«Home is where your hurt doesn’t have to run». Neal Morse.
La economía española no creció de manera robusta, como repite Calviño, en el primer semestre. De hecho, España se sitúa como la economía más retrasada de la UE en la recuperación de la pandemia.
La contabilidad nacional publicada por el INE muestra que el PIB rebotó un misero 0,4% en el primer semestre de 2021 mientras el Gobierno repetía sin parar que España «lidera el crecimiento europeo».
Los datos son muy preocupantes en todos los sentidos. Tras más de un año de reapertura y en medio del mayor estímulo fiscal y monetario de la historia:
El PIB del primer semestre 2021 estancado en +0,4% en plena reapertura, con el sector servicios a pleno rendimiento (PMIs en expansión), con viento de cola europeo, masivo gasto público y máximo apoyo del BCE.
Los salarios muestran una caída interanual en el segundo trimestre de -3,7%
Muy preocupante también es ver que la inversión del primer semestre cae, registrando un -1,1%.
Adicionalmente, las exportaciones muestran un desempeño muy pobre aumentando solo un +1,1%.
Un rebote pobre y, encima, masivamente endeudado, inflado con un gasto público que ha disparado la deuda al 122,1% del PIB.
Un rebote pobre y, encima, masivamente endeudado, inflado con un gasto público que ha disparado la deuda
De un +2,8% estimado el INE pasa a un +1,1% y, ojo, empeora también el dato del primer trimestre de -0,4% a -0,6%. Total, un hachazo de un ¡1,9% del PIB! y una economía en estancamiento en medio de lo que llaman «recuperación robusta»… pero el titular ya lo vendieron a bombo y platillo.
¿De dónde viene el hachazo del segundo trimestre?
El consumo de los hogares se cercena de un +6,6% a un +4,7%… más de un 30%.
Pero no es, como dicen algunos economistas socialistas, por el consumo -como si eso fuera irrelevante-. El mayor hachazo del INE es en la inversión. De una estimación de -1,5% (ya de por sí negativa) a un -3,5%, duplicando la mala cifra anterior.
Y ojo, porque el consumo de las Administraciones Públicas pasa de +0,8% a +0,9%
El Gobierno fiaba sus estimaciones de ciencia ficción de recuperación a «unos felices años 20» de consumo disparado tras aumentar el ahorro en 2020. Losciudadanos españoles han demostrado ser más serios que el Gobierno, de nuevo, y no caen en imprudencias para justificar las estimaciones propagandísticas de la Moncloa.
Asumir que el ahorro acumulado durante la pandemia se va a convertir en gasto es no conocer la realidad de las familias españolas, que sufren la inflación, la bajada de salarios reales y las dificultades de un entorno laboral con más de 3 millones de parados y todavía 250.000 personas en ERTE, además de los autónomos en cese de actividad.
La realidad de España no se corresponde con el triunfalismo propagandístico del Gobierno. El Banco de España situó la cuantía de ahorro «forzoso» acumulado en el 2,5% del PIB, es decir, unos 28.000 millones, menos de la mitad de lo que estimaba el gobierno.
Ni se puede pensar que ese ahorro se vaya a convertir en consumo con la incertidumbre económica y el riesgo político que vive España, ni las previsiones del Gobierno eran realistas teniendo en cuenta la historia de otras crisis. El PSOE cometió el mismo error en la crisis de 2008 con unas estimaciones de ahorro más que debatibles.
Después de sufrir la mayor caída de la Unión Europea, un 10,8% en 2020, España se queda todavía un 8% por debajo del nivel previo a la Covid-19. Mientras, Alemania, Italia y Francia se encuentran solo a tres. España se sitúa mucho peor que Grecia o Portugal también.
Después de sufrir la mayor caída de la Unión Europea, un 10,8% en 2020, España se queda todavía un 8% por debajo del nivel previo a la Covid-19
El hachazo llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística a las estimaciones de PIB del primer semestre es importante por dos razones: Niega la propaganda gubernamental y nos muestra que vamos a un entorno de estancamiento que ya era evidente en 2019.
Es urgente que se cambie esta equivocada e irresponsable política que ataca a la inversión, al empleo y a las empresas, que dispara el gasto político inútil y disfraza las atroces cifras de paro con contrataciones públicas innecesarias en un país que va a tener un déficit superior al 8% en 2021 y en el que el Gobierno ya ha reconocido que va a incumplir las reglas de déficit hasta 2025.
Esta revisión urgente, necesaria y responsable del INE saca los colores al triunfalismo del Gobierno, pero, sobre todo, pone en evidencia que el cuadro macro que soporta la presentación de Presupuestos está invalidado y, con él, las estimaciones de ingresos fiscales y déficit.
Cerrar un acuerdo de Presupuestos con un cuadro macro que queda anulado por la realidad es más que irresponsable, es dañino para una credibilidad de país que está dañada tras el asalto a la seguridad jurídica del impuestazo al sol y al viento de los mismos que criticaban el inexistente impuesto al sol y las medidas contraproducentes en empleo y pensiones.
Ninguno de los factores que usa el Gobierno para sus estimaciones de recuperación es tendencial o estructural, sino puramente coyuntural. Y eso nos vuelve a recordar que rebotar no es crecer.