“Watch out, I’m just a jealous guy” John Lennon
Las declaraciones del ministro Escrivá y Ximo Puig sobre la idea de poner un impuesto extraordinario a Madrid son intolerables y reflejo de su visión extractiva y confiscatoria de la economía. Encima, es una falacia porque la Comunidad de Madrid es la región más solidaria, la que más aporta al Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Fundamentales y la que dedica más parte de lo que recauda a la caja común.
Es aberrante que Escrivá hable de “armonización” y un impuesto a Madrid para “repartir la riqueza” al mismo tiempo que reduce el cupo que aporta el País Vasco al Estado y le cede la recaudación de tres impuestos al gobierno vasco.
El País Vasco recaudará unos 220 millones más cada año gracias a la gestión de tres nuevos impuestos (ventas por internet y tasas Tobin y Google) acordada en la Comisión Mixta del Concierto Económico y además aportará 18 millones de euros menos al estado al reducir la cantidad del cupo para 2021 y 2022 dejándolo al nivel más bajo desde 2018, unos 1.290 millones de euros.
Es curioso que el señor Escrivá esté a favor de una fiscalidad más cercana al ciudadano local y mayor autonomía para el País Vasco
Y, para que quede bien claro, no podemos confundir el concierto vasco con el cupo, que es la cantidad que aporta a la caja común y se negocia por separado.
Es curioso que el señor Escrivá esté a favor de una fiscalidad más cercana al ciudadano local y mayor autonomía para el País Vasco, pero quiere eliminar capacidad fiscal y autonomía para Madrid. Son federalistas para gastar, si les ayuda a mantener el poder, pero centralistas para expoliar.
Es aberrante que Ximo Puig hable de que Madrid tiene que repartir la riqueza y no diga una palabra sobre la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana a favor de Cataluña, mientras el gobierno dispara la inversión directa y a través de empresas estatales en Cataluña en detrimento de Extremadura, Madrid o Valencia.
Es aberrante que Puig mantenga una fiscalidad confiscatoria y extractiva en la Comunidad Valenciana, que pone escollos al empleo y la inversión, y su solución sea expoliar a los madrileños.
Madrid es la región con menos economía sumergida de España, según el informe ‘La tributación del ahorro y su incidencia en la reactivación económica desde la perspectiva de la competitividad regional’, del Instituto de Estudios Económicos (IEE) y CEIM. Madrid, con un 16,2% contrasta con la Comunidad Valenciana que, con una fiscalidad destructora y asfixiante, tiene un 24,8% de economía sumergida.
Madrid es la comunidad autónoma más solidaria y que más reparte, y encima tienen la desvergüenza de no aplicar su propia teoría extractiva a otras regiones
¿Armonización? Mientras acumulan favores al País Vasco y Cataluña por tacticismo político y mantenerse en el poder, lo único que plantean es expoliar a Madrid.
Lo peor de todo es que el argumento de “durante años hemos ayudado a Madrid a crecer y ahora toca repartir” es una falacia, ya que Madrid es la comunidad autónoma más solidaria y que más reparte, y encima tienen la desvergüenza de no aplicar su propia teoría extractiva a otras regiones.
Es una aberración mentir diciendo que toca repartir cuando Madrid es la comunidad autónoma que más aporta a la caja común y la que recibe peor financiación.
La Comunidad de Madrid es la región más solidaria, la que más aporta al Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Fundamentales, fondo que financia en parte los hospitales y escuelas de catorce comunidades autónomas. El 75% de lo que recauda Madrid se va a la caja común.
Desde que se aprobó el sistema de financiación autonómica en 2009 hasta2018, la aportación de la Comunidad de Madrid ha sido de 31.672 millones de euros, casi tres veces la de Cataluña (11.169 millones), según el Ministerio de Hacienda.
Madrid aporta el 70% del Fondo que sirve para financiar los servicios básicos del resto autonomías de régimen común, muy por encima de lo que aporta Cataluña (24%) o Baleares (6%), que son las otras dos regiones que realizan aportaciones netas a las demás autonomías.
Es más, la aportación de Madrid al conjunto nacional se ha mantenido por encima del 70% incluso en los peores años de la crisis (2011-2015), por lo que los impuestos atractivos de Madrid han beneficiado siempre a toda España.
La acusación de efecto capitalidad es otra falacia. Madrid recaudó en 2019 un total de 87.877 millones por grandes impuestos (IRPF, IVA e impuestos especiales), sin embargo, por los porcentajes de cesión e indicadores de reparto y de consumo del Sistema de Financiación Autonómica (SFA), la región sólo recibió 20.240 millones, es decir, que Madrid sólo recibe el 23% de lo que recauda. El resto, se destina a otras comunidades autónomas y al Estado.
Lo que deberían hacer el señor Escrivá y el señor Puig es dejar de intentar expoliar a los madrileños
El Instituto de Estudios Económicos (IEE) publicó un informe en 2021 junto con el Consejo General de Economistas de España y la consultora PwC sobre competitividad fiscal mostrando claramente que una menor baja presión fiscal acaba dando mejores resultados a largo plazo en términos de ingresos públicos que una subida de impuestos. Lo que deberían hacer el señor Escrivá y el señor Puig es dejar de intentar expoliar a los madrileños y aplicar una fiscalidad atractiva y que atraiga inversión.
Debemos recordar, además, que el expolio fiscal a Madrid, por los cálculos arriba mencionados, no generaría ningún recurso adicional a los madrileños ni a los valencianos, ya que se destina en su totalidad a pagar favores de socios de gobierno.
La visión confiscatoria y extractiva de la fiscalidad del PSOE no solo no tiene nada de armonización ni de solidaridad, es la receta de la miseria.
Es curioso que en vez de aplicar la mismas reglas fiscales que Madrid, lo que hacen es intentar machacarla a impuestos. Ahora Galicia dice que va a aplicar rebajas fiscales ¿también pedirán machacarla a impuestos? ¿por qué no piden que se acabe el concierto vasco? ¿o el camelo del cupo vasco? o simplemente ¿por qué no prueban a bajar impuestos a ver qué pasa?
La mayoría de los políticos son hombres y mujeres que querían manejar negocios pero que no tienen bastante inteligencia (the smarts) para lograrlo.
La palabra armonización da miedo. Cada vez que se pronuncia por un socialista implica fastidiar al que hace buena gestión para, supuestamente, beneficiar al que lo hace mal y así estar todos igual de mal. En definitiva, se armoniza la mediocridad y la miseria.