Ser liberal no es ir contra el Estado, sino contra el abuso del Estado.
Es defender un Estado facilitador y que promueve el crecimiento y la prosperidad.
La defensa de la propiedad e iniciativa privada, el imperio de la Ley, la justicia y la libertad no se consiguen desde un reducto desvinculado de la gestión.
Si queremos cambiar y aportar, debemos participar en la gestión pública.
Ser liberal es defender el modelo de los países líderes del mundo. Lo contrario a lo que defienden los que se autoconceden la etiqueta de «defensores de lo público».
Ser liberal es defender la sostenibilidad de los servicios públicos, no gastar desmedidamente sin rentabilidad y hundirlos quebrándolos, fingiendo que se defiende «lo público».
Es como poco aterrador que en nuestro país no sea un escándalo que los anti-sistema, chavistas o terroristas participen y copen puestos públicos a dedo y sí lo sea alguien que defiende un Estado facilitador, abierto y orientado a resultados económicos reales, y precisamente lo ponga en práctica desde un proyecto bajo concurso donde los requisitos de experiencia y objetivos van en ese sentido.
Decir que un liberal no «puede» participar de un proyecto público-privado -o 100% público, faltaría más- es la misma demagogia que decir que un comunista no puede trabajar en el sector privado.
Es una crítica que provocaría carcajadas en países serios como Reino Unido, Dinamarca, Irlanda, Noruega o EEUU.
Es un subterfugio para negarnos la voz en la construcción de un país que amamos, en el que pagamos impuestos y en el que tenemos derecho y obligación de aportar.
Mientras, ellos toman una parcela más de poder.
La defensa de «lo público» no es la defensa de su cortijo. «Lo público» no es suyo. Es de todos, y mío también. Trabajar para que sea más eficiente y orientado a resultados reales es un honor y un paso hacia la consecución del modelo de país que buscamos.
No es una contradicción con el ideario liberal. Es llevarlo a cabo.
Ladran, luego cabalgamos.
Sabes que eres una de las pocas «esperanzas» que tenemos los liberales en la política actual.
Supongo que por la misma razón, eres uno de los mayores «peligros» para cierta clase de personas (garrapatas).
Normal que estén de los nervios. Presumo que encaras esto con la actitud correcta; la de tu última frase.
Ánimo Daniel.
Lo cierto, de hecho, es que los «defensores de lo público» son los que menos aman al país, los que lo quieren partir en trozos de soberanía, dar voz a los nacionalistas paar que lo mutilen, sin haberle dado voz a los no nacionalistas en «lo público», incluso en los medios de comunicación, hasta el punto de impedirles hablarl, escribir, aprender y leer en su propio idioma, el oficial del país y segundo del mundo. En ese país vivimos.
Animo Daniel. Sabías q pasaría.
Yo confío en q cuadres el círculo con la gaviota.
Les das mil vueltas pero si no puedes vencerles únete a ellos.
Personalmente preferiría q estuvieses en la secretaría de economía. Pero bueno.
Daniel, ser liberal es tener como valor fundamental la libertad, entendida ésta como ausencia de coacción humana. Y puesto que el estado es coactivo, lo consecuente es estar en su contra. Pero dicho esto, te concedo que una sociedad sin coacción alguna es probablemente una utopía, y que un estado mínimo podría suponer en la actualidad, el óptimo en cuanto a libertad se refiere. Pero eso no quita que todo liberal que se precie no debería ver al estado como algo positivo, sino como el mal menor en las circunstancias actuales.
Lo anterior no es una crítica a tu colaboración con la cámara de comercio, o con cualquier organismo público; los liberales debemos presentar la batalla de las ideas en todos los frentes, incluso en aquellos que queremos desmantelar. Esto es una crítica a tu afirmación de que ser liberal es compatible con apoyar el estatismo.
Los libertarios confunden estatismo con estado. Mientras ustedes siguen avanzando hacia una utopía, otros optamos por ponernos a hacer que nuestras ideas se apliquen allí donde podamos.
Daniel, las soluciones pragmáticas para alcanzar mayores cotas de libertad me parecen muy bien. Pero teniendo bien claro cuál es el objetivo. Por poner un ejemplo, garantizar la sanidad o la educación a través del estado, puede ser una herramienta necesaria para privatizarlas y liberalizarlas. Pero que de forma pragmática apoyemos el uso del estado para que de forma subsidiaria al mercado, garantice ciertos servicios, no se deduce que nos guste esa situación ni que la apoyemos para siempre. El objetivo político del liberal, es la paulatina reducción del estado como ente coacctivo (y dañino). Y alguien que considere que la reducción del estado del 43% al 25% es su objetivo político final, es desde luego más liberal que alguien que quiera mantenerlo o incrementarlo, pero eso no es ser liberal.
El liberalismo debe trabajar desde el mundo académico, político, artístico, periodístico y empresarial, para minimizar la violencia y la coacción en la sociedad. A corto plazo es innegable que el estado juega un papel en ello, pero eso no significa que no podamos ir desarrollando alternativas de mercado, que lo vayan haciendo prescindible. Y ahí radica la pregunta clave, ¿vés al estado como una institución coactiva y negativa, que debería ser eliminado siempre que existan sólidas alternativas de mercado para reemplazarlo?
Totalmente de acuerdo, Daniel. Hace poco tiempo que te sigo, ha sido gracias a El Español, donde he leido varios articulos tuyos. Y me alegro de seguirte, porque la mentalidad liberal tiene pocos seguidores, debido a que no se divulga, y a los que estan en el poder no les interesa que sean fiscalizados y controlados con criterios eficiencia al emplear/gastar los recursos, que son de todos.
Seguiremos «peleando» por difundir la economia liberal.
Un cordial saludo
Me parece que no escapa a nadie que el Estado cero es algo utopico, imposible de realizar. Hay aspectos que el mercado no puede, ni debe, usurpar. Yno me refiero siquiera a los bienes preferentes, sin rentabilidad economica real, sino a como privatizamos, por ejemplo, la policia o la justicia.
No estoy de acuerdo con que un liberal aspire a la desaparicion total del Estado, sino a que sea eficiente y facilitador. Y ahi tenemos mucho por hacer. Lo otro, mas q liberalismo es anarquismo
Tony, en cuanto a los servicios de difícil rentabilización pueden ser ofrecidos por comunidades de vecinos, municipios o barrios. De forma privada colectiva. En cuanto a la policía se trata tan sólo de que cada municipio escoja a la empresa de seguridad que más le guste o que cree la suya propia. Para el tema de la seguridad y defensa es bueno que exista un hegemon, pero en un mercado libre y competitivo. Básicamente se trataría de convertir al ejército y la policía en empresas privadas, propiedad de la fundación España. Dicha fundación se crearía con los recursos obtenidos de los activos estatales privatizados y capitalizados durante décadas (valorados actualmente en unos 500.000 millones de euros). Con los dividendos de dichas inversiones se financiaría el ejército, servicios de inteligencia, algo como el “FBI”, la justicia, y ayudas sociales a la educación, la sanidad, hospedajes y comedores. Así como todo aquello que promoviera un incremento en la libertad, la justicia, el orden y la prosperidad del país.
En unas décadas de transición, se podría alcanzar una sociedad sin política, sin impuestos, sin burocracia, pero conservando las instituciones que sostienen la sociedad.
Es como poco «interesante» que en todo este alegato sobre qué significa ser «liberal» no se haya mencionado en ningún momento el bienestar del ciudadano
Es como poco revelador que usted no lea el bienestar del ciudadano en el primer párrafo «un Estado facilitador y que promueve el crecimiento y la prosperidad. La defensa de la propiedad e iniciativa privada, el imperio de la Ley, la justicia y la libertad»… De hecho, es aterrador.
Impecable artículo!
Sólo una pregunta: ¿considera a Cristina Cifuentes una persona liberal?¿Se puede ser liberal y legislar a favor de la IMPOSICIÓN de una ideología (LGTB…)?¿ Es de liberal, por ejemplo, el «regalarle» el transporte público -pagado por todos- a un solo colectivo (LGTB..),que no presenta impedimentos de movilidad?
En Canarias hemos sido pioneros en la aceptación del movimiento LGTB..; aquí se lleva con total normalidad y aceptación social, porque nunca ha habido adoctrinamiento, ni multas ni imposiciones .
El liberalismo va mas allá de la vertiente económica, si no se es ideológicamente liberal de nada te vale intentar serlo en lo económico, porque utilizarás el dinero y las sanciones económicas para «imponer» las ideológicas y entrarás en contradicción!
Debe usted tener en cuenta que «ideológicamente liberal» no existe si no se parte de la defensa de la propiedad privada y la iniciativa individual, y que «liberal» no es igual a «libertario».
Creo que su aseveración de imposición de ideologías es, como mínimo, exagerada, pero no deja d e ser mi opinión. Pero en cualquier caso, habla de un caso muy particular que es parte de un debate que nada tiene que ver con el liberalismo, y cita a una persona que no se define como usted pretende, en esos términos. Me gusta el ejemplo de Canarias, o de California, el del respeto, y a la vez entiendo que el colectivo LGTB aún sufre enormes discriminaciones, como tantos otros.
Por eso creo en un liberalismo posibilista, que ve la aportación estatal como lo que es, un servicio.
Saludos