
Los datos macroeconómicos de Estados Unidos deberían preocuparnos. En medio de la reapertura y el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia reciente, y con todos los vientos de cola, la confianza del consumidor se ha desplomado hasta el nivel más bajo desde 2016.
Las ventas minoristas han vuelto a caer en julio, y los datos de empleo y producción industrial son mucho más que decepcionantes considerando el nivel de estímulo y que el PIB ha recuperado el nivel prepandemia.
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