El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que España cerrará 2023 con un déficit estructural -el que se genera incluso en periodo de crecimiento- de más de 50.000 millones anuales. El gobierno de Sánchez ha duplicado el déficit estructural, que se dejó en un 2% del PIB en 2018, a más del 4%.
A pesar de que el FMI se ha lanzado a recomendar subidas de impuestos, la realidad empírica que sus propios estudios demuestran es que dichas subidas no reducen los desequilibrios estructurales. Cuando suben los ingresos, el gobierno gasta mucho más y cuando caen, también gasta mucho más “porque hay crisis”.