Es triste escuchar a los miembros del gobierno repetir sin descanso el mensaje de euforia económica completamente injustificado.
El último episodio es particularmente preocupante. El ministro Escrivá se lanzó a la descalificación contra Feijóo y Bravo por decir que en España cae el empleo industrial, algo que es una evidencia empírica incontestable. Ya tuvimos que sufrir esa táctica gubernamental de negar la evidencia cuando Díaz anunció que el empleo en agricultura había crecido cuando es simplemente falso.
Lo preocupante no es la batalla de cifras, en las que los gobiernos siempre escogen el trimestre que les interesa. Lo hemos visto en la presentación de Calviño, “gobernamos contigo”, en la que usa unos años u otros como corte para lo que le interesa. Pero lo realmente preocupante es que en España el gobierno se conforma con la mediocridad más absoluta mientras endeuda a todos los ciudadanos de manera irresponsable.
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