El Gobierno saca pecho, pero retrasa el cambio mientras deja pasar la oportunidad económica e industrial. El nuevo Plan Nacional de Energía (PNIEC) da por hecho un estancamiento de la industria hasta 2030.
En Europa se habla con frecuencia sobre el liderazgo en transición energética y la importancia de la competitividad y la industria. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Como explicaba un inversor norteamericano, «ustedes tienen transición energética visual». A los gobiernos parece importarles mucho lo que ven –paneles solares y plantas eólicas– y muy poco lo que no ven, redes y minería.
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