que vivimos actualmente, muchos países harían enormes devaluaciones y destruirían a sus bonistas. Según el Bank of International Settlements, la cantidad de bonos emitidos denominados en dólares de los países emergentes y europeos además de China se ha duplicado de 30 a 60 billones de dólares entre 2008 y 2019. Ahora, esos países se enfrentan a más de $2 billones de vencimientos en los próximos dos años y, además, la caída de exportaciones, PIB y del precio de las materias primas ha generado un agujero de ingresos en dólares muy superior a la cantidad que vence. Si tomamos las reservas en dólares de los países más endeudados, incluida China y sus supuestas enormes reservas de dólares ($3 billones), y deducimos los pasivos pendientes de pago con los ingresos estimados en esta crisis… La escasez de dólares global se eleva de $13 billones en marzo de 2020 a $20 billones en diciembre… Y eso si no estimamos una recesión global duradera. En el caso de China, que mantiene $3 billones de reservas y es de los mejor preparados, ese total cubre alrededor de un 60% de compromisos existentes, es decir, no son reservas utilizables… Y si se desploman los ingresos por exportaciones, la escasez aumenta. En 2019, los emisores chinos aumentaron su deuda denominada en dólares en $200.000 millones mientras las exportaciones se ralentizaban y ahora se encuentran con mayores dificultades.
La Reserva Federal sabe que tiene el mayor bazooka a su disposición porque el resto del mundo necesita al menos $20 billones de dólares para fin de año, por ello puede hasta triplicar su balance y duplicar el déficit y pasarían dos cosas: Primero, el dólar no se debilitaría excesivamente, porque el resto de los países se encuentran con caídas enormes de reservas y a la vez aumentando su propia base monetaria mucho más rápido que la Fed pero sin ser moneda de reserva global. Segundo, la acumulación de reservas de oro de los bancos centrales de los pasados años ha sido más que consumida en pocos meses por el aumento de la base monetaria de otros países. Es decir, se ha aumentado las reservas de oro de algunos países como China o Rusia, pero esas reservas no cubren ni de lejos un porcentaje ínfimo de la masa monetaria del país.
La Reserva Federal sabe otra cosa. En las circunstancias actuales y con la crisis mundial a las puertas, la demanda de bonos de países emergentes en moneda local va a ser mínima, muy inferior a sus necesidades de financiación. La dependencia del dólar aumenta. ¿Por qué? Cuandocientos de países juegan a ser la Reserva Federal imprimiendo y bajando tipos sin tener la seguridad jurídica, inversora y legal de Estados Unidos, caen en el error que comento en mi libro La Gran Trampa (Deusto): ignorar la verdadera demanda de su moneda. El BCE lo va a comprobar dentro de poco cuando el enorme superávit comercial que soporta al euro se desplome ante la crisis. Japón aprendió esa lección convirtiendo al Yen en una moneda respaldada por enorme ahorro en dólares y la mayor seguridad jurídica e inversora junto a EEUU o Reino Unido, a pesar de su locura monetaria.
Porque la carrera hacia cero de los bancos centrales en su locura monetaria no es a ver quién gana sino a ver quién pierde primero. Y esos siempre son los que juegan a ser la Fed y EEUU sin su libertad económica, seguridad jurídica y atractivo inversor.
Por ello, la Reserva Federal está analizando la demanda global de dólares y sabe que aumentará su masa monetaria mucho menos que la demanda total de la misma. En realidad, no es ilimitada, es un juego de demanda y oferta que otros bancos centrales ignoran o prefieren olvidar. ¿Puede el dólar perder su posición? Claro, pero nunca si otros deciden cometer las mismas locuras que la Fed sin su análisis de demanda real de la moneda que gestionan.
¿Qué le parece a Ud. de la pretensión del doctor Sánchez de empaquetar la deuda europea en bonos? Yo creo que tienen razón los Países Bajos y Alemania por no tragar con eso. Implicaría meter en el mismo saco la responsabilidad de los países cumplidores y la irresponsabilidad de los «viva la virgen», con la consiguiente degradación de semejantes bonos. Para países como España o Italia implicaría «salvarse» y seguir gastando como si fueran oligarcas mientras los «paganos» seguirían siendo eso. A mí me suena a aquél cuento de hallar la media de la nota de la clase y ponérsela a todos: los que hacen los deberes y se esfuerzan ven que no sirve lo que hacen y los golfos no tiene ni que molestarse en leer los ejercicios. ¿Usted qué piensa de esto de los bonos que se le ha ocurrido al doctor?
Me interesa la respuesta de Daniel, gracias.
Un saludo,