La izquierda no defiende la inmigración ilegal por solidaridad. Lo que busca es crear una subclase dependiente y votantes rehenes a los que además condena a vivir en el asistencialismo mientras expolia a los contribuyentes para pagar su falsa solidaridad.
Sánchez se ha ido de gira por África para vender su última idea genial, «la migración circular», una sandez que solo se le ocurre a un intervencionista obsesionado con la ingeniería social.
Eso sí, ha prometido 250.000 empleos para inmigrantes en Mauritania. Sánchez sabe exactamente dónde hay 250.000 empleos para inmigrantes mauritanos, mientras cuatro millones de demandantes de empleo españoles no los encuentran. Es un visionario.
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