
Los datos de PIB y empleo publicados esta semana reflejan un rebote cíclico y una recuperación pobre, endeudada y con elevadísima inflación. Tras más de 200.000 millones de euros de estímulo monetario y fiscal, no podemos considerar estos datos espectaculares ni excepcionales, sino simplemente un rebote sin componente estructural.
Nos debe preocupar que España caiga más en periodos de crisis y se recupere más lentamente, pero especialmente que caigamos en la euforia por un rebote estacional, como ha ocurrido en todas las ocasiones.
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