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Vídeo Conferencia: Presentando «Acabemos con el Paro» #Sevilla 2015

 

Cortesía http://circuloliberalbastiat.org/#LacalleParo

El paro en 2015 ha caído en 354.203 personas y la afiliación a la Seguridad Social ha aumentado en 533.186 personas.

España ha sido el único país de la Unión Europea que ha aumentado empleo fijo a tiempo completo (+13,8%) por encima de su PIB nominal.

No solo ha aumentado la contratación fija a tiempo completo un 13,8% sino que ha caído el desempleo juvenil un 11,8%. Recordemos que en países como Francia y Bélgica ha caído el empleo fijo de nuevo en 2015.

Estos datos son muy relevantes porque han ocurrido en un escenario incierto:

– Con la mayoría de nuestros socios comerciales en estancamiento o recesión (Francia, Brasil).

– En un entorno de ralentización global, con el comercio global muy por debajo de las expectativas, hemos exportado más y ganado cuota de mercado. Eso con China y los emergentes en proceso de frenada.

– Ante un periodo electoral complejo.

– No es correcto que la creación de empleo venga de bajos precios del petróleo y ayuda del BCE, como comentábamos aquí. Ya creábamos más empleo y crecimiento que la media de la Unión Europea con el petróleo por encima de los $110 y antes del programa de estímulos del BCE.

Que en ese entorno España cree empleo, lidere –con Alemania- la creación de empleo fijo y crezca al 3,2% no es una casualidad ni por factores externos. Que en diciembre el paro haya registrado una caída de 55.790 personas en medio de turbulencias políticas amenazando con cambiar toda la legislación y marco impositivo es casi un milagro. El paro desestacionalizado ha bajado en 30 de los últimos 32 meses.

Muchos de los que critican los datos del paro estos días, no lo olvidemos, son los mismos que se felicitaban en 2011 porque “sólo” se perdían 1.500 empleos al mes o los que decían en 2010 que “bajaba la temporalidad” cuando se despedía en masa a los trabajadores temporales.

Crear empleo de manera intensa es posible. Lo explico en “Acabemos con el Paro” (Deusto) y lo hemos comentado en esta columna. Hay que:

– Fomentar el autoempleo. España sigue teniendo una de las tasas más bajas de emprendimiento de la OCDE. Crear empresas en 24 horas, como en tantos países, no ser uno de los países donde es más caro y lento montar una empresa. El tiempo necesario para poner en marcha un negocio en España es el doble que la media de la OCDE.

– Incentivar a las PyMEs. Seguir bajando impuestos de Sociedades y Cuotas Sociales, que aún son de las más altas de la OCDE.

– Seguir bajando cuotas a autónomos.

– Cercenar de manera drástica las trabas burocráticas y la extremada complejidad legislativa de un país de diecisiete regímenes que se autojustifican creando centenares de normas entorpecedoras cada año. Cambiar los incentivos. Menos capataces para “parar y fiscalizar” y más facilitadores.

– Cortar gasto político y superfluo, subvenciones y excesos de burbuja.

El riesgo que suponen las amenazas de revertir las reformas, cambiar la constitución, subir impuestos y cambiar todo el Estatuto de los Trabajadores para el empleo es enorme.

 

Vídeo: Retos Económicos e Incertidumbre Política (El Cascabel)

Una vez pasada la resaca de las elecciones toca la difícil tarea de formar gobierno. Aunque se haya realizado un espectáculo mediático, los resultados demuestran que el votante español es moderado, de centro y quiere avanzar en una democracia plural y una economía abierta.

Para España el periodo 2011-2015 fue esencial a la hora de recuperar prestigio internacional y peso en las instituciones. España se juega mucho y tendemos a infraestimar los riesgos de caer en errores del pasado. Recordemos que la reputación se labra durante años, pero se pierde en unos minutos.

Por eso es tan importante la estabilidad. Desde mi punto de vista se presentan tres retos esenciales que no se han divulgado durante una campaña centrada en aspectos más impactantes a nivel mediático.

El primer reto tras las elecciones es recuperar el ritmo de crecimiento de inversión financiera directa. La incertidumbre por Cataluña y las elecciones ha llevado a que se frenase. El aumento de las inversiones productivas en 2014 fue del 9,8%, ascendiendo a 17.626 millones de euros, y llevamos ya dos años con cifras superiores a la media histórica de 16.914 millones de euros. Es importante reforzar un entorno de certidumbre, seguridad jurídica y atractivo para la inversión por su impacto directo en el empleo y la riqueza, además de reforzar el cambio del patrón de crecimiento.

El segundo reto es recuperar y superar los diez puntos perdidos desde 2007 en el ranking global de facilidad para crear empresas y empleo del Banco Mundial. La mejora de 2014-2015 no puede truncarse y debemos recuperar los puestos de liderazgo que afiancen la creación intensa de empleo.

El tercer reto es comunicar al exterior como lo hacen los mejores. El esfuerzo realizado por el Ministerio de Economía y Competitividad suele pasar desapercibido en nuestras fronteras, pero tener una política de comunicación ante inversores y entidades internacionales constante y detallada es esencial. Comunicar con transparencia, hacer un esfuerzo continuado y no pensar que los inversores “no se van a enterar” o que da igual.

Estos tres pilares suelen resentirse ante una coalición de perdedores que solamente se pone de acuerdo en gastar. Es por ello que es tan importante que se permita la gobernabilidad y la estabilidad desde el objetivo de crear mayor prosperidad y oportunidades para todos. Los ciudadanos han apostado claramente por la moderación y avanzar en las reformas. Nuestros políticos deben mostrar responsabilidad para facilitarlo.

Decía Henry Kissinger que el comunismo sólo tenía buena prensa allí donde nunca había gobernado. El ascenso de los totalitarios en las elecciones españolas es una prueba de que muchos ciudadanos se lanzan a aceptar propuestas inverosímiles ante la promesa de una arcadia feliz de dinero gratis, a cambio de nada, que nunca llega. Sin embargo, ese ascenso no puede enmascarar la realidad de que en España la enorme mayoría de los votantes han vuelto a elegir estabilidad, crecimiento, políticas sensatas y opciones moderadas. El ruido incesante de la propaganda no puede hacernos olvidar que sólo son cinco millones de votos.

Un escenario político complicado, donde ninguna de las combinaciones –coalición de centro derecha o de izquierdas- suma los escaños suficientes, puede traer complicaciones. Es curioso que en un país que ha empezado a salir de la crisis no se imponga una opción de consenso como en Alemania y permitir gobernar al ganador. ¿Preferiremos, como hicimos en 2008, cerrar los ojos ante la realidad y los riesgos económicos y volver a lanzarnos a las soluciones mágicas que siempre fallan?

No olvidemos que el impacto de un escenario donde se plantea eliminar todas las reformas llevadas a cabo puede tener consecuencias muy negativas en el plano económico. Si además añadimos la locura de lanzar un proceso constituyente similar al de Chávez en Venezuela, y abrir la puerta a la ruptura de España, el impacto puede ser mucho mayor.

Un posible escenario, ante la posibilidad de varios meses de incertidumbre y ninguna mayoría clara, supondría el frenazo de la inversión financiera directa y de la creación de empleo. Ya se había ralentizado ante las elecciones catalanas y generales. Las estimaciones más moderadas asumen un impacto de 0,5-0,7% en el crecimiento del PIB.

La prima de riesgo ya se ha disparado un 11% ante el riesgo de una coalición con radicales. Teniendo en cuenta que aún contamos con el apoyo del Banco Central Europeo, no sería extraño que subiera mucho más si se aprueba un proceso rupturista.

Si se confirma una coalición de perdedores con radicales, separatistas y anti-sistema el impacto puede ser el retorno a la recesión. ¿Por qué? Es inasumible pensar que las inversiones crecerán y se contratará a largo plazo ante un entorno como ese. Según varias estimaciones, nos harían perder un 1% de PIB potencial y destruir unos 300.000 empleos. La derogación de la reforma laboral, un cambio de toda la constitución –que es y ha sido un ejemplo de convivencia valorado en todo el mundo- y el planteamiento separatista supondría un cocktail letal para la confianza y la inversión. Eso sí, dentro de la tradición de los intervencionistas, achacarían el impacto económico de sus medidas regresivas a cualquiera de sus enemigos exteriores favoritos –al PP, a los mercados, a Merkel, a los ricos o a todos a la vez-.

Nos encontramos ante un escenario donde podemos caer en una de las recesiones más graves porque ocurre en medio de una recuperación frágil. Derogar reformas que se encuentran en el acuerdo con la Unión Europea puede afectar a la financiabilidad del país. Pero además, un repunte agresivo de la prima de riesgo supondrá revertir lo que se ha conseguido en estos años. España pagaba en intereses en 2015 menos, respecto a PIB, que en 2007.

Un escenario de riesgo político puede reducir de manera drástica el acceso a financiación, y con toda seguridad lo encarecerá. En algunos casos se estima que hasta en 300 puntos básicos. No se trata de miedo. Es prudencia. Los inversores no tienen por qué arriesgar dinero en España o cualquier otro país si no se dan condiciones de seguridad, o hacer quinielas para saber por dónde va a venir el siguiente disparate de propuesta. ¿Invertiría usted ante una incertidumbre constitucional, legislativa e impositiva monumental? Lo que es irresponsable es poner en peligro la recuperación con soflamas guerracivilistas y justificarlas bajo el subterfugio de que “es la democracia”. Y al que no acepte el dislate, decir que “va contra la democracia”.

Es momento de responsabilidad. Un 20% de los votos no puede poner en jaque a un país y destruir lo conseguido. Siempre que hablo con inversores de todo el mundo consideran a España un país de oportunidades, pero de alto riesgo político. No pongamos el cartel de “Imposible invertir aquí”.

Vídeo: Acabemos con el Paro. Pizarra sobre el empleo (La Sexta)

«Acabemos con el Paro» a la venta en Deusto (aquí).

Vídeo comentando la importancia de tomar medidas de oferta para reducir el desempleo.

Incentivar el emprendimiento, en un país con algunas de las tasas más bajas de emprendimiento y de movilidad.

Una fiscalidad facilitadora, que permita a pymes y autónomos crecer.

Una administración eficaz que agilice la creación de empresas y facilite los trámites.

El número de parados registrados en los servicios públicos de empleo bajará en diciembre entre 55.000 y 75.000 personas, por lo que a final de año habría unos 350.000 desempleados menos que en 2014. Este descenso supondrá un nuevo récord histórico, ya que jamás se había registrado una caída anual tan elevada desde que existen registros (el año 1960). Hasta noviembre había 4.149.298 desempleados, 298.413 menos que al acabar 2014.

Hay que recordar que el desempleo acumula tres años seguidos con bajadas (147.385 en 2013, 253.627 en 2014 y los aproximadamente 350.000 en 2015) después de sumar seis años consecutivos con fuertes incrementos. Entre 2007 y 2012 el número de parados creció en 2.825.850. Especialmente dramáticos fueron 2008, con casi un millón de desempleados más (999.416) y 2009 (794.640).

En ese periodo se registran 447.872 afiliados más a la Seguridad Social. Si la afiliación en diciembre responde a las expectativas creadas, sumados a los 417.574 nuevos afiliados a la Seguridad Social de 2014, permitirá que en dos años de legislatura se supere el millón de nuevos puestos de trabajo. (Fuente: ABC)

 

La Hora de las Bajadas de Impuestos Expansivas

Las medidas en materia fiscal anunciadas son, con mucha diferencia, las más importantes de la campaña. Tienen un doble componente positivo. Por un lado, reconocen la realidad de la estructura empresarial y demográfica de España, y por otro lado tendrán, de implementarse, un efecto expansivo en la economía y positivo en la recaudación.

Tras el agotamiento evidente de las políticas de demanda del pasado –gastar, endeudarse y subir impuestos-, nos encontramos ante la primera batería seria de políticas de oferta que tanto reclamaba nuestra economía. Devolver el esfuerzo fiscal a los españoles, y mejorar la renta disponible. Son las recetas que hicieron que el Reino Unido pasase de estar en 1975 “condenado a pedir, mendigar o robar” en palabras de Henry Kissinger, a ser una potencia global en crecimiento y prosperidad.

Las principales propuestas son: Eliminar el IRPF a aquellos trabajadores que extiendan su vida laboral más allá de la edad de jubilación, que los parados que encuentren un primer trabajo no tributen IRPF el primer año y una bajada generalizada de cuotas sociales a las empresas que empleen a trabajadores indefinidos. Y son una auténtica revolución, que ha funcionado en el pasado en EEUU o Reino Unido. Son medidas que buscan continuar revitalizando la economía, al aumentar la renta disponible de las personas y reducir las trabas fiscales a la contratación, mejorar el consumo y el crecimiento y poner las bases para una segunda fase de mayor creación de empleo en España. Si atendemos a la experiencia de países similares, estas medidas podrían ayudar al crecimiento de la economía y reforzar el objetivo de crear dos millones de puestos de trabajo. Una bajada del esfuerzo fiscal que, por otro lado, tendría un efecto positivo que en casos similares ha sido cercano a un 0,2% del PIB.

Eliminar el IRPF a trabajadores de más de 65 años que extiendan su vida laboral es un auténtico cierto y tiene un importantísimo efecto de incidencia económica. Por un lado “veteraniza” el emprendimiento, facilitando que las personas con más experiencia tomen el testigo de la creación de empresas. Adicionalmente, permite que esas personas, valiosísimas para nuestra economía, sigan creando valor si lo desean. Y no afecta al empleo juvenil, como critica alguno. Todo lo contrario, al aumentar la experiencia del ciudadano emprendedor, se refuerza la supervivencia de las nuevas empresas, ya que aumenta la vida media de las mismas, y se incentiva también la creación de empleo joven. Finalmente, reconoce la pirámide de población y una demografía donde el peso de la población de más de 64 años ha crecido de manera notable en los últimos años y supone ya el 18,5% del total. Tiene un efecto muy importante ya que según varios estudios más del 70% de los ciudadanos de más de 65 años preferirían seguir trabajando. Mejora la sostenibilidad del sistema de pensiones, la actividad económica, la calidad y veteranía del emprendimiento y reconoce la realidad demográfica de España.

Que los parados que encuentren un primer empleo no paguen IRPF durante el primer año es una clarísima medida expansiva orientada a lo que lleva reclamando la sociedad española desde hace tiempo. Mejorar la renta disponible. Más dinero en el bolsillo, permite consumir, afrontar lo que ha sido un periodo difícil y es devolver el enorme esfuerzo de haber sufrido una crisis tan grave.

La propuesta de reducir las cuotas sociales para el trabajo indefinido es otra medida de oferta esencial para seguir reduciendo la dualidad y temporalidad del mercado laboral. Al hacer más caro para el empleador contratar a tiempo parcial que hacerlo a tiempo indefinido se libera una de las trabas que tenía nuestro sistema laboral para crear empleo de calidad. ¿Por qué no se hizo antes? Porque antes no crecíamos al 3%, teníamos demasiados agujeros que tapar y se impusieron las medidas urgentes, frenar la sangría del empleo y empezar a crearlo de manera intensa.

¿Cómo puede recaudarse más bajando impuestos? En la Europa del gasto siempre nos olvidamos del efecto positivo sobre la actividad económica de las reducciones de impuestos, demostrado en EEUU, Reino unido, Irlanda e incluso Suecia, que lleva reduciendo la presión fiscal desde hace años. No solo se mejora la renta disponible de las personas, lo cual incentiva al consumo, sino que se facilita la contratación y con ello, los ingresos del estado.

La única salvedad seria que he leído sobre las medidas alerta sobre bonificaciones temporales que crean un efecto positivo en el empleo a corto pero negativo a largo plazo, cuando se retiran. La idea es que los impuestos al trabajo no deben reinstaurarse, sino avanzar en que esas bonificaciones se mantengan y se avance en el objetivo de adecuar la fiscalidad del trabajo –sobre todo las cuotas sociales-, de autónomos y emprendedores, a las mejores prácticas de los países líderes.

Las medidas anunciadas han sido criticadas aludiendo a las subidas de impuestos de principio de legislatura. Olvidan los críticos que en 2011 el gobierno tuvo que lidiar con 30.000 millones más de déficit de lo prometido, 75.000 millones de facturas impagadas y efectos, y 65.000 millones de agujero de las cajas públicas. Pero lo más gracioso de los críticos es que ninguno tiene en su programa devolver el esfuerzo a los ciudadanos. La mayoría critica las subidas de los últimos años pero las mantendrán –muchas gracias- y en algunos casos como PSOE y Podemos las extenderán a más impuestos, subidas de IVA etc. En general la oposición propone subir la presión fiscal.

Estas medidas reducen el esfuerzo fiscal de empresas y familias sin atacar la recaudación. Si se cumple el ejemplo visto en todas las economías donde se han implementado, la recaudación aumentará con la mayor actividad económica.

 

Vídeo cortesía de La Sexta