La euforia del gobierno con los datos del paro disfraza una recuperación lenta, improductiva y con importantes deficiencias.
Usted ya habrá oído que es un año récord de creación de empleo y que hay más empleo que antes de la pandemia y probablemente se sorprenderá al escuchar esos mensajes de euforia mirando a su alrededor. “¿Qué me habré perdido?” pensará usted.
Vamos por partes:
- El «récord de empleo» de Díaz y Sánchez viene de inflar el empleo público y esconder desempleados.
Por cada empleo creado en sector privado desde la pandemia han aumentado 2 en el público. Este maquillaje supone mucho más gasto en un país con el mayor déficit estructural de la UE.
Entre febrero de 2020 y diciembre de 2021 la administración pública ha aumentado en 244.751 empleados. En ese mismo periodo, el sector privado ha perdido 18.029 empleos.
En diciembre de 2019 había 19.408.538 afiliados efectivos, de los cuales 2.590.218 eran del sector público.
En febrero 2020 había 19.250.229 afiliados y 2.567.891 empleados públicos. Es decir, ya antes de la pandemia se disfrazaban las cifras de paro aumentando empleo público.
Pues bien, en diciembre de 2021 hay 19.612.932 afiliados efectivos (descontando desocupados en ERTE y autónomos en cese de actividad), de los que 2.812.642 son del sector público.
La excusa del gobierno es decir que es por reforzar sanidad. Ni de lejos se ha reforzado el empleo sanitario en 244.751 personas en 2020-21 (no llega a 90.600, según el sindicato USO). Pero, incluso si fuera así -y repito que no lo es-, entonces 2021 no es un «récord de empleo» ni «prueba de que España va bien» o de la «fuerte» recuperación, sino una contingencia sanitaria por una emergencia.
Inflar el empleo público ya fue la estrategia griega pre-crisis. Sánchez y Díaz disparan el gasto en medio del mayor déficit estructural de la UE, gasto que se paga con deuda, supone más impuestos a futuro y pone en peligro los salarios de trabajadores públicos previos al hacer las cuentas insostenibles.
- Las cifras de empleo que anuncia Sánchez a bombo y platillo omiten 708.339 desempleados adicionales. La cifra de “récord de empleo” que refleja Sánchez omite 215.007 personas sin trabajo que aparecen como “otros no ocupados”, 281.353 demandantes de empleo “con disposición limitada”, 103.801 personas que siguen sin trabajar porque están en ERTE y 108.178 autónomos en cese de actividad. Eso, además de inflar las cifras con empleo público.
La cifra de demandantes de empleo en diciembre de 2021 es de 4.848.800, según las cifras del Ministerio de Trabajo. En febrero de 2020 era de 4.521.321. Es decir, el número de demandantes de empleo es 327.479 superior y el de demandantes no ocupados es solo 129.615 personas inferior tras disparar la contratación pública, por lo que en términos comparables también es unas 120.000 mayor a febrero de 2020.
- El número de parados se estanca y se ha maquillado con contratación pública. La cifra de parados oficial en diciembre de 2019 era de 3.163.605. En febrero de 2020 era de 3.246.047, es decir, el paro ya estaba aumentando. Tras disparar el empleo público en 244.000 personas, la cifra de parados oficial en diciembre de 2019 es de 3.105.905. Es decir, el número de parados no ha bajado, se ha maquillado con contratación pública.
- La productividad se desploma. Con datos de diciembre, la productividad es un 6,6% menor que al inicio de la crisis. Es la primera vez en una crisis en la que se desploma de tal manera la productividad, y eso significa a medio plazo peor recuperación y más riesgo de crisis.
- El descenso interanual del paro se debe a que en diciembre de 2020 aumentó prácticamente la misma cantidad que «baja» ahora. Hay 3,3 millones de demandantes de empleo sin ocupar y no son “los mejores datos de afiliación mensual en un mes de diciembre”. Tanto los diciembres de 2014, 2015 y 2018 fueron mejores.
- La afiliación se desploma 20.000 personas al día en la última quincena de diciembre. Desde el 16 de diciembre, la cifra de afiliación cae a razón de más de 20.000 diarios, según los datos del Ministerio de Trabajo. La afiliación cae a partir del día 17 de diciembre. Se pierden más de 187.000 afiliados.
- Entre el 1 y el 30 de diciembre se perdieron 134.399 empleos. La cifra de afiliados el 1 de enero era de 19.838.211 y el 30 de diciembre de 19.703.812. Y esa cifra de afiliados incluye más de 211.979 personas en ERTE y autónomos en cese de actividad.
Ojo, porque, además, el dato de afiliación NO incluye el día 31 de diciembre.
- España sigue con la tasa de paro más alta de la Unión Europea junto con Grecia. Ningún gobierno debería hablar de “récord de empleo” comparando con cifras de febrero de 2020 cuando el empleo ya estaba empeorando en el primer trimestre de ese año, como mostraba antes. Estos datos, además, vienen con el mayor aumento de endeudamiento de la Unión Europea. El gobierno de España ha sido el que más se ha endeudado de todos, según la Comisión Europea.
- Los salarios reales pierden poder adquisitivo. La inflación ha cerrado en un 6,7% en diciembre de 2021 y fue de -0,3% en 2020. Es decir, una inflación de 6,4% acumulada. Los últimos datos del INE muestran que los costes salariales (Coste laboral total por trabajador corregido de efectos estacionales) caerán en términos reales un 3,3% en el periodo hasta el tercer trimestre de 2021.
- El número de empresas cotizando ha descendido en 60.862 desde febrero de 2020. En el mes de diciembre se redujo el número de empresas cotizando en 7.000. Comparado con noviembre 2019 hay 74.000 empresas cotizando menos. España cierra 2021 con la destrucción de casi 28.000 empresas y las quiebras suben a la cifra más alta desde 2014. Según estudio de CESCE e Informa, las disoluciones empresariales aumentan un 20% en 2021, con 5.862 concursos de acreedores y 27.760 disoluciones registradas, un 34% y 20% más que en 2020, cifras que no se alcanzaban desde 2014 y 2013, respectivamente.
Lo único que reflejan las cifras del paro de diciembre es una recuperación lenta, pobre, endeudada e improductiva. Rebotar no es crecer.
El trile de la «recuperación espectacular del empleo» se viene repitiendo desde hace tiempo por todas partes. Los análisis que hace Ud. son clarificadores, pero es inútil, la consigna se repite hasta en los en los periódicos que parece que no son de la cuerda. Es la propaganda total y absoluta. Como puede verse, el gobierno es un buhonero que vende crecepelo y hay millones que lo compran, lo prueban, ven que no les crece el pelo, pero les da igual. Antes muertos de hambre que cambiar de opinión, como si el personal votante viviera de la ideología. Esto es de siquiatra.