Las mal llamadas políticas expansivas han dejado un reguero de deuda y exceso que está saltando en todas las economías ante una subida de tipos más que modesta y una normalización de política monetaria que llega tarde, lenta y mal.

Lo triste es que, en un mercado adicto al exceso, la mayoría del consenso achaque los problemas a la normalización y no a la orgía indiscriminada de bajadas de tipos de interés y recompras de activos.
Me aterra que el mundo tenga el descaro de echar la culpa de la caída de la libra a un presupuesto mal hecho y peor diseñado y no a los años de locura monetaria que hemos vivido mientras el balance de los principales bancos centrales superaba los 20 billones de dólares y nos adentrábamos sin control en el terreno de los tipos nominales negativos.
No, el presupuesto de Truss no ha hecho que los fondos de pensiones británicos se vieran forzados a vender bonos, ha sido el famoso “margin call” cuando saltan los colaterales que llevaban desplomándose con la caída de los bonos.
Seguir leyendo El peligro del gas de la risa monetario