La declaración ilegal secesionista en Cataluña debe responderse utilizando las herramientas del estado de derecho. No con apelaciones histriónicas del populismo a “enamorar”, como si se pudiese hacer más en cuanto a autonomía y acceso a competencias, ni en el doble mensaje del que pacta con el nacionalismo radical en municipios y que tiene en su historia el Pacto de Tinell y “la nación discutida y discutible”.
Cuando un grupo de burócratas e intervencionistas han conseguido dividir a la sociedad catalana y solo ofrecen soflamas mientras no pagan a proveedores, la única respuesta es la ley.
La ley, porque han destruido la convivencia de una región plural y abierta convirtiendo a más de la mitad de la población en casi rehenes proscritos por no aceptar la Albania intervencionista que quieren construir.
La secesión es ilegal, históricamente injustificada y económicamente inviable, como demuestra el propio Consejo de Transición que estima que tendrán que reestructurar la deuda y emitir “bonos canjeables por impuestos futuros” para pagar gastos. Pero además, lo que plantean va contra cualquier modelo de sociedad moderna.
Cataluña es una sociedad plural, de emprendedores, de grandes profesionales y abierta al mundo. El proceso secesionista es mirar al pasado, a construir barreras y está liderado por unos partidos que han demostrado su ineficacia en gestión, corrupción, el desastroso gobierno del tripartito y otros que tienen en su programa convertir a Cataluña en un estado intervencionista, anti-libertad, fuera de la Unión Europea y de los organismos internacionales.
Muchas veces se dice que “si eres liberal, debes apoyar la independencia”. Craso error, como se ve en Reino Unido o EEUU donde los liberales y libertarios son los más patriotas. El liberalismo es defender la propiedad privada, el imperio de la ley y los derechos individuales, de todos. No el secuestro de los mismos por una minoría. Que un grupo de burócratas nos quite a todos un trozo de nuestro país no es liberal y va contra el derecho y la libertad de todos los ciudadanos españoles, sobre los que reside la soberanía.
Un liberal no puede situarse equidistante entre los destructores de la libertad y los que la defienden. Si mañana se promoviese un mini-estado comunista o nazi me tendría a mí enfrente, porque la secesión liberal es aceptable para liberarse del estado y aumentar libertad, no para crear un yugo mayor.
Algunos liberales no defienden «la libertad por encima del concepto de nación» ya que ignoran la amenaza del totalitarismo. Al ignorar la amenaza más grande no defienden la libertad, sino que se muestran equidistantes entre el liberticida y los ciudadanos, solo por no defender al estado.
Yo defiendo el voto, de todos. No de quien decidan unos cuantos burócratas separatistas. Lo que se vota en toda España, ya que recae en todos los españoles la soberanía, en una Constitución que fue votada mayoritariamente por todos (y con un 90,5% de votos a favor en Cataluña). Esto no es un referéndum, es un subterfugio para instaurar el totalitarismo.
No, amigos. Luchar por la libertad es defender la de todos, no facilitar la labor de los totalitarios.
No hay nada más liberticida que inventarse una patria inexistente para justificar el expolio adicional de una nueva oligarquía burocrática envuelta en otra bandera, que es lo que ocurre en los «nacionalismos» españoles. El secesionismo intervencionista de nuestras regiones no tiene nada de liberal, y todo de liberticida. No hay más que ver a sus exponentes (Bildu, BNG, CUP, JPS, ERC,…). No solo es separatista, sino imperialista. Es decir, no solo se quiere separar, sino además anexionar a otros pueblos que no tienen nada que ver con ellos. Y confiscatoria. No ignoremos la llamada a la confiscación de todos los bienes del Estado y el impago de compromisos.
Defender el concepto romántico de la secesión libertaria, del sueño de los vaqueros en el Oeste, para darle un estado al comunismo y estatismo más rancio solo se justifica desde el guerracivilismo del que es incapaz de defender a España porque suena a «facha». Y en EEUU o Reino Unido son precisamente los liberales los primeros que entienden la defensa de la libertad desde el patriotismo.
Lo que es verdaderamente anti-liberal es arrebatar un trozo de su país a todos porque lo decidan cuatro burócratas o un porcentaje de una región.
No hay nada liberal en la pretensión de unos pocos de crearse su mini estado intervencionista bajo el engaño de «nación».
La secesión, además, se plantea desde la premisa de que va a tener que ser aceptada o las consecuencias serán furibundas. Pero no cuela. Los empresarios, la UE y los organismos internacionales lo han alertado. El asalto a la libertad de todos y la amenaza al contrario no es “democracia”. Es chantaje. Y no se puede aceptar.
Lectura adicional: Defensa de la libertad y de España
Lectura adicional: Una defensa liberal del estado unitario
Bravo. Vaya análisis. He quedado alucinado. Va para Nobel!
Bravo. Vaya análisis. He quedado alucinado. Va para Nobel!
Totalmente en desacuerdo.
Que los partidos colectivistas defiendan la seción no conlleva que esta no sea lógica desde un punto de vista liberal.
Los liberales defendemos la libertad por encima del concepto de nación. Si los catalanes quieren votar para organizarse libremente como les plazca es de ser muy estatista no dejarles y convertir el Estado español en una cárcel para ellos.
Si como liberal no apoya la independencia (porque eso no garantiza más libertad a los ciudadanos) lo mínimo sería que defiendese el reférendum como máxima muestra de libertad de asociación, de lo contrario lo que es es un nacionalista español o conservador como la mayoría de liberales de boquilla de España.
Un liberal no se pone equidistante entre los destructores de la libertad y los que la defienden. Si mañana se promoviese un mini estado comunista o nazi me tendría a mí enfrente, porque la secesión liberal es aceptable para liberarse del estado y aumentar libertad, no para crear un yugo mayor.
Algunos liberales no defienden la libertad por encima del concepto de nación cuando ignoran la amenaza del totalitarismo. Al ignorar la amenaza más grande no defienden la libertad, sino que se muestran equidistantes entre el liberticida y los ciudadanos por no defender al estado.
Yo defiendo el referéndum, de todos. No de quien decidan unos cuantos burócratas. Que se vote en toda España, ya que recae en todos los españoles la soberanía. Que se deje votar a los que viven en el extranjero. Esto no es un referéndum es un subterfugio.
No, amigo.
Luchar por la libertad es defender la de todos, no facilitar la labor de los totalitarios.
Gracias por la aclaración, porque últimamente pululan por la prensa economistas liberales que parece que también estén encantados con el proceso secesionista de Cataluña a pesar de ser inconstitucional e intervencionista, como bien afirmas, y lo hacen hospedándose en teorías que publicaron Von Misses o Rothbard que, en mi opinión, están en las antípodas de lo que estamos presenciando actualmente en España.
Gran artículo. Abominable la intención de hurtar a la soberanía nacional la libertad de decidir, ya que la constitución es la base legal que define el cuadro por el que debe regirse la sociedad del país, de tal forma que su vulneración atenta directamente contra la democracia, en mayor medida cuando ellos mismos la han votado por aplastante mayoría.
Sin embargo, habría que recordar que la mayoría parlamentaria que ha provocado esta situación no está respaldada por la mayoría de los ciudadanos, haciéndonos pensar que algo falla en la ley electoral, y que simultáneamente facilita comportamientos excluyentes de este tipo.
Comportamientos que se reflejan en la negación al derecho a decidir de determinadas zonas de la comunidad catalana, reflejando claramente que el derecho a decidir no es aplicable a todos los ciudadanos de la comunidad por igual.
Por último indicar que esto se ha ido gestando durante muchos años como consecuencia de una constitución que permitía cesiones a las autonomías, principalmente educación, que facilitaba la tergiversación de la historia y el adoctrinamiento profundizando en la manipulación de masas. Es decir, es hora de ir aprendiendo algo y de que hay que corregir muchas cosas .
Hagamos una analogía:
Imaginemos que un grupo de personas compran, entre todos, un edificio, que es puesto a nombre de todos los participantes. Y luego reparten las estancias entre los compradores para que cada uno ponga su despacho, tienda o lo que quiera.
Un buen día, uno dice que la estancia que ocupa a partir de ese día va a ser suya y sólo suya y que la va a poner a su nombre en el registro de la propiedad y que el resto no tendrá capacidad de decisión ni de opinión sobre ella. Y, por supuesto, que no pidan que participe en el pago de ningún impuesto.
Dejando de lado el corte de mangas que recibiría en el Registro, si el resto de copropietarios se oponen, ¿diríamos que están coartando la libertad de esa persona? ¿o diríamos que están simplemente defendiendo su propiedad y la validez de un acuerdo tomado libremente por todos?.
Que esa persona quiere tener su propiedad. Perfecto, que abandone la sociedad en la forma que indicará el acuerdo y se busque una para él solo.
Pues yo soy copropietario de España, junto con el resto de españoles, de toda, no de una parte, no de una zona, sino que tengo una participación en el conjunto “social” que es España. Con la diferencia de que no he tenido que realizar un abono previo. Y exijo que se respete mi derecho a opinar y participar en las decisiones de esa propiedad.