“All the things I thought I figured out I had to learn again”. Don Henley
Uno de los anuncios más divertidos del presidente Obama es su plan dereducir emisiones de dióxido de carbono para 2030. Se ha presentado en los medios a bombo y platillo porque a veces nos gusta más cualquier anuncio intervencionista que los efectos positivos reales de un mercado que funciona. Pero es uno más de los famosos globos sonda, ya que a través delintervencionismo no va a conseguir nada. Ya está en marcha gracias a un mercado competitivo.
El éxito de EEUU en su política energética ha sido precisamente no tener una, me dijo Dick Cheney hace años. Si se hubiese hecho caso a las amenazas de politburó de la administración en 2007, antifracking y responsables de subvenciones millonarias a fracasos ruinosos, hoy EEUU no sería autosuficiente en gas natural, uno de los mayores productores de petróleo del mundo -9,5 millones de barriles al día- , líder en eólica competitiva sin subvenciones a través de empresas punteras en nuclear y renovables como NextEra, y tampoco se habría dado la mayor caída del carbón como fuente de energía primaria.
El uso de carbón en el mix energético estadounidense ha caído del 50% al 36%, una reducción anual del 7%. La descarbonización de EEUU no solo ha venido de la sana competencia, sino que se ha llevado a cabo una transición más barata para el consumidor.
Los datos de EEUU comparados con la Unión Europea de la subvención, el impuesto al CO2 y la planificación intervenida, dejan a Europa a los pies de los caballos.
- EEUU ha reducido más sus emisiones desde 2007 (-12%), sin intervencionismo, que la Unión Europea (-8%) de la subvención y el decretazo.
- EEUU ha conseguido esa reducción bajando los precios del gas y de la electricidad a sus ciudadanos, mientras en la UE se han disparado por las subvenciones. En Europa, los costes de la electricidad son en media un 50% más altos que en EEUU y el gas industrial, casi un 75%. Entre 2005 y 2012, gracias a la revolución del fracking, los precios del gas en EEUU caían un 66%, mientras en Europa subían un 35%. A su vez, en EEUU la electricidad bajaba un 4% y en Europa se disparaba un 38%.
La reducción de emisiones de EEUU y la transición a un modelo ganador y sostenible ya está ocurriendo. En el mercado, no en un comité federal
Parte del éxito de la competencia y de no cargar al ciudadano de costes fijos ha sido ver a decenas de empresas ineficientes carboneras y solares quebrando anualmente. La desaparición de las empresas de baja competitividad y ultra endeudadas ha sido esencial.
Y no debemos olvidar la importancia de la eficiencia, con una reducción del consumo energético necesario para crear una unidad de PIB del 40% en diez años.
Así:
- Gracias a la revolución del gas natural doméstico y las renovables, EEUU ha reducido sus emisiones de CO2 un 12% desde 2005 y se mantienen a niveles de 1997.
- Las emisiones de CO2 de Estados Unidos solo han aumentado un 4,2% desde 1990…. Sin protocolo de Kyoto ni otras historias.
Esta nueva llamada a “reducir las emisiones” desde un mandato gubernamental es otro de los ya famosos mensajes a la galería.
La competencia, la iniciativa privada y el mercado han hecho más por reducir emisiones y avanzar hacia un modelo energético sostenible que las regulaciones entorpecedoras de la administración. Atrás queda la quiebra de Solyndra, el desastre solar que presentó concurso de acreedores meses después de recibir $535 millones de subvenciones federales, y las otras 34 empresas ineficientes que cayeron como moscas tras recibir jugosas ayudas estatales .
El mensaje mediático de ayer es irrelevante. La reducción de emisiones de EEUU y la transición a un modelo ganador y sostenible ya está ocurriendo. En el mercado, no en un comité federal. Con un mix equilibrado de gas natural, petróleo, nuclear, hidráulica, eólica y solar competitiva. Y, lo que es más importante, los precios para los consumidores bajando.
La tentación de la administración de intervenir siempre es enorme. Para bien del consumidor norteamericano, no puede.
Brutal Daniel Lacalle