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Economía global

Las Secesiones Expansivas No Existen

“There’ll soon be more pandas than financial institutions left in Scotland» citado por Faisal Islam (Sky).

A cierre de este artículo, el referéndum sobre la posible independencia de Escocia está causando más de un dolor de cabeza en el Reino Unido, donde vivo. La última encuesta de YouGov da un 50% al ‘No’ y un 45% al ‘Sí’, pero otras hablan de empate. Un error garrafal de estrategia de un gobierno conservador que veía una oportunidad de hundir al laborismo con el referéndum (el resto de Reino Unido vota fundamentalmente conservador; Escocia es feudo laborista) y ahora se encuentra con un grave problema económico si sale un ‘Sí’ que casi todo el mundo ignoraba antes del verano.

La libra esterlina se desplomaba un 16% anualizado desde que las encuestas empezaron a mostrar el avance del independentismo. A su vez, las empresas más expuestas a Escocia o el Mar del Norte perdían más de 4.000 millones de libras de capitalización bursátil –sin contar el impacto en las empresas europeas con intereses en Escocia–.

Hay que reconocer que la falta de preocupación por la secesión de Escocia me sorprendía desde hace meses. Existía una combinación de arrogancia e ignorancia en los mercados, tal vez embelesados por la magia ‘impresora’ del Banco Central Europeo (BCE) o del Banco de Inglaterra.

Los impactos son importantes:

  • Caída del crecimiento: Todos los análisis relativamente conservadoresindican una reducción de las estimaciones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 20%, un estancamiento o caída de hasta el 30% de las inversiones –sobre todo en energía– y el riesgo de crear dos países altamente deficitarios (What Would Happen After a Yes, Citigroup).
  • Aumento del déficit: Sí, porque la separación empeora al incluirse todas las administraciones, cargas y gastos de duplicar nuevos organismos. Dos estados, Escocia y el resto del Reino Unido, que pasarían a ser de los mayores déficits fiscales y comerciales de la OCDE. Escocia por aumentar sus gastos administrativos y Reino Unido al perder en su balanza comercial parte de los ingresos del petróleo del Mar del Norte. Escocia, además, pretende replicar todos los organismos reguladores y estatales. Y eso significa más gasto en una zona que supone el 9,3% de los gastos del Reino Unido, pero solo un 9% de los ingresos [1].
  • Fuga de capitales: Royal Bank of Scotland (RBS), Lloyds y algunos de los mayores fondos de inversión de Edimburgo anunciaban que abandonarían Escocia. Credit Suisse lo mencionaba en un informe del 11 de septiembre: “Cuando la viabilidad de un nuevo país se cuestiona, los flujos financieros y de capital son el mayor elemento de incertidumbre. El problema no es mantener el país dentro de la moneda, sino mantener el dinero en el país (“the problem is keeping the currency in the country, not keeping the country in the currency”).” Las estimaciones sobre pérdida de capitales se mueven entre 20.000 y 100.000 millones de libras [2]. Con un sector financiero en Escocia que supone más del 1.200% del PIB, la pérdida de una parte es un enorme impacto en su crecimiento, empleo e ingresos fiscales.

  • Caída de inversiones en petróleo y renovables: Más de 23.000 millones de libras en proyectos renovables se pararían ante la incertidumbre de saber cómo y quién pagaría las primas. Las grandes empresas como Scottish & Southern, Infinis o Scottish Power (participada de Iberdrola) ya han comentado el riesgo de ese estancamiento. Incluso los analistas estiman grandes pérdidas de empleo, ya que casi todo el plan de inversiones es de crecimiento 2015-2018. En petróleo es peor, porque tanto los independentistas como los unionistas cuentan con unos ingresos más que optimistas. Los ingresos de Escocia por el petróleo se han movido entre los 11.600 y los 5.600 millones de libras, como mucho un 21% de los ingresos fiscales. Con unos impuestos confiscatorios (60%), la producción del Mar del Norte ha caído de manera relevante por la falta de inversión exploratoria. Empresas como Enquest, Centrica, BG o Premier simplemente no invierten para perder dinero y temen una subida de impuestos ante una independencia para intentar tapar el agujero de déficit antes comentado.
  • Caída de las exportaciones: Es malo para el resto del Reino Unido porque Escocia sería el equivalente a un 4% de sus exportaciones, y una caída de las mismas afecta a la economía de la isla.
  • Una nueva moneda: Los independentistas ya han dicho que no van a usar la libra. Unirse al euro es entregarse a la política franco-alemana que se critica día a día en la TV. Una enorme devaluación es un problema financiero en una economía ultra-endeudada en libras y dólares, ya que se hunde la capacidad de pago.
  • Reino Unido se sale de la UE: Si gana el independentismo, el resto del Reino Unido es en su mayoría conservador del ala anti-UE. No tardaría en decidir salir de una Unión Europea de la que es contribuyente neto positivo,dejando Europa con mayores dificultades para financiarse y sufriendo todos -la isla y la Eurozona- de la caída inevitable del comercio.

IMPACTO EN LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS

Nuestro país ha invertido de manera muy importante en Reino Unido, con un total cercano a los 88.000 millones de euros desde 2004 en los sectores de telecomunicaciones, energía, financiero e infraestructuras. España fue entre 2006 y 2007 el segundo mayor inversor en el país tras EEUU. Estas empresas tienen una media de un 16% de sus resultados en el país. Una caída de la libra, una reducción del crecimiento en toda la isla y un posible cambio de moneda son los mayores riesgos a considerar. La banca tiene unos 8.500 millones de euros de préstamos sólo en Escocia, que podrían sufrir si se produce un estancamiento o una devaluación.

EL CUENTO DE LAS SECESIONES EXPANSIVAS

Me contaban un chiste en Edimburgo en el que un feligrés sale de misa y le dice al cura “tengo dudas con mi fe, la iglesia promete que Dios me va a dar el paraíso pero también lo promete Salmond” (el líder independentista). Y es que el sueño socialista de una Escocia independiente se vende como una especie de enorme regalo social en el que se van a aumentar los puestos públicos, los salarios, las pensiones y la seguridad social a costa de unos ingresos inventados. No solo asumen unos precios del petróleo muy superiores a los actuales, sino que la producción se dispararía mágicamente y no se produciría ninguna fuga de capitales. Por supuesto, no asumen aumentos de primas de riesgo, ni menor acceso a los mercados. Unicornios.

Y la realidad es que no existen secesiones expansivas. Lo más que se puede esperar es una evolución en forma de V, es decir, que los años de recesión y recortes se recuperen después. La media de recuperación a ‘cero’ son siete años. No ha habido ni un sólo caso en el pasado en el que la independencia no haya venido acompañada de una caída inicial enorme de actividad y de las prestaciones sociales.

En España ya hemos visto el efecto contagio, aunque aún sea moderado. Como explicaba El Confidencial, las primas de riesgo, tras meses de tranquilidad, se disparaban. La rentabilidad del bono a 10 años subía un 15%, y en los bonos a dos años, el 80%. La prima de riesgo de los bonos de Cataluña –el diferencial con el bono alemán– es ya, incluyendo Fondos de Liquidez Autonómica (FLA) y el BCE apoyando, el doble que la del estado español. Como comentaba en 2012 en “Independencia: desastre para Cataluña y el resto de España”, seguimos creyendo que la separación es expansiva, cuando las partes separadas siempre son menos que el todo.

La independencia de una región o un país podrá defenderse por razones personales o emocionales, pero no económicas. No se trata de decir si es viable como país independiente, que lo sería, pero a muy largo plazo y tras una factura difícil de asumir cuando lo que prometen es “más estado de bienestar”, ya que sería menor. Se trata de qué coste estamos dispuestos a asumir por esa independencia.

Ya saben ustedes que detrás de cada bandera hay un burócrata dispuesto a  crear un comité… con los impuestos de los demás.

[1] Economic Aspects of Scottish Independence. LHOC

[2] Todas las estimaciones vienen cortesía de Credit Suisse, HSBC, Citigroup y UBS

Lecciones del desastre argentino

2/8/2014 El Confidencial

«Es una pavada atómica decir que hoy entramos en default», Axel Kicillof

Los que piensan que el dinero es una donación, que la riqueza de un país se decide en un comité gubernamental y que todo lo soluciona la maquinita de imprimir, se han pasado años poniéndolo como modelo para “salir de la crisis”, lo mismo que está llevando -de nuevo-  a Argentina a la recesión y al impago. El mal llamado “modelo social y económico inclusivo”, que es populismo despilfarrador.

Sólo hace unos años, Krugman y Stiglitz ponían como ejemplo a las políticas de Cristina Fernandez de Kirchner para Europa. Hoy, con el episodio del impago a los bonistas que no accedieron a la extorsión de la quita, leemos cosas divertidas como:

  • Argentina no hace impago “porque tiene dinero”. Pero no quiere pagar a los bonistas que no accedieron al chantaje de la quita, precisamente porque sabían que el gobierno de Argentina podía -y debía- cumplir sus compromisos.
  • Nuestro lenguaje burbujero nos lleva a llamar fondos buitre a quien quiere recuperar su dinero, y negociar a aceptar callados lo que exija el ministro. Las reestructuraciones de 2005 y 2010 no eran negociaciones, sino acuerdos de El Padrino. “Una oferta que no pueden rechazar”. Algunos dijeron “no” y los tribunales de EEUU les dieron la razón.
  • Llamar fondo buitre al que utiliza todos los medios a su alcance para hacer valer sus derechos es, cuando menos, curioso. Y no deja en buen lugar a los Estados que se convierten en “carroña”. Pero es que el Estado firmó que si pagaba al 7% que no aceptaba el chantaje, tendría que compensar al 93% restante. Y claro, un problema de 1.500 millones se convierte en uno de 15.000 millones.

Lo veamos como lo veamos, el default de Argentina es otro paso más en el triste aislamiento en que se ha metido desde la llegada del populismo de Cristina Fernandez de Kirchner.

Los que piensan que el dinero es una donación, que la riqueza de un país se decide en un comité gubernamental y que todo lo soluciona la maquinita de imprimir, se han pasado años poniéndolo como modelo para ‘salir de la crisis’ lo mismo que está llevando -de nuevo- a Argentina a la recesión y al impago

El episodio de los mal llamados fondos buitredemuestra varias cosas. Primero, que las famosas quitas e impagos no son una panacea de solución de nada. Siempre se acaba peor. El impago solo genera aislamiento y empobrecimiento mayor posterior.

Segundo, que las deudas se pagan. Siempre. Sea de manera licita -cumpliendo con los compromisos- o con una inflación desbocada -Argentina es el cuarto país del mundo con mayor inflación, 28% en 2013- que empobrece a todos. La inflación, el impuesto de los pobres.

Muchos me dicen que la inflación alta no es problema si se suben los salarios en la misma manera. No es cierto. Se hace durante un tiempo hasta que no hay recursos, y se desploma la renta disponible. Los desequilibrios que se generan explotan, y en poco tiempo.

El episodio del impago del Gobierno de Argentina es una anécdota, un subterfugio para apartar la vista de un problema mayor. Los políticos que han usado el populismo y el intervencionismo en ese gran país que es Argentina llevan a la nación de crisis en crisis e impago en impago a través de una política monetaria y estatal en la que van calentando la burbuja de una supuesta prosperidad inflacionista, hasta que estalla. Y entonces, vemos corralitos, cambios de moneda, cepos cambiarios… y vuelven a empezar, empobreciendo o arruinando en el camino a la misma población que aparentemente pretenden “defender”. Es el efecto embudo de tapar los desequilibrios gastando e imprimiendo dinero. Que acaban mal, siempre.

En España escucharán constantemente que la solución a nuestra crisis es hacer impago, aumentar el gasto público y financiarlo imprimiendo moneda -monetizando deuda, que es lo mismo-. Eso es exactamente lo que hace Argentina (grafico cortesía de Perspectivas). Un aumento de masa monetaria anual del 30%.

Leí hace poco el libro del actual ministro de economía argentino, Axel Kicillof,  titulado Volver a Keynes, fundamentos de la teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, y es uno de los más claros exponentes de lo que yo llamo “keynesianismo selectivo”.  Es aquel que toma a Lord Keynes al pie de la letra para gastar e intervenir, pero se olvida del economista británico a la hora de bajar impuestos y recortar gasto público en época de bonanza. Ignora totalmente esas recomendaciones para justificar en la intervención estatal eterna y la política monetaria la panacea para la solución de todos los desequilibrios económicos. (Grafico cortesía de N. Cachanosky)

¿Y el paro? Al fin y al cabo, Argentina tiene un paro muy bajo, con lo que se justifica todo, ¿no? Cuando el estado es el principal motor de la demanda laboral con una plantilla que ha aumentado un 50% desde 2003 -la Campora, el grupo de seguidores de Cristina Fernández, es la mayor bolsa de trabajo de Argentina-, lo que el estado te “da” supuestamente -un trabajo- se lo lleva en tus ahorros y sueldo en los sucesivos corralitos, cepos, devaluaciones e inflación.

Y el espejismo del dinero impreso no conlleva inversión ni mejora productiva. La producción industrial en mayo de 2014 ha caído un 4,9%, en su décimo mes consecutivo. La industria de maquinaria agrícola se encuentra con un 50% de capacidad instalada ociosa, en un país cuya principal actividad es el sector agropecuario. La producción de coches, una de las principales industrias, caía un 22% en el primer semestre de 2014. Las exportaciones se han contraído un 12% “a pesar” de devaluar el peso en enero un 23%. Efectivamente, si imprimir moneda fuera la llave de la prosperidad, Zimbabwe sería el país más rico del mundo.

Aislarse de los principios elementales de economía y del mundo financiero global tiene sus consecuencias:

El Gobierno argentino está inserto en su propia trampa de “ilusión monetaria”. Si impulsa medidas activas para promover el nivel de actividad y el empleo, también hará subir las importaciones utilizadas en la producción de bienes y servicios, lo cual implicaría un consumo de dólares que no tiene. De ahí que Cristina Fernández de Kirchner buscara aumentar la deuda. Pero eldefault, las nacionalizaciones confiscatorias y los mensajes anti-mercados yanti-buitres no permitirán el acceso al mercado de deuda, y provocan más restricciones externas y más “cepo cambiario”, que es como los argentinos llaman a las medidas oficiales restrictivas para evitar que los argentinos, ante las constantes devaluaciones, usen dólares en sus transacciones o inversiones.

Con una devaluación del 16,9% anual desde 2008 -como muestra el grafico-,el gobierno de Argentina solo ha conseguido que la inversión se desplome y la balanza comercial -la diferencia entre importaciones y exportaciones- empeore (un -41% en los primeros seis meses de 2014 según INDEC), por lo tanto la entrada de divisas se deteriora, llevando a un mayor cepo.

La fuerte caída del precio de la soja, principal producto exportable y generador de divisas, se suple imprimiendo más dinero para sostener unos gastos estatales que no han hecho más que crecer y, con ello, y la inflación se dispara. Es el cuarto país del mundo, tras Venezuela, Sudán e Irán, en inflación. Un 28,3% oficial en 2013 y un 35% estimado por INDEC en 2014.

Con esta política de aislamiento, gasto y expansión monetaria descontrolada, el gobierno profundiza la recesión y el déficit fiscal (5% de mínimo estimado para 2014), mientras la inflación se dispara por la acelerada emisión de moneda para financiar al Tesoro.

Esta política del gas de la risa monetario ha llevado a un nivel de pobreza del 30%, según la Universidad Católica Argentina, UCA, dado que el gobierno de Cristina Fernandez, ha decidido no medir más la pobreza “por cuestiones metodológicas”. Cuando asumió el poder en 2008 había en torno a 8 millones de pobres (26%), una cifra reducida a la mitad en el mandato de su marido Néstor. “Modelo social inclusivo”.

Hoy se acumulan 4.500 millones de dólares de importaciones ya efectuadas pendientes de liquidación. La estrategia del Banco Central es retrasar todo lo posible los pagos al exterior correspondientes a importaciones que ya fueron aprobadas con el objetivo de no perder reservas, y lleva al país a seguir cavando el agujero. Esta política muestra la extrema debilidad en materia cambiaria, y la fuerte emisión e inyección de pesos ha vuelto a alimentar la fuga hacia el dólar, que está disimulada por la intervención oficial en el mercado de cambios oficial y paralelo, pero que, aun así, no logra contenerla.

Cristina Fernández y Kicillof intentarán lanzar más políticas “activas” financiadas con emisión de moneda, lo cual implicará agregar más tensión al tipo de cambio -que en el sueño keynesiano se utiliza como “ancla contra la inflación”- y aun así se estima una inflación del 35%.

El episodio del impago o la pavada atómica no esconde que la recesión será brutal. Hoy se habla de -2%, pero porque el sector financiero generaba aportación positiva. En la economía real la recesión es más fuerte.

Lo comentaba hace un año en esta columna: proteccionismo y devaluación es camino de depresión.

Y lo curioso es que la solución de Argentina está en casa. Abandonar elclientelismo, la impresión de moneda inútil, recuperar la credibilidad, atraer capital, inversión y empleo privado, lanzar de nuevo los sectores deprimidos por la inflación y el control de cambios, incentivar el comercio desde la apertura y permitir que el país lleve a cabo la transformación a la economía líder de Latinoamérica que puede ser.

Los defensores del “keynesianismo selectivo” de gastar, imprimir y no ahorrar sólo consiguen retrasar el estallido de la burbuja unos años. Y cuando lo hace, es con enorme virulencia. Y algunos quieren aplicar “esto” en mi país.

“Darle a la maquinita y aumentar gasto público” nos recomienda alguno.Corralito y estanflación. No será que no lo hemos advertido. Las soluciones mágicas no existen.

Mitos y errores de la crisis de Irak

21/6/2014 El Confidencial

“There is no military solution for Iraq” Barack Obama

“Rarely has a US president been so wrong about so much at the expense of so many” Dick Cheney

Hacer las cosas mal es peligroso. Empeorarlas es letal. En el caso de Irak, Estados Unidos, tras gastar un billón de dólares en eliminar el régimen de Saddam Hussein, ha dejado un problema de seguridad global que puede ser mayor a lo imaginado cuando decidió retirarse. No es sólo el petróleo. Cualquiera que conociese el Bagdad de Saddam Hussein entiende que el régimen era un peligro global. De igual manera, es esencial entender que el peligro no era sólo el personaje, sino las múltiples facciones enfrentadas que ya existían antes de la dictadura Baath, durante la misma y hoy se desarrollan.  Abandonar Irak puede convertirse en una decisión que Obama lamentará durante mucho tiempo.

¿Por qué abandonó Estados Unidos Irak? 

¿Por amor y paz? No. Porque en 2016 será independiente energéticamente –incluyendo suministro de Canadá-. La necesidad de defender sus intereses en la zona es, hoy, infinitamente menor.

Estados Unidos es ya independiente en producción de gas y produce 11,3 millones de barriles al día de petróleo gracias a la revolución del fracking, convirtiéndose en el mayor productor por encima de Arabia Saudí y superando el máximo alcanzado en los años 70.

Sin embargo, retirar las tropas dejando detrás un polvorín de facciones enfrentadas termina volviéndose contra los propios Estados Unidos y la OCDE, al generarse enormes riesgos de multiplicar las amenazas terroristas. No es un problema energético. Es un problema cultural. Y es una locura pensar que todo va a ir fenomenal dejando a su libre albedrio a países diezmados por enfrentamientos tribales con ambiciones invasoras, como hemos visto en Libia o Egipto. Les recomiendo leer “The Clash of Civilizations” de Samuel Huntington y “The Lesser Evil” de Michael Ignatieff.  No queremos entender la cultura y costumbres de esos países, que distan mucho de nuestra idea de democracia. Aceptar el mal menor de mantener una presencia militar es mucho más lógico que cerrar los ojos y esperar que el mundo se mueva de acuerdo a nuestros deseos.

¿Afecta la crisis de Irak a sus exportaciones de petróleo?

La OCDE confiaba, demasiado, en el inestable gobierno de Al-Maliki. Las tropas norteamericanas fueron desapareciendo y la industria se recuperaba. Parecía que todo iba por el buen camino, sin embargo el riesgo no había desaparecido, de hecho aumentaba con la equivocada decisión estratégica de Estados Unidos de sacar las tropas del país sin dejar un contingente de seguridad.

Y se equivocaron. De nuevo. Esta semana volvía a dispararse el riesgo iraquí ante los ataques terroristas en la parte norte por parte de ISIS (Islamic State Of Iraq and Syria), un grupo yihadista que incluso tiene un informe anual de sus logros sangrientos,  como si fuese una empresa de objeto social macabro publicando su memoria anual. Véanlo aquí (http://azelin.files.wordpress.com/2014/04/al-binc481-magazine-1.pdf ) cortesía del Financial times.

Cuando yo viajaba a Irak me decían: “Bagdad es una ciudad cubierta de oro, pero en el sur es donde está el verdadero oro” (petróleo).

El mapa, cortesía de IHS Energy (press@ihs.com), muestra la situación de los campos y refinerías del país.

Los terroristas han tomado Mosul, la segunda ciudad en importancia de Irak, Tikrit, Tal Afar, Dhiluiya y Yathrib. Sin embargo, no han tomado ninguno de los grandes pozos del norte del país, en especial el gigante Kirkuk, en la región de Kurdistán, al que mis conocidos de la zona llaman “el pasaporte de la independencia kurda”, y que hoy produce 260.000 barriles al día. Los terroristas de ISIS no tienen capacidad de ataque a la parte kurda.

La mayoría de la producción de Irak, el 80%, se exporta y más del 77% viene de los pozos del sur del país, donde los terroristas de ISIS no pueden medirse con las fuerzas locales ni los contingentes de seguridad privados, que llegan desde Kuwait City al sur y en muchas ocasiones ni pasan por Bagdad.  No ha habido ningún impacto a día de hoy en las exportaciones, que se hacen en su gran mayoría a través de buques desde el sur.

¿Es una crisis por recuperar el control de las manos de las multinacionales?

Al contrario de lo que se ha comentado en la prensa, el petróleo en Irak no pertenece a empresas internacionales, ni mucho menos americanas. Todos los grandes pozos son propiedad del Estado donde las empresas internacionales, norteamericanas, rusas, italianas, chinas o británicas, trabajan con contratos de servicio técnico, y se les remunera por mantener o aumentar la producción. Es decir, el Estado, sea quien sea, se beneficia de su experiencia en mejorar la productividad, y por tanto no tiene interés en que estas empresas se vayan. Este tipo de contrato es el que ha llevado a que la producción de Irak haya recuperado máximos históricos en tan poco tiempo.

¿Es todo culpa de Bush o de Obama o de Saddam?

Las luchas y ataques entre sunníes y chiitas no son una novedad culpa de Bush o de Obama. En la época de Saddam Hussein ya era una auténtica locura organizar la seguridad para viajar de Bagdad a la frontera con Kurdistán. De hecho, el acceso estaba vetado incluso para muchos posibles contratistas por los constantes ataques.

George W. Bush cometió un enorme error al pensar, como le comentaba Wolfowitz, que al tomar el país iban a ser recibidos como héroes. En el momento en el que la represión del régimen cesó, las distintas facciones empezaron a luchar enconadamente. Un gobierno débil de intereses cruzados sólo redujo la impresión de riesgo. El mismo error que ha cometido la OCDE en Libia y Egipto.

La administración de Obama cometió un enorme error al reducir hasta tres veces la cifra de tropas de contingencia que iban a apoyar al débil gobierno de Al-Maliki. Al reducir la cifra prometida de 50.000 soldados a 25.000 y luego a 3.000, convirtió la ayuda en testimonial, y por lo tanto, rechazada por el gobierno local.

La desvinculación del resto de países de la OTAN del problema de Oriente Medio es parte del desastre. Mientras silbamos pensando que en Irak, Libia o Egipto iban a abrazar el modelo socialdemócrata, hoy, un Al-Assad crecido por la falta de acción de la OCDE en Siria se ha convertido en la plataforma de lanzamiento de un ISIS fortalecido. Así, aumenta el riesgo de que la zona bajo control de ISIS se convierta en un enorme campo de entrenamiento de terroristas internacionales.

Las propuestas de dividir Irak en tres (Kurdistán, un norte sunní y un sur chiita)reforzarían ese riesgo de otro enorme centro de entrenamiento de yihadistas global.

¿Es la crisis por la escasez de petróleo?

Los sunníes y los chiitas llevan peleándose décadas. El problema es más que petróleo… Porque en el mercado de crudo no hay grandes riesgos.

El pasado 11 de junio se reunía en Viena la OPEP. Los análisis independientes (BP Statistical Review) confirmaban que hay petróleo de sobra. Las reservas globales probadas de petróleo han aumentado hasta 1.687,9 miles de millones de barriles en 2013, suficiente para cubrir 53,3 años de producción global.

Los mensajes de los principales exportadores de petróleo se centraban en algunos aspectos que creo que son extremadamente importantes a la hora de evaluar el riesgo geopolítico y no exagerarlo:

  • El mercado está adecuadamente suministrado, y los inventarios almacenados de la OCDE en términos de demanda cubierta a niveles “muy confortables” (2.548 millones de barriles, 55 días, nivel similar a los 55-60 días de media desde hace años).
  • La capacidad excedentaria, es decir, lo que la OPEP puede producir por encima de la cuota establecida de 30 millones de barriles al día, se sitúa en 3,5 millones de barriles al día.
  • Irak ha alcanzado una producción de 3,3 millones de barriles al día, llegando a máximos históricos.

¿Va a llevar Irak el petróleo a 200 dólares por barril?

No es probable. La capacidad excedentaria de la OPEP es equivalente al 100% de la producción de Irak. Con Estados Unidos produciendo a máximos y la producción no-OPEP creciendo en 1,2 millones de barriles al día en 2014, el mercado seguiría adecuadamente suministrado incluso si Irak deja de exportar.

Libia, por ejemplo, ha bajado sus exportaciones a casi cero desde un millón de barriles al día tras la caída de Gadafi y el petróleo no se ha movido agresivamente. El análisis no es “el petróleo ha subido a 114 dólares por barril”, sino “incluso con las crisis de Libia, de Ucrania y de Irak el petróleo solamente ha subido a 114 por barril…” Y además está en backwardation (el precio a futuro es mucho más bajo que el actual).

¿Va a crear una crisis económica el precio del petróleo?

El petróleo no crea crisis. El exceso de crédito y masa monetaria que dispara los precios de las materias primas muy por encima de los fundamentales son los que lo genera. El precio del petróleo es una consecuencia, no una causa. En cualquier caso, la factura petrolera de la OCDE no llega al 5,5% del PIB, muy lejos de los niveles que se suponen de “crisis”. El exceso de suministro también ayuda a mitigarlo.

El mundo lleva funcionando con crisis de este tipo en países productores desde hace décadas. Y el mercado siempre se adapta. Pero vincular el problema árabe sólo al petróleo es un grave error, por parte de todos los gobiernos.

Al final, como decía Ignatieff, nunca existe una solución ideal. Pensar que Estados Unidos va a terminar con un problema de siglos desde el dominio militar es optimista. Creer que Estados Unidos va a poder desvincularse de la seguridad en Oriente Medio y retirarse sin terribles consecuencias para su propio país es suicida.